8

131 9 1
                                    

Ya habían pasado 5 días de que no veía a Chris, me sentía algo desilusionada por eso ya que realmente pensé que seguiríamos hablando o juntandonos los 3.

-¿En qué piensas enana? -Noah pasó su brazo por mi hombro.

-En nada -le sonreí mientras caminabamos a un jacuzzi enorme que había dentro del resort.

-¡Mira es Chris!

-¿Dónde? -me volteé a ver pero no había nada.

-Creo que ya sé en que piensas.

-Eres un tonto -le pegué en el abdomen.

-¡Chicos compórtense! Actúen como adultos -nos regañó nuestra madre.

-¡Me está molestando!

-Hijo bájale a tus chistes, ¿Que no ves que tu hermana está sensible por Christopher?

-¡Papá!

-Lo siento hija -carcajeó junto a mi hermano.

-¿Cómo sabes su nombre a todo esto?

-Yo creo que...Porque te la pasas hablando de ellos todo el día.

Seguimos discutiendo del tema hasta llegar al jacuzzi, donde todos nos sacamos la bata y yo quedé en un lindo traje de baño de una pieza color negro.

-¿Que tal está el agua? -le pregunté a Noah mientras veía el vapor del agua.

-Como tú cuando ves a Chris.

-¿Ah? -pregunté pues no entendí su comentario.

-Caliente.

-¡Noah! -le dijeron mis padres al mismo tiempo.

-¡Ya dejen de gritar mi nombre!

-Pues ya no digas idioteces hombre.

Entré al agua y estaba deliciosa, me senté en una de las esquinas y apreté un botón para que comenzara a hacerme masajes.

-Podría quedarme así toda la vida -cerré mis ojos.

[...]

Ya había pasado otro día más, nada nuevo, habíamos paseado mucho junto a mi familia y hoy nos tocaba salir de noche, pero esta vez no dentro del resort, si no a unos cuantos minutos de este.

Yo me bañé y vestí muy simple, unos shorts y polera de tiras negras y zapatillas blancas, me maquillé mis pestañas, un poco de iluminador, labios rojos y por último mi cabello lo dejé lacio al natural.

Salí de mi cabaña y estaba Noah esperándome.

-Hola hermanita, ¿Estás lista?

-Nací lista, vamos.

Fuimos al punto de encuentro de siempre y estaban nuestros padres hablando con otros señores que yo desconocía.

-¡Aquí están chicos! -nos dijo nuestra madre.

-Lo siento por la demora -sonreí.

-Hijos ellos son María y Armando, vienen de vacaciones aquí -papá siguió presentandonos y sólo entendí que al igual que nuestros padres, tenían 2 hijos de casi nuestra misma edad y una más pequeña.

A todo esto, yo tenía 20 y Noah me llevaba la edad por sólo 2 años.

-Ellos conocen un lugar buenísimo para ir a bailar, ¿Les parece si vamos con ellos?

Noah y yo aceptamos sin reclamar.

Salimos del resort y esperamos a que llegara un taxi, nos subimos y el señor canoso -que creo que se llamaba Armando- le dio la dirección del lugar.

𝑨𝑳𝑮𝑶 𝑫𝑰𝑭𝑬𝑹𝑬𝑵𝑻𝑬 《𝐶𝘩𝑟𝑖𝑠 𝑉𝑒𝑙𝑒𝑧》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora