Atravesados

Capítulo 4

Siempre en mi mente

parte 1

Volé, sentía que flotaba, aun sin estar adentro mio sentía que el calor de sus manos me podrían incinerar, no podía controlar el placer, mordía mis labios, agitaba mi cadera, mi sexo enloquecía, Giovanni astutamente bailaba al compás de mis muslos que apretaban con suficiente presión su cara mientras movía su lengua por sobre mi clitoris. la confesión, la acción, el calor y ellos es lo mejor que me había pasado hasta ahora, quería más, me volvía adicta a su juego, adicta a sus locuras. Veo a Leo más exitado que nunca con ojos perdidos de extaxis apuro de penetrar a Giovanni, la imagen es totalmente excitante, él le da marcha a su acción y Gio se siente sacudido por el momento, siento la toma de aire profunda, suave y ardiente desde mis muslos, lo disfruta desde su adentro en este momento y yo soy una espectadora de lujo en la escena. Comienzo a escuchar el golpe suave pero duro de sus caderas que impactan una contra otra, los gemidos del receptor no se hacen esperar, en ese momento me hago más en la acción cuando Gio me mira, mordisquear su labio y se medio levanta para darme vuelta, ya no veo la escena pero siento ahora muy dentro mio, me penetra intensamente y me lleva al mismo ritmo que Leo lo lleva a él, lleva una de sus manos a mi entre pierna para seguir estimulandome y enloquezco, un frenesí de lujuria nos invade y Leo es el maestro que maneja la batuta, el músico que lleva el son de esta orquesta de gemidos tan efusivos, tan atravesados y enloquecidos.
pero la cosa parece no terminar, Leo sale de su lugar y me busca, se saca el preservativo y va a por mi, me ahoga de placer con un beso y me envuelve entre sus brazos mientras me comienza a coger sin dudar, en ese momento pensé que dejaría a Gio de lado, pero todo lo contrario, me giro y me dejo arriba entonces bajo sus manos y tomó mi culo, sin mas abrió mis nalga y sentí un instante más tarde que Giovanni entraba por mi ano, ambos me mesian y yo solo me entregaba a su juego, sólo quería sentirlos, quería sentirme así por siempre, la satisfacción era infinita, Leo quien en su momento parecía dormido despertó y despertó de una manera que jamás olvidaría.

parte 2

- Discúlpame pero me gusta tu amigo.

y otro rechazo más, cuando transitaba mi adolecencia solía ser muy enamoradizo o mejor dicho pelotudo, me dejaba llevar mucho por pequeños gestos de amabilidad y caía rendido a los pies de cualquier chica, pero un día sin querer tuve una experiencia que no podre borrar de mi mente nunca jamás.
Tenia 16 años y empezaban las vacaciones de invierno, Giovanni se había ido con su familia a Córdoba y Gabriela se fue a un campamento cristiano con su familia. yo casi nunca tenia planes para mis vacaciones, por falta de plata o porque prefería quedarme estudiando pero a mis viejos se les dio por darme una sorpresa ese año y fuimos a la casa de unos primos de mi viejo que vivían en Santa Fe, no recuerdo bien pero era un pueblo alejado de Rosario, en fin, llegamos allá y no era un lugar más allá de lo normal, lo único llamativo era el río y algún que otro bosquesito para pasear un rato. La familia nos recibió de diez, conocí a mi primo lejano Walter que era un año mayor que yo, mis tíos y mis viejos le pidieron a mi primo que me de una recorrida por el lugar mientras ellos charlaban. y allá nos fuimos, mi primo no era algo fuera de lo común, más alto de que yo, trigueño, ojos verdes oscuro y un tanto robusto ya dejándose notar un poco los vellos de la barba para a dejar ver su madures.
En el pueblo no había muchas cosas, no había video juego pero si un mete-gol así que nos entre tuvimos un rato con eso por el momento, con un marcador de 35 a 3 me daba por vencido de una vez, me rendí y nos fuimos a ver el río, ahí estaban jugando algunos chicos y chicas y ahí fue que la vi, morocha, petisita, labios carnosos, pulposa y de pelo ondulado. Walter se reía.

W- Mierda primo que sos rápido para morir.

L- Porque?

W- De acá a una legua se nota que te gusta la Male, pero sácale de la mirada porque es hija del comisario y si no queres terminan todo roto más te vale ni tocarla.

L- Pero no hice nada /Tome una risa impaciente/ solo la mire.

W- Los que vi que decían eso se terminaban re encascando y terminaban para la Mierda, recién te conozco primo pero te tengo que cuidar.

Agradecía que me se preocupara por mi pero algo me decía que tenia que aunque sea decirle un "hola".

Parte 3

Estábamos como domando a una bestia sedienta, los tres jugando a quemarnos uno con otro, mis latidos se fueron a la mierda, quería gritar del placer, dentro de ella se siente tan ajustado que es tan gustoso. La cogi con tantas ganas, pero no sólo porque fuera ella sino porque eramos nosotros, Leo estaba sumergido, estaba enloquecido y eso me calentaba aun mas, no quería sabes de otra cosa, jamás sacaría de mi mente este hermoso momento.
Él se sale y se corre para ponerse frente a ella y que se la chupe, yo seguí en su culo hasta que él salio y cambiar de lugar, húmedo y caliente, el cambio solo me alentaba a más, encantada le chupaba la pija, bajaba y subía, subía y bajaba, yo seguí en mi rol hasta que Leo me miró y fue tras de mi. La recosté y la cogi aun mas profundo, él me tomo otra ves por la cadera y me la metió trabajo vez, gemi tan placenteramente, me salibaba de más la boca, mi vista se nublaba y mi cabeza solo quería aumentar toda clase de placer, la tomé de la caderas a Gabi y mientras la presionaba un poco mas hacia abajo se la metia más adentro, ella no aguanto y lanzó un grito de gusto mientras sus pequeñas manos apretaban las sábanas.

Ga- Más, más, más...

Sentía que la estaba por partir pero ella al soltar ese grito nos levanto todavía más, más y más.
Yo también sentía muy adentro mio a Leo, estaba rozando tan mi zona más sensible, mis movimientos de cabeza comenzaba con su impulso hacia mi culo. En un momento la saco, salivo y como si nada la volvió a meter, enloquecía con eso, ardía y quemaba a Gabriela con más intensidad. Empezamos a acelerar el ritmo, él golpeaba violentamente hacia mi, yo me lanzaba más encima de Gabi y los tren perdimos la cordura, Leo un instante se sale y yo también,  la toma a ella del pelo levantándola, dejándola de rodillas frente a nosotros, nos masturbamos rápidamente y ella solo abre su boca en espera de su recompensa, en un segundo ambos nos miramos y le comí la boca de un beso, entonces ambos acabamos a la vez llenadola de nuestro final a Gabriela sobre su boca. los tres caímos sobre la cama, un silencio se adueñó de todo hasta que la risa de Gabi contagio a Leo y a mi.