Capítulo IV: Bad boys.

156 8 8
                                    

El auto aparcó frente a una casa, dejando ver a un par de hombres, se dirigieron al despacho de su jefe, no querían volver al lugar testigo de su desgracia. ¿Quién diría que regresarían con el hombre que los hundió, manipuló y que logro moldearlos a su antojo?

Se dispusieron a entrar, encontrando a quien daría su próxima tarea.

-Habla de una vez por todas del por qué nos citaste con urgencia, sabemos perfectamente que nosotros no somos santos de tu devoción -dijo el mayor con notable molestia en su voz, ninguno de los dos les gustaba la idea de estar pisando la propiedad del sujeto frente a ellos- en realidad, creo que no te gusta mi presencia, ya que con mi hermano es otro asunto ¿no es así? -por su parte, su hermano se mantenía excluido de la conversación por comodidad-.

Kanon estaba rojo de la vergüenza, odiaba tanto que su copia, como solía llamar a su gemelo fuera muy directo. Porque en efecto, su jefe y él habían tenido una aventura de no más de dos años, sin embargo, el menor de los Doragon decidió romper con esa relación con el fin de alejarse de la posesividad enfermiza para con él, mala decisión porque solo hizo que se incrementara considerablemente y que además los explotara de diferentes formas.

-No negare que me gusta la idea de estar con Kanon entre mis sabanas -guiña un ojo-.

-Gracias, yo paso.

-Tú te lo pierdes lindura. -el menor sólo rodó los ojos-

-Volviendo al tema a tratar, Saga, yo no soy tan cruel como piensas, es más para que se den cuenta de la excelente persona que soy tengo un trabajo para ustedes -de su escritorio saco un par de carpetas, se puso de pie y las tiro cerca de la otra orilla del escritorio- como verán ese expediente tiene la recopilación de información de una de las personas más importantes de toda Grecia -habló una vez que vio como hojeaban su contenido− Kardia Scorpio, es el socio mayoritario de los hoteles más lujosos de Atenas y el responsable de mi fracaso.

-¿Responsable dices? Acaso él te convirtió en esto -señalo cual cosa rara- me imagino que fue alguien que te dejo en tu lugar como para que le tengas tanto recelo, vaya valor, me hubiera encantado ver lo que te hizo, mejor aún, enviarle un regalo por el favor.

-Cállate Kanon, él me humillo, hizo pedazos mi carrera y yo le devolveré el favor -nuevamente del escritorio saco algunas fotos- Milo, es el hermano menor de Kardia.

-Muy bien... ahora dime, ¿Nosotros en donde encajamos en tu "grandioso plan"?

-¡Son idiotas o se hacen -ambos rubios mostraron su rostro ofendido- ¡su trabajo es encargarse de enamorar a Milo Antares! ¿Así o más claro?

-Ja ja, estas mal de la cabeza si crees que vamos a hacer algo como eso, si tanto te importa recuperar tu dignidad hazlo tú mismo, ya que a nosotros no nos importa lo que sea que él te haya hecho.

-¿Tú crees? Les recuerdo que gracias a la bondad de mi padre gozan de un sin fin de privilegios, como lo es su educación para convertirse en alguien en la vida, un sueño tan estúpido el querer ser un cardiólogo y un ingeniero químico, porque gracias a mi tienen trabajo y son algo.

-Por favor, tu sólo nos hiciste ser tu sombra, somos unos criminales, una farsa.

-Eso no es mi culpa, ¿o sí? fue su avaricia la que los llevo por mal camino, es decir, a mí.

Cuánta razón tenía, no era sorpresa el que los gemelos Giannis Doragon se caracterizaran por ser excepcionales en los proyectos.

Estudiaban en una de las escuelas más prestigiosas de Atenas por la orden de la cabecilla de la familia Solo, un hombre que solía ser amigo de sus padres hasta el día de su muerte, los chicos querían dinero fácil y nunca lograban conformarse, un día llego Julián Solo, quien ofreció riquezas ilimitadas, con la condición de que trabajaran para él, defraudando a cuanta gente millonaria se les cruzara en el camino. De esa forma no podían dejar pasar una oportunidad así.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 08, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Entre tus brazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora