Luces! Camara! ... Amor! // Lights! Camera! ... Love! [COMPLETA]

Capítulo 25

Arthit POV

Tan pronto como escuché el sonido de mi teléfono, salté de mi cama y me apresuré a abrir la puerta mientras rebotaba con impaciencia sobre las puntas de mis pies, mirando casi con terror la luz del elevador mientras se movía lentamente hacia nuestro piso.

Habían pasado unas horas desde que había anunciado nuestra relación al mundo en la entrevista, Kong apareció en menos de dos segundos y cambió por completo el tema y toda la línea de preguntas. Ni siquiera pude confesarme oficialmente. Y con la mirada que Kong me había lanzado antes de que él comenzara a conversar con la dama para que volviera a hablar sobre la próxima película, tengo la sensación de que no está dispuesto a apreciar que me arrodille todavía. Bueno, al menos ahora sabe que estoy hablando enserio sobre nosotros.

Estaba a punto de abrir la boca cuando la cerré de golpe con otra mirada de muerte de Kong, susurrándome en silencio.

—Lleva tu trasero a casa. Hablaremos más tarde.

Asentí como un niño obediente, murmurando rápidamente a Charlie para que me enviara un mensaje de texto cuando Kong terminara de lidiar con el drama en el estudio, dejando que mi agente se hiciera cargo del control de daños del desastre que él piensa que he creado mientras llevaba mi trasero a casa.

Mientras contaba los segundos antes de que las puertas se abrieran y me enfrentara a un Kong obviamente furioso, me preguntaba cuál sería la mejor estrategia para navegar con la situación. Quiero decir, si lo piensan, es culpa de Kong de todos modos. No es que no tenga un historial de hacer miles de cosas impulsivas. Ahora, si él hubiera estado dispuesto a hablar conmigo, podríamos haber evitado que dijera todo en televisión nacional. Ven, se los dije. Es culpa de Kong.

¿Por qué tengo la sensación de que él no lo pensará de la misma manera que yo?

Una mirada a la cara humeante que aún estaba parada en el elevador, sus fosas nasales dilatadas por una ira incontrolada me dijo todo lo que necesitaba saber sobre lo mucho que Kong estaba a punto de gritarme hasta el culo.

—Escucha, Kong, puedo explicarlo...

—Tú... tú... tú...

Oh, mierda! Creo que rompí a Kong.

Sus hombros subían y bajaban mientras intentaba formular palabras básicas para comenzar su supuestamente larga sesión de gritos hasta que finalmente terminó con un gruñido de frustración exasperado.

—¡Ah, a la mierda!

Mi boca apenas se abrió para responder a su tartamudeo cuando de repente se lanzó hacia adelante desde el elevador, envolviendo una mano alrededor de mi cuello y sin ninguna advertencia golpeó sus labios contra los míos.

Ok, eso fue inesperado.

Pero obviamente, no fue desagradable, ya que inmediatamente envolví mis brazos alrededor de su cintura, lo acerqué y participé activamente en el primer beso que Kong había iniciado, antes de que decidiera alejarse. Excepto que no parecía que Kong tuviera ninguna intención de detenerse pronto. Por primera vez, estaba masticando apasionadamente mis labios, la presión de sus dedos en mi nuca masajeaba mi piel, sus dientes contra mis labios transmitían cosas que las palabras nunca podrían. Su otra mano se deslizó por mi cabello, solo para presionar nuestras bocas más juntas mientras tiraba de mi cabello. El ligero pellizco de dolor se sentia demasiado erótico. Nuestros labios se separaron solo por un breve momento para recuperar el aliento cuando murmuró entre dientes.

—Arthit, te juro por Dios que eres un idiota.

—Pero soy tu idiota, ¿verdad?

Dio otro gruñido antes de volver a probarnos. Los dedos en mi cabello tiraban mucho más ferozmente como si él me estuviera castigando por hacer algo increíblemente estúpido y al mismo tiempo me instaba a continuar. Mis propias manos se deslizaron hacia abajo desde su cintura hasta sus perfectos globos redondos, dándoles un ligero apretón antes de pasarlas por sus muslos, inclinándome hacia abajo para colocarlas detrás de sus rodillas mientras lo levantaba sin esfuerzo. Kong, bastante dispuesto, envolvió sus piernas alrededor de mi torso mientras nos dirigíamos hacia mi departamento.