Cazador vs. presa

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Empezó el combate, los golpes y zarpazos de Belial sacudían los suelos con violencia, cuarteando árboles con una brutalidad digna de aquella criatura tan bestial y mórbida.
El mago lograba seguir el paso de la bestia gracias a sus entrenamientos anteriores y experiencia en combate, pero la bestia era astuta y siempre tenía un objetivo en mente: La sangre derramada a cada golpe no se compara con el sabor de su mágica médula.

Dilakamyr buscaba en todas sus oportunidades el encontrar algún punto ciego en la defensa de su oponente, su experiencia decía que debía buscar a los lados de su gran cuerpo para atacar la nuca o la columna con algún dardo de acero, pero en cada movimiento la bestia contrarrestaba de alguna forma: siempre buscando golpear puntos vitales y nunca perdiendo de vista su objetivo final.
Belial se aproximaba con violencia, las ansias de destrozar a su presa eran más que obvias y el mago sólo podía esperar que las cosas mejoraran con el tiempo...el poco tiempo.

Se le exigía más de lo que podía dar, pero aún así se mantenía firme ante la adversidad pero entonces pensó: Busca una ventaja... TERRENO ALTO
Miró rápidamente a su alrededor y vio una piedra entre los alrededores y su idea lo salvaría de el predicamento al menos hasta que algo lo empeorase.

Belial entonces comenzó a embestir al mago con su titánica fuerza y peso, el mago en un intento desesperado trató de distraer con agujas explosivas que apuntó hábilmente a los ojos de Belial que en un inicio rodó de dolor pero... No detuvo sus embestidas, siguió con el golpe que por poco y daba de lleno en el mago, éste pensó: ¿¿¿La criatura ya era ciega desde antes???
Casi como notando la desesperación del mago, Belial sonrió y gruñó suavemente casi como retando a un ataque, los ojos comenzaron a sanarse y fue ahí dónde lo vió claramente:
La criatura no sólo era ciega, directamente no podía percibirlo de ninguna forma que un animal promedio haría, la criatura volvió a intentar golpearlo y el mago saltó de lado viendo cuidadosamente a la criatura y haciendo análisis de su comportamiento, pensó entonces:
No ve, no tiene alguna clase de hueco nasal por ende no debería poder olerme y tampoco tiene algo parecido a un oído... EL ESTÚPIDO NIÑO
Y pensado en eso volteó detrás suyo y notó que el chico de antes no sólo no se había movido de su lugar si no que no dejaba de verlo cuidadosamente casi como si su atención fuera perfectamente enfocada en él. El mago inmediatamente dedujo el significado de esto pero antes de poder intentar algo escuchó el golpeteo de grandes patas aplastandose contra el suelo y provocando un temblor que rápidamente crecía, casi que por pura inercia saltó lejos y notó un par de cosas en ese momento:
1.- el niño seguía viéndolo pero ésta vez con una sonrisa, como sabiendo que por poco conseguía más carne.
2.- la criatura había crecido pero de una forma curiosa... Había sentido que la embestida fue un poco más rápida y fuerte.
¿La criatura estaba adaptándose? Fuera cual fuera la respuesta, debía de pensar algo rápido ya que el hambre de la criatura se incrementaba segundo a segundo y cada vez se volvía una persecución más fuerte... Las opciones comenzaban a acabarse para el mago quién, en un intento desesperado hizo algo más bien curioso: tomó varias púas y en vez de golpear las patas o los ojos, atacó al chico quién sorprendido, intentó cubrirse con ambos brazos para que en cuestión de segundos, la bestia fuese a cubrir con su propia carne el cuerpo del niño, Dilakamyr dijo en tono más bien humorístico:
-¿Miedo a las agujas?
Esto despertó cierta clase de enojo por parte del chico que ya no lo miraba con neutralidad, ahora lo observaba con ira y rabia por tal acto bélico, fue entonces que la criatura emitió un grito salvaje y atacó directamente con golpes y zarpazos con la intención de matar, el mago entendió todo y dijo en uno de los saltos para salvarse:
- ¿Podrías pelear por ti mismo? Me molestan los débiles sin habilidad.
Fue entonces que el orgullo del chico salió a relucir ya que la criatura cada vez se veía más enojada y sus golpes trataban a toda costa de desgarrarme en el primer intento, pero sus ataques sin sustancia o técnica hacían de todo algo predecible. El combate siguió durante un par de segundos hasta que el mago pensó: Si están conectados de alguna manera...
Entonces arrojó de nuevo una púa explosiva a la criatura y ésta al detonar causo dolor obvio en la criatura pero cuando se volteó al chico, él se encontraba sobando fuertemente el área equivalente a dónde había golpeado a la criatura, despertando así una nueva base sobre la cual iniciar sus ataques, pero la fuerte piel de la criatura hacían que a pesar del dolor, las explosiones no atravesaran la carne y mantuvieran a la criatura en pie, entonces recordó: la  boca no tiene piel.
Y sólo terminó de formularse esto, sacó 3 púas de calor y las arrojó directo a la boca de la criatura dando éstas en la lengua y el paladar, cauterizando al toque y provocando el característico sonido de la carne cocinandose en una parrilla. La criatura se retorció por el dolor y dando una ventana de oportunidad para observar rápidamente al chico, al verlo si sonrisa fue inevitable: estaba tirado en el piso en posición fetal mientras tomaba su boca (la cual soltaba humo) y gruñía de dolor.
Durante esto el mago tomó una púa de explosión ligera y la clavó en el piso, desapareciendo de la vista del chico y el alcance de la criatura tan sólo surgió el polvo de la explosión, dando por terminado el asedio de Belial pero iniciando una duda muy fuerte en el mago: ¿Qué atrajo a ésta criatura a mi?
Y mientras flotaba en su pequeña nube de polvo, logró escuchar el gruñido grotesco de aquella criatura a lo lejos pero ésta vez frustrada, dándole a entender que su escape había sido casi perfecto...casi.

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