Miradas en Brasil | Manuel Neuer

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-Jugaste muy bien Thomas, brillante como siempre- me dijo Manuel con emoción en sus palabras.
Había sido otro partido ganado y nos acercábamos cada vez mas a la final. Sonreí torpemente frente a su cumplido y se lo devolví, Neuer era nuestro arquero y siempre hacía lo correcto en la cancha, sin embargo no estaba de mas decirselo.

Todos estábamos dirigiéndonos a los colectivos que nos devolverían a nuestros hoteles, que estaban a un par de horas del lugar donde habíamos jugado minutos atras. Traíamos emoción, euforia y un poco de cansancio. Sin embargo un colectivo de los nuestros estaba averiado, razón por la que nos dividieron en dos vehículos mas chicos.

Mis compañeros se aventaban por subir a uno de ellos, supongo que era la adrenalina que aún conservaban del juego, sin embargo Manuel y yo quedamos fuera y es por eso que subimos al bus siguiente, donde se encontraba la mayoría del cuerpo técnico, kinesiólogos, y demas personas.

El vehículo estaba casi lleno, exceptuando por un par de lugares donde nos ubicamos. Manu, se sentó al lado de un hombre quien parecía estar durmiendo, mientras que yo me ubiqué unos asientos mas atras, del otro lado del pasillos que separaba las filas del colectivo.

Contra la ventana, ocupaba el lugar una chica, quien estaba escuchando música muy concentrada en ello. Nos siguió con la mirada cuando entramos al colectivo, sin embargo cuando me senté fijó su vista a la ventana.

Nos sentamos, y nadie del vehiculo pareció inmutarse, todos estaban en sus asuntos particulares.
El colectivo se puso en marcha y arrancó. Estaba cansado como para entablar alguna conversación con Manuel, además el hecho de estar un poco distanciados en aquel espacio nos dificultaba un poco hablar comodamente, asi que conecté mis auriculares tambien, auqnue pasadas dos canciones, mi celular se apagó por falta de batería.

Frustrado, apoyé mi cabeza en el respaldo del asiento, suspiré y cerré mis ojos, pero los intentos por dormir fueron imposibles, mas por el inevitable detalle de encontrarme en un colectivo. Asi que volví a incorporarme y fue cuando me percaté de la situación: Neuer, desde su asiento, tenia sus ojos clavados en la chica que estaba junto a mi.

La morena tenia el pelo recogido, y un buzo bastante grande. A pesar de sus auriculares, estaba perfectamente al tanto de lo que pasaba y la mirada de aquel hombre la incomodaba, tanto que ella no sabia donde fijar su vista, y nerviosa jugaba enredando el cable de estos entre sus dedos.

De vez en cuando, sus miradas se cruzaban, pero no era suficiente, no para Manuel que expectante esperaba a que aquella chica caiga ante sus ojos.

Ella, entonces, pareció meditar todo lo que estaba ocurriendo, tomó valor y lo miró, sosteniendo la vista, pero manteniendo silencio.
Mi cabeza comenzó a asimilar lo que estaba ocurriendo. Tal vez sea yo quien exageraba, pero ¿Estaba viendo lo que creía? ¿Estas dos personas no dejaban de mirarse? Decidí guardar silencio y continuar viendo la situación.

Manuel, quien parecía estar en otro planeta, logró romper una etiqueta que llevaba su mochila y tomó una lapicera. Entonces, comenzó a hacerle señas a la chica.

Era difícil la comunicación visual, y mi posición en el medio de ambos me estaba volviendo incómodo, pero decidí ignorar aquel sentimiento.

Pero mientras tanto, ella, le mandaba audios a un amigo para contarle, muy bajito, la situación que estaba viviendo, casi en susurros, sin sacarse jamas los auriculares. Yo no podia escuchar lo que su amigo le respondía, pero si escuchaba los "Estoy intercambiando miradas con Manuel Neuer. ¡Si! El arquero de la selección" que esta chica contaba un poco nerviosa.

Hasta que vió el gesto con la lapicera y el papel que estaba haciendo Manuel, quien había escrito su numero de teléfono, y sostenía en su otra mano su celular, que tenía una pantalla bastante grande.

Alzó el teléfono en el aire, y acercó el papel. La verdad es que se veía muy poco desde donde estábamos, pero después del tercer intento de anotar y llamar a números equivocados, ella logró anotar el número correcto.

Yo me preguntaba por qué él no se levantaba y le hablaba a su nueva conquista. Pero bueno, supongo que es parte de la magia de la situación.

Por un momento, me recordé en el colegio, con mi mejor amiga quien venia y me contaba con timidez que estaba enamorada de algún chico. Tambien me recordé a mi mismo confesandole que la amaba a Lisa algún tiempo atras.

Entre risas, ella continuaba mandando audios a su amigo, como si nadie mas estuviese en el vehiculo, como si todo esto fuese un cuento, y le enviaba mensajes al misterioso muchacho del colectivo, a Manuel Neuer, mi mismísimo compañero.

Sin embargo, a pesar de los mensajes, de vez en cuando levantaban sus miradas buscandose. A veces se encontraban, a veces no.

Después de unos mensajes mas, que yo espiaba de reojo, él le dijo que cuando bajen quería que vayan a tomar un café y, ante la pregunta, ella le dijo que estaba bien, que aceptaría, y que era kinesióloga, por eso estaba en ese bus. En realidad, ella tenía que trabajar cuando bajen, debía ir a su hotel, pero eso sólo lo sabían su amigo con quien estaba hablando y ella (y yo, claro, solo que la chica estaba concentrada en esa mágica situacion y no en que yo podia leer los mensajes de su celular y escuchar las conversaciones debido a la cercania).

Me puse contento enotnces porque yo presenciaría toda la situación.

El chat seguía. Hablaban de temas en común, música, Brasil, sin embargo no hablaron de fútbol en ningún momento.

Mientras, crecían mis especulaciones sobre qué iba a hacer Manuel, en que se estaba metiendo y si esto sería una gran historia de amor en puerta. Por su parte, ella ya no le contestaba mas a su amigo, estaba abocada a la conversacion con Neuer.

El colectivo llegó a su destino. Todos bajaríamos en el mismo lugar. Manu se levantó con cuidado y se acercó a la puerta, que estaba justo delante nuestro. Después de algunas risitas, ella decidió pararse.

La verdad es que me estaba divirtiendo mucho, tanto que, de no haber sido porque la gente comenzaba a juntar sus cosas, nunca me habría dado cuenta que las horas habían pasado.

Ella se acercó a él y se saludaron. La chica no aparentaba mas de veinticinco años. Hablaron un poco. Bajaron juntos del bus y los vi caminando y conversando, hasta que se hicieron pequeñitos, y no pude divisarlos mas.

Para mi fue como una historia de película pero sin tanto glamour. Es el tipo de situaciones que hacen que uno pueda volver a creer en la magia, en el amor y en el destino, aquella fuerza que escapa de nuestro control capaz de poner a dos personas en un mismo colectivo, y hacer que conecten miradas hasta llegar a pactar un encuentro. Eran personas desconocidas, sin embargo estaban llamadas a encontrarse, sin importar la situación en la que Manuel se encontrara con su novia, o en la que aquella chica esté.

Definitivamente, fue lo mejor que tuvo el día, incluso despues de haber ganado un partido. Tal vez había nacido una pareja, tal vez una gran amistad, no lo sé, pero pase lo que pase, el amor existe, Brasil esconderá este recuerdo.
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Si alguien alguna vez lee esto, quisiera comentar que me costó mucho narrarla y no quedó muy bien, sin embargo no podía dejar de escribirla porque está basada en hechos reales, y cuando la vida me muestra situaciones así, vuelvo a creer en el valor de las pequeñas cosas, por eso tenía tantas ganas de hacerlo historia. Gracias

One Shots de futbolistas. (ex Brasil esconderá...)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora