One Shots de futbolistas. (ex Brasil esconderá...)

¿Qué sabe Mario de tristeza? | Götzeus

Estaba perdido, estaba encadenado. Aquello que exponía en su alma, su propio soliloquio tenía forma espiralada y sin salida.
Lo sin sentido, la penalidad sin culpa, la angustia ante la nada, se presentaba frente a él.

Perdido, entre túneles, pasillos y bifurcaciones temblaba ante posibilidad de toda meta y el fracaso de ese encuentro. Sus latidos formaban una hilera de pasos que iban desde sus ojos hacia el olvido y no tenía vuelta atrás.

Marco era de esas personas que, si tenía un pesar, creía que duraría por toda la vida; vivía dentro de una sombra. Porque lo extrañaba cada vez más, le ardía el pecho de amarlo, sus ojos le pedían a gritos volver a verlo, y sus manos volver a acariciarlo, extrañaba su sonrisa perdida, porque en momentos como este todo se amplifica, y a pesar del ruido de la gente gritando en la cancha, él solo escuchaba silencio, y el ruido los piedrazos que el mismo se estaba tirando sobre su techo, sobre su corazón.

-Es todo mi culpa-

Marco apretó con fuerza sus puños, mientras observaba el panorama que Brasil le mostraba, ciudad que había presenciado la final Argentina Alemania hacia unos minutos, y que era parte de aquellas almas exhaustas con camiseta albiceleste que se retiraban del estadio cabizbajos, así como también de aquellos alemanes que festejaban el triunfo de su país.

Pero era tarde para cualquier lamento, para arrepentirse de algo no hecho.

Días atrás, antes del mundial, Marco había pasado tiempo con Mario y este le había contado que le pediría matrimonio a su novia, Ann.

Ante ese recuerdo, las lágrimas del Rubio afloraron en sus ojos, amenazando con salir, sin embargo tras un esfuerzo las reprimió, llenandose de nuevo de furia.

-¿Porque?- Dijo pegando un grito.

El estaba en medio de la cancha, nadie lo escuchaba, y nadie le prestaba atención, ya que todos estaban saludando a los campeones.

Miles de veces había tenido la oportunidad de contarle a Mario que realmente estaba enamorado, que lo buscaba y que lo necesitaba.
Mario le había dado indicios de que lo suyo podía funcionar, sin embargo ninguno de los dos había dado el primer paso, y las cosas habían quedado en el olvido, aunque no para Marco.

"La melancolía es una eterna conexión entre aquello que fuimos, que somos, y que queremos ser"

El mundo se estaba cayendo a sus
pies, pero el estaba inmóvil frente a a la situación. Siempre se aleja buscando su respuesta, la sueña, la piensa y la vuelve a soñar, pero nunca vuelve con la solución, porque Reus era consciente de que las cosas no iban a ser nunca como el quería, por primera vez, esto era real.

Marco levanto la cabeza. A unos pasos frente a el, estaba Mario, su amor impávido, dominio invencible, a quién otra vez volvía a ver.

Götze caminaba glorioso atravesando el estadio, hasta que la vio a Ann, quien miraba perdida a su alrededor, admirando la gente gritar y festejar. Mario, la tomo de la cintura y la miro fijo, retrocedió un paso y se arrodilló frente a ella, con un pequeño paquetito en su mano.

-Te quiero a mi lado, Ann. ¿Te casarías conmigo?-

Ella llevo sus manos a su rostro, atónita por la situación.
-Toda la vida- respondió.

Nadie le dijo a Marco algo que lo reconfortara, ni nada que quiera escuchar. Se secó las lágrimas y se alejó con suavidad, la realidad es cruda, estaba triste. Triste de tener que partir tantas veces de un abandono, triste de que ni siquiera su propio silencio lo escuchaba, triste de que la única persona que alguna vez había amado estaba de la mano de alguien que lo hacía feliz, triste de que los caminos de su vida quedaban cada vez más estrechos, triste de tener que callar este dolor por siempre y para siempre, triste de quebrarse y llorar hasta no poder mas... Pero, ¿Que sabía Mario de todos estos infortunios? ¿Qué sabía lo que le pasaba a Marco? ¿qué sabía Mario acerca de la tristeza?

Marco dio media vuelta y se alejó de esa situación, se alejó de ese estadio, de ese país, se alejó de Mario. Nunca nadie supo más nada de él, nunca decidió volver. Brasil esconderá ese recuerdo.