Prólogo

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Aomine subió corriendo las escaleras de su casa, la cual se encontraba vacía. El ruido de las manecillas casi lo hace enloquecer, que incluso cuando llego a su habitación estrello la puerta para cerrarla, en un arranque de irrazonable furia. Torpemente se quito su uniforme, tanta fuerza utilizo que casi rompe el cierre de su pantalón. Se tiro de rodillas al suelo, mientras su respiración se ponía frenética y todo a su alrededor parecía ser rojo puro, no había otro color en el lugar. 


Se bajo la ropa interior y acaricio con desespero su miembro, no pudiendo evitar el desplegué innecesario de feromonas en la habitación, pero no importo cuanto se tocara, no conseguía mas que un sordo dolor con su tacto. Lo único que su mente formaba era la imagen de la piel cubierta de sudor de Kagami, y como lo miraba con sus ojos llorosos por el esfuerzo y el calor. Su boca se seco, deseosa de marcar esa dorada piel. 



El reloj en la pared sonó más fuerte que nunca, el sólo se quedó paralizado, mientras el recuerdo de aquella sonrisa se transformaba en una mueca llena de odio.




Por su ventana entro el infernal calor de verano, empeorando su desgracia.




Su boca ardía con fuego propio, así como el resto de su cuerpo. Por que tenía ese deseo de posesión en mente...




Ambos eran alfas






Así como muchas otras preguntas, esa no tuvo repuesta.

The three tonalities of loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora