Parte 9

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Golpes en la cara, golpes y cortes en los brazos producto de los filos de algunas rocas. Un fuerte y duro golpe en uno de mis hombros que me hizo gritar, creo que me los disloco. La mochila que tenia amortiguo los golpes en mi espalda. Termine aterrizando en aquel rellano que había visto antes. Se trataba de un pozo de la colina, no muy profundo, pero lleno de lodo. Sentí un dolor terrible en mi nuca. Luego empecé a ver todo borroso y pausado. Al pasarme unos dedos atrás de la cabeza pude notar algo de sangre.

Ahora, como si de una epifanía se tratase, me encontraba en uno de los paradores. No podía moverme, estaba totalmente petrificado, solo podía limitarme a ver y escuchar. Un llanto familiar me llenaba de pavor, el llanto de esa mujer. La podía ver sentada en frente de mi con las manos en el rostro. El faro tenía un tono naranja rojizo que parecía estar apagándose. No podía hablar, lo intentaba, pero al hacer el movimiento correspondiente mis cuerdas vocales no lograban emitir el sonido. Era como si intentara gritar y todo el tiempo estuviese atragantado por algo. Lentamente la mujer, empezó a levantarse y caminar alrededor mío muy despacio. Todavía con las manos en el rostro. Mientras daba vueltas, guie mis parpados hacia arriba, note extrañamente un cielo totalmente negro sin luna, sin estrellas ni nubes. Al bajar la mirada, vi a la mujer en frente mío, se acercaba lentamente mientras poco a poco iba retirando sus manos de la cara. El horror en frente mío se volvía mas turbio al ver en aquella mujer mi propio rostro aturdido. Mi cara muerta y putrefacta mirándome con miedo, que expulsaba un liquido negro de la boca. Al mismo tiempo sentía un asqueroso sabor a barro en la mía. Empezaba a ahogarme, cada vez más y más. En un momento toda fuente de respiración desapareció. Me que de así hasta que empecé a caer de espalda. Lo veía todo en cámara lenta, mi caída, dos figuras extrañas que se ponían a mi costado y el faro apagándose poco a poco. Al aterrizar, caí en una especie de velo negro que termino por inundar mi visión y después solo oscuridad seguido del gemido de un bebe.

Abrí los ojos, justo a tiempo para sacar el rostro del barro y poder respirar nuevamente, al tiempo que escupía todo el lodo que había ingerido por la nariz y la boca. No se cuánto tiempo estuve inconsciente, pero me enderecé poco a poco. Seguía aturdido por el golpe en la cabeza. Trataba de recordar donde estaba, que había visto y que demonios me había pasado.

Mientras intentaba quitarme el sabor a barro de la lengua. Recordé que tenia en mi mochila una botella de agua. Al intentar levantar los brazos, mi hombro derecho me astillo los huesos. El dolor que sentí fue tremendo. Me tantee la zona que me dolía y podía notar claramente un hueco entre las articulaciones en las que se supone debería ir la cabeza del humero unido a la articulación. Solo me limite a buscar la botella con la mirada. Fue inútil. 

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