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Joven príncipe, ¿está seguro que quiere hacer esto?

― Sí, y ya te dije que no me llames así, soy Katsuki.― musitó el rubio mientras acomodaba con suavidad el kimono verde siendo ayudado por sus demás súbditos.

Kaminari miró con cierta duda a su amo, no estaba del todo convencido sobre la idea del príncipe pues ir a ese mundo implicaba muchos peligros y él no quería ser decapitado por la reina si algo le llegase a pasar a su preciado hijo; de solo pensarlo se estremeció.
Terminó por ponerle los zapatos al príncipe y se retiró haciendo una reverencia.

Caminando por los pasillos miraba los cuadros pintados a mano de la familia Bakugou, imponentes, con un gran mando desde hacía ya muchos siglos.
Kaminari Denki solo era un simple sirviente de aquella poderosa familia y estrictamente a cargo del malhumorado príncipe heredero.
Fue educado desde que tenía memoria para poder servir desde el nacimiento de Bakugou Katsuki hasta que él tomara la corona del mundo Yokai.
Si bien él tenía una gran carga para educar de manera excelente al testarudo chico de 18 años se encontraba colgando de la cuerda floja pues el príncipe estaba decidido a renunciar a la corona para ser un explorador. No estaba seguro que tan bien iba a salir eso pero si sus padres, los reyes llegaran a cumplir el deseo del joven él tendría que acompañarlo.
Denki suspiro, ¿porqué exactamente a él le tenía que tocar lo más duro?

Una vez que llegó a la sala donde se encontraba la reina tocó y entró haciendo una reverencia.

― Su excelencia, ¿me llamaba?

Midoriya miraba con atención al pequeño gatito que se encontraba reposando en una pequeña colcha afelpada, la respiración del minino subía y bajaba con lentitud indicando que se encontraba bajo un profundo sueño.
El peli verde suspiró aliviado, si no se hubiera percatado de aquel pobre gatito seguramente se encontraría sin vida; su corazón se le achicó, fue afortunado de encontrarlo.
Acarició el pelito amarillo del mínimo siendo respondido automáticamente por un suave ronroneo. Sonrió, si el gatito estaba bien no había problema de nada.

Se levantó y caminó en dirección al baño para sacarse las prendas aún mojadas y se adentró a la ducha.

― Mi señor, no es correcto irse así como así, su madre... digo la reina se enfurecerá con usted, causará muchos problemas, simplemente entienda, esa vida no es para usted, su lugar está aquí en el reino, se expondrá a mucho peligro joven príncipe.

― No― gritó katsuki― he dejado que madre me manipule durante tanto tiempo, quiero salir de aquí, la corona no es lo que deseo, ya tengo 18 años, puedo hacer de mi vida lo que se me plazca. Denki, deberías entender, yo no quiero esto, eres mi amigo, deberíais apoyarme, por favor― el de cabellos cenizos tomó de las manos a su súbdito, rogando por su libertad.

Denki suspiró derrotado― prometa que se cuidará mi señor.

Bakugou abrió rápidamente los ojos, con respiración agitada, ¿donde estaba?
Se levantó e inspeccionó la morada en la que se encontraba, que rara decoración, pensó. Muebles de madera, una extraña silla afelpada, esto no se parecía a su hermoso palacio, ¿será que ya se encontraba en el mundo humano?
No recordaba absolutamente nada, más que la mirada de Kaminari despidiéndose de él.

Regresando a su forma original se levantó para explorar un poco el lugar, caminó hacía un lugar que parecía ser una habitación pero decorada de manera extraña, solo sabía que eran unos aposentos porque estaba una cama pero lo demás que veía le era desconocido.

Los humanos tienen maneras de decorar sus moradas muy extrañas.

Estiró sus extremidades, se sentía adolorido y no sabía porqué, observó su kimono verde, estaba roto de una parte, chasqueo la lengua disgustado; era su kimono favorito.
Después de unos minutos rondando por la morada escuchó unos pasos acercándose en donde estaba, nervioso de que alguien lo descubriera volvió a la forma en la que se encontraba anteriormente y se escondió debajo de la cama.

― ¿Gatito?― una voz extraña llamaba a alguien, ¿pero a quién? si no había nadie más ahí, más que él― ¿gatito?

Más pasos, unos se escuchaban algo lejanos y otros muy cerca, decidió salir al notar que aquel extraño humano no era peligroso, maulló en busca de su atención, el humano rápidamente se agachó y observó al pequeño gatito de pelaje amarillo y pachón.

Bakugou se acercó lentamente, ronroneando, le había caído bien ese humano con cabello de brócoli. Sus bigotitos decían que podía confiar en él.















¡Persefone y Hades están juntos al fin!
Lo que significa que está abriendo paso a mis estaciones favoritas.
Otroño ya está aquí. 🍁
Espero y hayan tenido un buen día.
Lxs amo, gracias por esperar pacientemente por mis actualizaciones, gracias por todo lo que me dan perdón por tan poco lo que les puedo dar.

No olvides votar y comentar qué te pareció este capítulo. Esto me ayuda a mejorar mi manera de escritura para traerles escritos de calidad.
Cualquier falta de ortografía y gramática que logren identificar haganmelo saber. ✨

Besitos en sus caritas. 💕🍒

 💕🍒

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explosivo ↬ dekukatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora