Capitulo 2: Fe verdadera

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Cazadores de brujas los llamaba, perros de la iglesia o cazadores de pesadillas aunque su nombre oficial era los Inquisidores, Alexandros Dreadkai el que será conocido algún día como "el verdugo de la noche" perteneció desde su más joven infancia a una antigua casa de inquisidores llamada "la orden de la luz del juicio" profesionales en toda regla, aunque todo su destino se ve ligado cuando descubre los diarios de su antepasado, el señor templario Sir Matias Dreadkai

El cazador Matias anotaba todo su conocimiento, búsquedas y contratos en su estudio privado, más al pasar de los años la muerte le llego por la edad y esos documentos quedaron guardados dos generaciones más tarde nace el pequeño Alexandros, instruido y preparado para seguir las tradiciones de los cazadores oscuros que por accidente descubre el estudio privado de su tatarabuelo y lee sobre sus viajes y caserías, le sorprendió mucho enterarse que era viejo amigo de un vampiro cuyo nombre solo menciono como "el viejo tyr" y sobre una vampiresa que fue convertida por la presa que llevaba cazando hacía varios años ya.

Anotaba donde había entrado en hibernación pero no decía la razón por la que dejo con vida a semejante criatura, lo cual claro, era un crimen contra su propia orden, algo imperdonable, el joven cazador anoto la ubicación, y se preparó para la búsqueda, se dirigió a la pequeña gruta oculta junto a una cascada a la cueva donde duerme, se alisto para matarla y puso su filo bendecido en su cuello, pero al verla tan frágil y desprotegida dudo y se puso a pensar que habría una razón para que su antepasado, un cazador de renombre y experto en el arte de exterminar seres de la noche no lo hiciera con ella así que se retira del lugar mirando una vez más aquel rostro inamovible y eternamente joven.

Por unos años paso pensando en ello, cada cierto tiempo pasaba a cuidar que la cueva siguiera siendo segura y la vampiresa siga dormida, al contrario a sus hermanos y hermanas de la orden siempre fue más dado al conocimiento que a la cacería así que el descubrir mediante recorrer los pasos de su tatarabuelo con sus diarios la curiosidad y necesidad de saber por qué la dejaría viva lo consumió al grado de pensar en despertarla y torturarla para saber la verdad pero no tuvo mucho tiempo para pensar en ello...

Pues pronto llego un llamado a las armas para exterminar a un grupo de vampiros que se escondían en un castillo noruego, acudieron y la misión salió bien pero buscando sobrevivientes que pudieran a ver escapado entro a una gruta y encontró a uno casi moribundo, él había visto como ese mismo vampiro con solo una mano había derrotado a casi 15 de sus hermanos más experimentados, era un vampiro muy poderoso y muy perseguido pero estaba ya sin fuerzas, desangrado, moribundo.

El joven cazador se acercó para terminar el trabajo rápidamente y volver con sus compañeros.

-no, no puedo terminar ahora, por favor entiéndelo niño, no puedo morir ahora-suplico aquel gran señor realmente preocupado.

-¿Esas serán tus últimas palabras señor de la noche? Muy poco heroicas- Alexandros se acercó espada en mano, había hecho eso tantas veces que ya era algo mecánico en el, acercase y cortar.

-No...no lo hagas te lo pido, te daré lo que quieras, riquezas, tierras, poder...

-ofreces cosas vanas y materiales, me dan asco los tipos como tú, para escapar de la muerte venderían a su propia hija...ahora muere

-¡No! solo...solo escucha lo que tengo que decir ates de que dejes caer tu espada...
-¿Qué?-los vampiros, sobre todo los más poderosos no solían suplicar tanto por sus vidas, menos rogar por unas últimas palabras, el cazador suspiro y sin bajar la espada espero su respuesta.

-Mátame si gustas...pero hay una persona que aprecio mucho, es una buena chica con un corazón noble y amable, ha sufrido mucho ya y más lo hará con mi muerte, por favor ayúdala...es vampiro igual que yo pero te lo suplico, nosotros no somos los villanos de la historia, muchos solo queremos vivir tranquilos...

-¿De que estas hablando? El cazador se encontraba confundido, ¿vampiros buenos? Eso realmente existía, probablemente dados sus estudios eclesiásticos lo hubiera negado al instante pero por un momento le vino a la mente las palabras en el diario de su abuelo y su buen amigo y eso lo hizo dudar, lo suficiente para que aquel ser se levantara en un segundo con su velocidad sobrehumana, eso sería un problema para el cazador, era hábil pero no contra un rival de ese nivel, le dio el tiempo suficiente para regenerar un poco de su sangre y recobrar fuerzas-vaya, tu parloteo funciono bien, casi me lo creo-dijo mientras cargaba contra el con su espada.

-no eran mentiras...si yo muero nadie la cuidara y ustedes solo saben matar...-desvió la espada con una de sus delgadas garras y dirigió un golpe al cazador pero este lo esquivo hacia un lado pero el vampiro aún estaba demasiado débil y no vio venir el tajo que corto parte de su brazo.

-es tú final... ¡acéptalo de una vez!

-puedo darte cosas más importantes que riquezas...¡puedo darte la vida eterna, conocimientos infinitos, no seas necio¡- Alexandros detuvo su espada de golpe antes de dar el golpe de gracia, el dinero y la gloria no le interesaba pero el tiempo, el tiempo era más valioso que todo lo demás, la mayoría de sus hermanos inquisidores solían morir a su edad o más jóvenes, casi nadie llegaba a viejo, solo hacía falta un mal día para toparse con el enemigo incorrecto y perecer, además, la curiosidad lo embargaba aun, la curiosidad de conocer quien se encontraba en aquella cueva y tener la oportunidad de vivir lo suficiente para oír mas sobre su abuelo de alguien que quizá le conoció le tentaba.

-no puedo confiar en un ser como tu...-dudaba , quería aceptar, pero su juramento se lo impedía.

-puedes hacerlo...si pudiera probarlo ahora lo haría pero tienes mi vida entre tus manos, no tengo sangre para usar habilidades vampíricas asi que no puedo influir en tu mente, solo es tu decisión, hay muchos secretos del mundo que no conoces y solo el tiempo puede revelarlos...

-no...no debería, pero es algo que no puedo rechazar si deseo cumplir alguna meta más allá de matar y morir...con gran dolor aceptare tu oferta confiando en que sea con honestidad, ¿que necesitas para ello?

-sangre...solo sangre

El vampiro bebió sangre del joven y recupero sus fuerzas, juntos escaparon, cuando estuvieron en un sitio en uno de los territorios del poderoso ente este cumplió su promesa, y en agradecimiento lo adopto como su aprendiz e hijo adoptivo, instruyéndolo en las artes vampíricas de la legendaria secta de los la sombra, el joven quedo maravillado al ver tan amplia colección de conocimientos en las bibliotecas del señor y dedico su no vida al estudio de las criaturas de la noche sin embargo sus pasatiempos más predilectos eran dos, volver a la cueva a revisar que todo siguiera bien con aquella joven, esperando a que despertara y le resolviera finalmente la duda que lo carcomía por dentro respecto a su abuelo.

Lazos de sangre (ritual vampirico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora