"Yo estoy aquí para ti,
siempre a tu disposición.
Cuando necesites un hombro para llorar.
Alguien en quien confiar,
yo estoy aquí para ti..."-Firehouse, Here for you.
***
– Nunca olvides jamás que esto... – Sujetando mi mano con desesperación y empujándola con fuerza en el lugar justo en el que se hallaba su corazón latiendo frenéticamente. Las lágrimas empapaban su rostro y yo simplemente no lograba accionar más nada que no fuera un trago en seco. – Es tuyo mi vida, eres tú. Este corazón no late, si no es por ti. No lo quiero si tu no eres la que lo sostiene. Es simplemente tuyo y yo te pertenezco. Admiro la manera en como te entregas por cosas que para el resto no tiene sentido, la manera en como te enamoras de la vida que a pesar de que las circunstancias trataron de destruirte. Por este esos motivos, no quiero estar en un mundo en donde tu existencia falte. Si no quieres verme en la ruina, por favor jamás te alejes de mí.
Pero a pesar de sus palabras y destruyendo todo de mi, me alejé. Me levanté sin mirarlo, sabía que no soportaría el dolor y el abandono que me estaba obligando a hacernos.
Giré media vuelta rumbo a la puerta mientras sentía como mi corazón crujía, y sus pedazos quedaban con él.– Lexi, por favor. Sé que no quieres hacer esto, cariño –Escuché su voz pringada de dolor y cerré mis ojos. Preparando las palabras que no quería decir – Te amo –Me susurró casi en mi oído. Podía sentir toda su presencia a mis espaldas. La puerta ya se hallaba a solo dos pasos de mi, debía hacerlo, Sólo debía agarrar el pomo, girar y marcharme. – Lexi, te amo –.
– Esto no es sano para los dos, Ethan. Esta dependencia entre los dos no es correcta, se supone que la situación no debe ser así. Esto se necesita acabar, no p-pu- – Interrumpiendo mi discurso, me giró entre sus brazos, agarró sus sus palmas presionando mis enrojecidas mejillas. Con veneración y pasión desbordante me besó.
Sus labios no paraban de moverse contra los míos, trate de alejarlo, pero fue en vano. Nuevemente me sujetó la cintura con ambos brazos, encarcelándome a su cuerpo y evitando que me alejara. Traté desesperadamente en soltarme de su agarre, pero sus manos sujetaron mis muñecas dejándome completamente inmóvil.
-Yo te amo, Alex. Y no voy a permitir que esto se termine, aunque tu insistas que si -Me susurró en los labios, y al tenerlo allí tan cerca de mi, me resultaba difícil mantener mi postura, mire por una milésima sus rojos e hinchados labios, y eso bastó para que él confirmara que todo lo que había dicho era una mentira.
Y volvió a besarme de una manera tan fuerte y delicada, soltó mis muñecas y entrelacé mis brazos alrededor de su cuello siguiendo su beso, asegurándose a si mismo de que yo no fuese una fantasía, confiando en que no iba a desvanecerme en sus dedos, como la escurridiza arena.-Voy a darte una millonada de besos en la cara hasta que tu sonrisa reviente -Dijo mientras que repetidamente besaba mis mejillas, nariz, frente y mis párpados hasta que mi sonrisa apareció, enternecida por su determinación pero así mismo fue desvaneciendo dando lugar a un interminable sollozo.
Me aferre como una hiedra en él y rompí a llorar, perdiendo todos los estribos, soltando el sufrimiento que carcomía cada recuerdo tatuado en mi alma torturada.- Mírame - Me escondí en su cuello aspirando la esencia que desprendía de él, podía sentir como las cicatrices iban abriéndose -Mírame por favor -Susurró en mi oído. No había otra cosa que no quisiera admirar tan fervientemente que no fueran sus ojos... Sus dulces ojos.
Fue en ese momento, aún sintiendo los fuertes recuerdos del episodio más tormentoso de mi vida y tras la ponzoña que inyectaron en mí, destrozando mi corazón y oscureciendo mi vida... En ese momento, era más que un sentimiento, era algo más allá... No era un solo enamoramiento, y no mucho menos que una obsesión, más fuerte que una necesidad, mas infinito que el universo. Era más...
Sus ojos penetraron los míos, viendo más allá de mi ojos... las palabras dichas, los susurró silenciosos, las promesas dulcemente rotas, los besos robados, las caricias fundidas en mi piel, los roces pasionales, el aliento mezclándose en una danza con los labios, dejándose llevar por el viento, los interminables abrazos, las risas sin sentido y la infinidad de profundas miradas, todo aquello él logro decirme sin decir palabra alguna... Yo era suya en el mayor sentido de la palabra y sabía que éste tonto arrogante era mi felicidad.
ESTÁS LEYENDO
I'm Here (Estoy Aquí)
Teen Fiction"Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos" (Pablo Neruda). El destino es cruel, de eso no hay duda. Un sinfín de problemas y llantos han cruzado por mi vida, pero en el dorso de mi Biblia con caligrafía increíblemente...