Capítulo 8

1K 178 45
                                    

Arthit POV

Solté un fuerte gruñido, mis fosas nasales se dilataron con un resoplido enojado, mis dientes se apretaron con fuerza, mis puños apretaron el cuello del hombre al que estaba a punto de gritarle, mis labios se separaron para escupir mi diálogo cuando desde la orilla de mis ojos, volví a ver a Kong. Recargado en una pared, su mirada fija en mí, con Charlie parado demasiado cerca de él, susurrándole algo al oído.

Ahí va mi octava toma.

—¡Corte! Intentemos esto de nuevo. Arthit, ¿estás seguro de que estás bien? Pareces algo... apagado.

—Uh... sí... sí... estoy bien. Lo siento por eso. Lo haré bien la próxima vez.

—Muy bien, tomemos cinco todos.

Solté un suspiro de frustración al arruinar una vez más la toma. Todo el día ha sido un desastre. Desde que volví a mi lado del asiento en el auto, mi boca todavía llena de la saliva de Kong, mirándolo con los ojos muy abiertos, mientras que él apenas tenía una mirada medio sorprendida.

—¿Qué fue exactamente eso?

Mi mente se tambaleó por el efecto que ese beso acababa de tener en mí, un cosquilleo bastante extraño se formaba en la boca de mi estómago.

—Yo... uh... yo... pensé que si te besaba, entonces... umm... romperías con...

Ok, debo estar de acuerdo en que, decir eso en voz alta suena ridículo incluso para mí. La pequeña expresión en el rostro de Kong se desvaneció por completo cuando rodó los ojos, una máscara en blanco cayendo sobre su rostro una vez más mientras golpeaba mi frente, como lo hacía cada vez que terminaba diciendo o haciendo algo estúpido.

Sé que estás convencido de que tienes labios mágicos, pero desafortunadamente tendrás que soportar tener a Charlie cerca hasta que yo lo diga.

Y así, volvió a la normalidad. Escribiendo en su teléfono como si nada hubiera pasado. Listo para completar nuestro horario del día. El hombre incluso fue tan lejos como para decirme que mi noche era libre y que no estaría cerca por su cita.

Y allí estaba, con la boca abierta, completamente perplejo en cuanto a lo que acababa de suceder.

¿Qué demonios estaba haciendo gimiendo como una ramera mientras besaba a mi mejor amigo?

Se suponía que yo lo afectaría, en cambio, él estaba sentado a mi lado despreocupadamente escupiendo basura al azar mientras yo estaba inconscientemente tratando de encontrar otras razones estúpidas que fueran semi-creíbles para poder besarlo nuevamente.

Esperen esperen esperen.

Totalmente no pensé eso.

¿Por qué demonios querría besar a Kong?

Por supuesto que no.

De ninguna manera.

Todo esto era para beneficio de Kong de todos modos, ¿cierto? ¡Cierto!

Entonces, ¿por qué pasé casi todo el día juntando mis labios solo para comprobar si aún podía saborearlo en mi boca? O ¿por qué un intenso sonrojo se deslizaba por mi cuello cada vez que nuestros ojos se encontraban?

Supongo que eso explica por qué han pasado más de dos horas y todavía no hemos logrado pasar de la misma escena. Literalmente, la única escena que teníamos que rodar hoy. Mi cerebro todavía estaba nervioso por lo mucho que ese estúpido beso me estaba afectando cuando sentí una fría palma presionada contra mi frente. Mi cuerpo retrocedió instintivamente tan pronto como el perfume de Kong golpeó mis fosas nasales.

Luces! Camara! ... Amor! // Lights! Camera! ... Love! [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora