Capítulo 11

983 182 18
                                    

Arthit POV

He estado dándole a ese asno miradas acusatorias todo el día. Bueno, más acusatorias de las que normalmente le doy. Más que listo para golpearlo hasta convertirlo en una pulpa ensangrentada. Y también lo habría hecho si no fuera por dos razones molestamente obvias.

Primero, porque la bola de paparazzis que parecían acechar alrededor del estudio tendrían un día de campo atrapando a dos superestrellas en una pelea ruidosa sobre Kong, y en segundo lugar, y probablemente la más importante, quería que Kong tuviera el placer de golpear al tramposo en la cara primero. Antes, de que naturalmente, me hiciera cargo de terminar el trabajo. ¿Es extraño que de vez en cuando una estúpida sonrisa aparezca en mi cara cuando imagino la escena? En general, estuve nervioso todo el día preguntándome cómo estaba Kong. Saqué mi teléfono posiblemente por enésima vez, mirando la pantalla en blanco, deseando que sonara.

¿Por qué no ha llamado?

Debería estar despierto a estas alturas y seguramente su primer pensamiento debe haber sido dónde demonios estaba y el hecho de que no estaba a su lado. Mi propio dilema personal que giraba en torno a Kong había quedado olvidado temporalmente, ya que problemas más grandes me habian abofeteado. Claramente, hacer de Charlie un saco de boxeo no era una opción, con cientos de ojos mirándonos y todavía necesitaba descubrir cómo revelarle a Kong que mi mayor deseo de su ruptura estaba a punto de hacerse realidad, aunque no de la misma manera que hubiera esperado.

Mis pies tambaleantes confundidos todo el día sobre si quería marchar hacia Charlie y enfrentarlo en nombre de Kong o correr a casa para ver al hombre sobrio. Preguntándome constantemente si Charlie era la razón por la que Kong estaba tan atontado ayer por la noche. Mi frustración solo alcanzaba los niveles máximos cada vez que llegaba al mismo pensamiento sobre por qué demonios el hombre se negaba a decirme nada.

Si solo ese imbécil me hablara de su vida, en realidad podría ayudarlo. Rompió con su ex, a quien por cierto no vi ni una vez. ¿Pueden creerlo? No había conocido al novio de mi mejor amigo, al que lo había convertido en un completo borracho. Y luego se negó a salir durante cuatro años, sin importar cuánto lo empujara. De la nada, de repente decide salir con un completo idiota y luego va y se emborracha. De nuevo. Probablemente porque atrapó a su novio haciendo trampa. Todo esto sin decirme una sola palabra. En serio, ¿quiere el hombre que me convierta en un investigador profesional para hacer un seguimiento de su terrible vida amorosa?

Prácticamente salí corriendo en el momento en que terminó el rodaje, golpeando mi pie con ansiedad mientras el elevador tardaba demasiado en abrirse, tecleando ferozmente el código de su puerta para abrirla, para encontrar todo su departamento envuelto en la oscuridad. Mi corazón cayo al instante cuando comencé a gritar su nombre.

—¡Kong! ¡Kong! ¿Dónde estás? ¡Kong! ¡Kong!

No fue hasta que escuché un gemido bajo y doloroso que el pánico en mi corazón finalmente comenzó a calmarse.

—Aquí estoy Arthit. ¿Puedes por favor dejar de gritar tanto? Juro que a veces creo que estás tomando clases secretas de telenovelas para torturarme.

Bueno, mientras esté siendo sarcástico al menos, probablemente no se esté muriendo. Entré en su habitación, también sin luz, todavía dormía debajo de su gruesa manta.

—¿Por qué sigues en la cama?

Caminar más cerca de él prácticamente respondió a mi propia pregunta mientras el intenso calor seguía saliendo de su cuerpo. Puse mi palma contra su frente y bajé mi volumen en varios decibeles.

—¿Estás enfermo?

—¿Cuándo te convertiste en un genio? ¡Ouch!

Le di un golpecito en la frente, justo como el que tengo bastante experiencia en recibir.

—No eres muy inteligente si te emborrachas y luego te enfermas. ¿Estás listo para hablar ahora?

—¿Cómo fue el rodaje? ¿Te despertaste a tiempo? ¿Me perdí algo importante?

—Habla sobre por qué te emborrachaste anoche.

A lo que solo se volvió y enterró la cara en la almohada, su voz apagada apenas entendible, casi sonando como un niño llorón. Un sonido, que claro, nunca había oído salir de Kong.

—Estoy enfermo, Arthit. ¿Qué tal si hablamos sobre lo que me estás haciendo para cenar? No he comido en todo el día.

—Kong, ¿por qué no me hablas? Sé que se trata de Charlie.

Volvió la cabeza hacia mí genuinamente confundido. Haciendo que mi furia y frustración fueran mucho más pronunciadas.

—¿Qué tiene esto que ver con él? En serio, Arthit, dudo que sea tan poderoso como para hacer que me de gripe.

—¿Por qué sigues defendiendo a ese bastardo? Sé lo que pasó.

—No lo estoy defendiendo, simplemente no hizo nada.

—Entonces, ¿cómo terminó tu cita contigo borracho y enfermo?

—Ni siquiera tuvimos una cita ayer porque estaba ocupado, y estoy enfermo porque resulta que soy humano y nuestra especie lo hace de vez en cuando. No entiendo por qué me gritas por no estar bien.

¡Eso es todo!

Si él no está dispuesto a decirme nada, yo mismo lo manejaré. No tengo idea de por qué Kong está tan empeñado en proteger esa escoria, pero le juro por Dios que no dejaré que Charlie joda a Kong por más tiempo. Ni siquiera esperé para escuchar más de las excusas de Kong cuando me di la vuelta y salí corriendo del apartamento con solo un destino en mente.

—Oye, ¿a dónde vas? Todavía tengo hambre...

Acelerando a través de las carreteras, mi ira hirviendo por todo mi ser, con Charlie engañando descaradamente, con Kong negándose a hablar conmigo, sin tener una idea de por qué me atraía de repente mi mejor amigo muy masculino, y sobre todo sintiéndome tan impotente ante este complicado desastre, estacione mi auto afuera del edificio de Charlie. Repitiendo una y otra vez en mi cabeza la serie de golpes y patadas que estaba a punto de llover sobre el hombre. Mis fosas nasales humeando con vapor imaginario mientras golpeaba furiosamente su puerta. Mi puño se cerrado con fuerza en preparación para el primer golpe impactante.

Mi pecho infundido de ira se desinfló instantáneamente cuando Lee abrió la puerta, mi maquillista, mostrando una amplia sonrisa tan pronto como me reconoció. Ahora, no me malinterpreten, no es que no culpe a Lee demasiado por ayudar claramente a Charlie a engañar a Kong, pero es un poco difícil odiar a un tipo que apenas llega a mi pecho y casi siempre está cubierto de sonrisas contagiosas. Especialmente, ahora cuando me tiro por completo con su peculiar saludo.

—Hola, Arthit. No te esperaba. ¿Estás aquí para recoger la sopa para Kong? Charlie y yo hemos estado preocupados por él todo el día. Ya casi termino de cocinarlo, así que debería de estar listo y caliente para la hora de la cena.

—¿UH... Huh?

—Oh, qué estúpido de mi parte hacerte esperar en la puerta. Entra, entra. Te acabas de perder a Charlie. Ahora está en el gimnasio pero volverá en una hora más o menos. Y eso es perfecto, puedes probar la sopa y decirme si le falta algo. ¿Cómo se siente Kong por cierto?

¿Alguien puede decirme qué está pasando? ¿En un momento estoy listo para una pelea del siglo, y al siguiente estoy siguiendo a Lee a la cocina de Charlie a punto de probar la sopa para Kong? ¿Qué me perdí exactamente?

—Ummm ... ¿cómo sabías que Kong estaba enfermo?

—Lo llamé por supuesto. Cuando apareciste en el rodaje de hoy por ti mismo, supuse que Kong debía estar fuera de servicio.

—¿Tienes el número de Kong?

—Por supuesto que lo tengo tonto. Él es mi jefe después de todo.

—Pero ... ¿por qué ... le estás haciendo sopa?

—Bueno, hacer sopa cuando está enfermo es probablemente lo menos que puedo hacer por Kong. Quiero decir que ya estaba agradecido con él por contratarme como maquillador, siendo tú mi primera gran estrella de cine y todo eso, pero después de que él ayudara a que Charlie y yo nos juntaramos. Dudo que alguna vez pueda agradecerle lo suficiente.

¿Esperen... QUÉ?

Luces! Camara! ... Amor! // Lights! Camera! ... Love! [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora