Lazos de sangre (ritual vampirico)

Capitulo 5: La cruzada del crepúsculo

Año 1310 D.C.:

Un adusto caballero de unos 35 años mira como los últimos y lejanos rayos del sol se ocultan tras el adusto mar noruego, vestido en una pesada armadura negra con ornamentas azules y una espada larga en el cinto, su larga caballera castaño se movía por el leve aire frio del norte, por atrás se acerca un joven de la misma edad pero con una armadura gris y en su espalda une escudo con una cruz roja.

-¿Estás seguro que esto es una buena idea Delindure?- lo cuestiono el recién llegado mientras el primero solo miraba el mar mientras la luna lo iluminaba rápidamente desde el otro lado- Lo que planeamos va en contra de todo lo establecido, de todo lo que juramos, sé que el Alto maestre te tiene estima pero yo aún no lo veo claro, quiero que sepas que si llega a ser una mala jugada de ustedes...- no le permitió terminar la frase.

-todos moriremos Dreadkai, los míos...los que me apoyan, están dando todo en esta "cruzada", si llegamos a fallar estamos condenados, si deseas retractarte aun estas a tiempo de irte.

-no daré marcha atrás, mi fe esta con dios pero Delindure, ¿los vampiros uniéndose al temple? No puedes culparme por desconfiar de ti y todos ustedes, hemos sido enemigos jurados desde la creación de la orden, ustedes y todas las criaturas adoradoras del demonio.

-humanos... ¿acaso todos ustedes adoran al mismo dios? ¿Acaso sus antepasados no lucharon también contra los mismos paganos en estas mismas tierras? ¿No han luchado contra los herejes para retomar tierra santa? Permíteme recordarte "humano" que todos nosotros nacimos humanos, como tú, como tus hijos o tu esposa, el ser maldecidos o bendecidos con la sangre de Caín no cambia nuestra ideología o pensamientos que teníamos antes de ser "convertidos" podrán vernos como monstruos asesinos y destructores, quizá lo son en su mayoría pero acaso ¿no son ustedes lo mismo para nosotros? Lo que el papa intenta hacer, unificar a toda Europa bajo su poder va contra todo lo justo, todo lo establecido, el gran maestre Jackes lo sabe, lo corrupta y oscura que se volvió la iglesia y sus inquisidores, cegados por el oro y el poder están dispuestos a condenar millones de vidas para cumplir sus planes...si no lo detenemos ahora Dreadkai, ¿quién lo hará? Quien impedirá que la siguiente cruzada que el papa llame no continúe con este genocidio absurdo, ¿cuantos murieron en Acre templario? ¿Recuerdas sus rostros? ¿Sus nombres? No...solo son números, he vivido mucho tiempo y si puedo usar esta maldición para detener a un monstruo mucho más grande que los mismos vampiros lo haremos sin dudarlo y no estoy solo, si aun así dudas de nuestra lealtad e intenciones no puedo hacer más.-parecía sincero en sus palabras, decidido e inspirado, había pasado por mucho para llegar hasta ese momento y no dudaría ni un momento para llegar hasta las consecuencias finales

-Acre...Tierra santa, si el papa obtiene el favor de los reyes de Francia, España y Alemania nada lo detendrá para someter al resto de los reinos...será una masacre terrible, no confió en ti ni en los tuyos pero pareces sincero con tus intenciones, si el gran maestre confía en ti supongo que puedo intentarlo un poco aunque no esperes lo mismo de mis hermanos, ellos te odian, a ti y a todos los que representas y estarás solo frente a ciento de nuestras espadas sagradas, si la información que tienes resulta ser desmentida o el resto de maestres no acepta tu resolución...temo serás ejecutado como manda nuestro juramento, si aun así estas confiado vamos pues, vuestro juicio le espera duque de Golderna.

Aquellos eran tiempos de cambios, las guerras era el tema de todos los días, los reinos humanos, los clanes de vampiros, los creyentes de diferentes religiones, todos luchaban por lo mismo, oro, tierras, domino, y unos pocos por lo que creían que era correcto, la orden templaría sirvió desde su creación al trono papal quien creían era la voz de dios en el mundo, una vez tras otra marcharon a tierra santa para conquistarla, reconquistarla, mantenerla, siempre era un baño de sangre, un genocidio imperdonable pero el papa siempre decía lo mismo "todos sus pecados serán perdonados por la gloria de nuestro señor" , esas palabras animaban a cualquier caballero a convertirse en un monstruo sin límites, después de todo, todo se le seria perdonado.