17. SJ

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— ¡Señor! — Nam Joon exclamó tocando tres veces la puerta de la oficina. — ¿Permiso para pasar?
— ¡Adelante! — Respondió él mayor, haciendo un ademán al ver que Nam Joon no demoró demasiado en obedecer. Tae Hyung por otra parte sonrió al compartir mirada con él moreno, que después de haber dejado algunas carpetas color marrón, se acercó a ayudarle en algunos papeleos que tenía por ordenar, para finalmente entregarlos al mayor.
 
— ¿Estás por terminar? — Preguntó Nam Joon a Tae Hyung quién asintió aliviado de finalizar todo de una buena vez. — ¿Te parece ir a comer después?
— Pausó. — Hay un restaurante que ha sido demandado y quiero probar la comida que ofrece el menú. — Tae Hyung asintió, sin decir nada. Por lo que Nam Joon supuso que era una respuesta positiva a la pregunta.

Sin embargo a no muy lejos de ese par, Seok Jin intentaba pasar a desapercibido dicha sensación burbujeante en su estómago al no poder dejar de recordar la bonita sensación que Tae Hyung le provocaba de solo verlo existir. Él se amaba como a nadie, pero Tae Hyung le hacía querer permitir que le robase oxígeno.

— Nam Joon antes de irte, por favor entrega a la señora Lee estos documentos en su oficina. — Exclamó Seok Jin para después volver la mirada al computador que tenía ocupando.
— Si, señor. — Respondió Nam Joon, quién ya tenía hecha su maleta para irse del lugar. — ¡Hasta mañana!
— Ten un buen día. —Sonrío Seok Jin.
— Lo haz hecho genial. — Nam Joon correspondió la sonrisa y abandonó el lugar. Sin antes decirle en voz baja a Tae Hyung que lo esperaría en la parada de bus, ya que iba a pasar antes a la oficina de la señora Lee. Él pelirrojo solo asintió, mientras terminaba por guardar sus pertenencias, dejando de ver al más alto irse de la oficina. Quedando únicamente él mayor y él, quién por el momento estaba dándole la espalda

— ¿Él secretario Kim y tú son parientes? — Preguntó Seok Jin.
— No señor, es solo un amigo y también compañero de cuarto. — Pausó. — Él es un buen Hyung. — Sonrió feliz.
— Su cercanía francamente me sorprendió. — Exclamó Seok Jin.
— Parece ser que el mundo es pequeño.
— Lo es, mi señor. — Tae Hyung respondió, tomando su pequeño maletín entre sus manos. — ¿Tiene aún mucho que hacer? — Preguntó mientras le era inevitable no poder morderse los labios, por los mismos nervios que ahora le eran traición pura, a sus emociones extrañas.
— Algunas cosas más... — Respondió él mayor, antes de sonreír. — Puedes irte Tae Hyung, nos veremos después.
— Está bien yo estoy por irme... — Balbuceó él menor, sintiendo sus mejillas quemar de vergüenza al no ser capaz de acercarse al mayor y despedirse como lo quería hacer.
— Tae Hyung. — Él nombrado brincó sintiéndose expuesto al hombre que al encarar le pidió acercarse con un solo movimiento de manos.

Tae Hyung sintiendo sus nervios en sus propios límites, fue una eternidad llegar al otro, quién se levantó y sonrió.

— ¿Puedo besarte, por favor? — Susurró a lo que Tae Hyung rompió la cercanía, para poder tocar la suavidad del rostro ajeno que se daba el honor de deleitar el toque en rosas gélidas.

Seok Jin apretó la cadera ajena para después no querer dejar de mirar al menor quién parecía embobado en él rostro del mayor.

— Mi señor... —Susurró Tae Hyung recargando su cabeza en el hombro del hombre. — ¿Por qué es tan bonito?
— No lo sé, hasta yo quisiera saber.
— Tae Hyung sonrió poquito al escucharlo hablar y sentir las vibraciones en su fornido pecho.
— Mi corazón quiere salirse. — Confesó él menor al sentirse amenazado por su propio cuerpo que desde el momento en el que empezó a aventurarse con el mayor, lo traicionaban en el momento menos esperado para él, cómo ahora.
— Tu corazón no va a salirse, solo está emocionado porqué me amas. — Susurró Seok Jin, sintiéndose igual.
— Ven a casa con cuidado. ¿Si? — Exclamó para después darle un beso en la frente, dejando sorprendido al menor que francamente esperaba besarlo en los labios otra vez.
— Nos vemos, mañana. — Susurró, en cambió afortunadamente Seok Jin al atrapar la reacción del menor, volvió a tomar su rostro con una sola mano para darle apenas un pequeño roce en los labios como una bonita despedida.
— Asegúrate de escribirme cuando llegues a casa, ¿Bien? — Exclamó él mayor como último, precisamente antes de que él bonito pelirrojo, hiciera
una reverencia entre pequeñas chispas de amor, para después salir de la oficina antes de que se arrepintiera.

Por el momento Tae Hyung creía mejor correr a con Nam Joon quién de seguro le continuaba esperando.

No quería parecer un demente, pero Tae Hyung no tuvo más opción que correr si deseaba alcanzar al mayor antes de que esté se fuera primero, al ver que no llegaba. Dios, poco es decir que el resto de trabajadores de la empresa le miraron extrañó, peor aún cuando casi cae antes de tomar el último elevador desocupado que le llevaría a la última planta del edificio.

Finalmente exhausto, Tae Hyung al llegar a la parada, tocó el vidrio del auto en dónde Nam Joon estaba, provocando que esté brincará al ser tomado por desprevenido, en el bonito silenció que su descanso le brindaba.
— ¡Hey! — Ánimo al ver subir al pelirrojo, sudoroso y con el rostro rojo. —¿Por qué vienes tan exhausto? — Preguntó, apenas y vio respirar al menor, quién estaba intentando regularizar su desenfrenado corazón. — ¿Uh?. — Tae Hyung negó, mientras hacía varios ademanes. Para que Nam Joon le diera un poco más de tiempo, para que él pudiese ser capaz de hablar sin morir en el intento. Pronto tragó una última bocanada de aire.

— Lo siento hyung, revise el reloj y vi que estaba tomando demasiado tiempo. — Pausó. — Así que pase un poco de vergüenza, para llegar aquí lo más pronto posible y así no hacerte esperar más tiempo. —Exclamó, mientras se acomodaba el cinturón de seguridad.
— Vale, vale... Estoy por arrancar, ¿Ya te aseguraste correctamente? — Tae Hyung asintió mientras sonreía.
— He revisado el menú del lugar y ofrecen una calidad buenísima en los alimentos. — Pausó, antes de entregarle el celular a Tae Hyung, quién revisó cuidadosamente cada uno de ellos, siendo inconsciente a la hora de hacer varios pucheros. — ¿Deseas algo en particular? Solo pídelo, hoy la cuenta la pagaré yo... — Tae Hyung le miró por un leve segundo, para después negar inconforme a lo dicho.
— Por favor hyung, llevemos la cuenta por la mitad o perderé el apetito.
— Está bien... — Asintió, no queriendo llevarle la contraria al menor.
— Parece que hay una sopa, con una excelente pinta. Lo acompañamos con carne asada y un par de bebidas. ¿Que tal, eh? — Exclamó Tae Hyung, moviendo las cejas de arriba a bajo para llamar la atención, por un mínimo segundo del moreno quién estaba deteniendo el carro en la primera gasolinera de la carretera.
— ¡Perfecto! — Dijo como respuesta.
— Sopa, carne y bebidas, serán entonces. — Sonrió antes de hacer una reverencia al empleado del lugar.

EL SILENCIO EN COLORES ||  KTH ♡ KSJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora