Fiestas de fin de año

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Sheila caminaba cansada a lo largo de la calle donde estaba su hogar luego de un largo día en el hospital. Tener una familia y un trabajo de esa exigencia era muy díficil, pero a ella le gustaba. Era disciplinada, y le enseñaba eso siempre a su hijo. Bueno, siempre que podía. Dejaba que su marido estuviera con él la mayor parte del tiempo, pero la maternidad es distinta a la paternidad, y eso lo sabía muy bien.

La enfermera tocó el timbre de su casa esperando a que su esposo abriera. Ahí estaba, era mucho más alto que ella, pero no le molestaba. Lo amaba, y adoraba la familia que formó con tanto esfuerzo.

-Hola cariño -Saludó Philip dándole un beso en la frente- ¿Todo bien en el hospital?

-Sí, gracias, Alexa hará mi turno de las fiestas. Me alegra poder contar con ella para estas ocasiones -Al entrar, Sheila dejó su equipo en el sofá.

-Hola mamá -Dijo Gordon tomando una taza de chocolate caliente.

-Hola Gordi -Su madre abrazó a Gordon cariñosamente.

-Hola señora Freeman -Dijo una leve voz tras Gordon.

Barney se sentía un poco -bastante- avergonzado de encontrarse en la casa de su mejor amigo para esas épocas. Iba a pasar las vacaciones de las fiestas ahí, evitando a toda costa su familia.

-Bernard -Exclamó exaltada la madre de Gordon- ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en casa de tu madre?

Barney bajó la cabeza. Sus mejillas se tornaron de color carmesí al pensar otra vez en ello. Le apenaba lo que decidió, pero decidió salir sin que ella se percatara.

-Lo sé señora -Dijo tartamudeando.

-¿Entonces? -Gordon sintió la imperiosa necesidad de responder por él.

-Sheila, ahora mismo es imposible que él pueda estar en su casa -Philip se adelantó a su hijo- déjalo pasar aquí las fiestas. Es lo mejor para él.

-¿Cómo lo supo? -Barney quedó confuso tras eso.

-Gordon me contó lo qué pasó, lo siento Barney -Gordon asintió a la afirmación de su padre.

-Gracias por aceptarme aquí, creo que ninguno de los otros me lo hubiese aceptado -Suspiró.

La madre de Gordon le hizo una seña a su marido para que salieran de la habitación y le contase que le había pasado al adolescente. Ella dio una escusa bastante mala para salir de la habitación para que a los menores no se les fuese tan evidente. Claramente no funcionó, pero ellos lo ignoraron.

-Bua, Gordon, ¿Cómo te agradezco esto?

Ambos se sentaron en el sofá.

-No deberías, el que está pasando un mal rato en su casa eres tú -Gordon movió las manos mientras explicaba, a Barney le hacía mucha gracia ese gesto- además, mamá prepara un chocolate caliente muy bueno.

Hubo un minuto de silencio. Barney aún se sentía fuera de lugar, pero debía aceptar ese proceder.

-Oye Gordon -Dijo Barney algo dudoso- ¿Puedo preguntarte algo?

-Claro, dime -Gordon tomó una taza de chocolate caliente que estaba en un mueble al lado del sofá.

-En la escuela hay muchos rumores sobre ti -La cosa ya no pintaba bien para Gordon- dicen que eres autista y que estuviste en laboratorios o algo así

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-En la escuela hay muchos rumores sobre ti -La cosa ya no pintaba bien para Gordon- dicen que eres autista y que estuviste en laboratorios o algo así.

Gordon se quedó sin aliento siquiera. Su mente estaba en blanco intentando responder. Pero sólo pudo mantener la vista fija a los ojos café con verde de Barney. Balbuceó unas palabras para intentar formar una oración.

La historia del científico | Half Life |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora