5: Clint

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Clint y Natasha de doce años salieron del salón de clases en cuanto escucharon el timbre sonar anunciando que se habían acabado las clases.

—¿Quieres que te acompañe a casa?—Preguntó Clint.

—Por supuesto.—Dijo Natasha sonriendo ampliamente, causando un sonrojo en el rostro de Clint.

Los dos amigos de la infancia se tomaron de las manos y al llegar a la casa de Natasha fueron directo a jugar videojuegos.

—¡Yo seré Peach!—Exclamó Nat tomando el control.

—¡Y yo Mario!—Exclamó Clint.

Mientras que jugaban videojuegos, Nat sonrió y apoyó su cabeza en el hombro de Clint, causando una vez más que el rubio se sonrojara.

Al día siguiente mientras que estaban en clases Clint le pasó una nota a Nat aprovechando que su asiento estaba al lado de el de la pelirroja. «Es bueno tener una amiga.»

Nat sonrió mirando la nota, y ésta vez fue ella la que se sonrojó.

Años después, cuando ambos tenían dieciocho, se encontraban sentados en el balcón de la casa de Clint, observando los bellos colores del atardecer y el sol ponerse. Algo le dio a Clint el valor de tomar la mano de Natasha.

—He estado estresado últimamente.—Dijo Clint de repente. Nat lo miró sorprendida y luego suspiró.

—Sí, yo también...—Apoyó su cabeza en el hombro de Clint.—Debo decirte la verdad, puede que me mude de vuelta a Rusia.

Clint miró sorprendido a Natasha, sorprendido y horrorizado.

—¿Qué...? ¿Cómo...?

—Sabes que las cosas han sido difíciles desde que mi padre murió.—Nat suspiró y se puso la capucha de la sudadera que llevaba puesta, la sudadera de Clint, la cual él le había prestado por el frío.—Así que mi madre pensó que sería buena idea que nos mudáramos con la familia que ella tiene ahí... yo...—Nat sollozó.—De verdad no quiero volver... he vivido aquí toda mi vida, Clint... estás aquí...

Clint jadeó y abrazó fuertemente a Natasha.

—Nat, pero no tienes que irte, ¿porqué no independizas y te quedas aquí? Ya tienes dieciocho.

—He pensado en eso, pero no sabría dónde quedarme, Clint.—Dijo Natasha sollozando.—me aterra independizarme, sería mi primera vez estando sola...

—No estarías sola.—Clint tomó el rostro de Nat entre sus manos y le limpió las lágrimas.—Me tendrías a mí... Nat... yo... ¡quédate conmigo! ¡Mudémonos juntos!

—¿Qué?—Nat lo miró sorprendida.—Clint! ¿Hablas en serio?

—¡Sí!—Exclamó él sonriendo ampliamente, emocionado ante la idea.—Sabes que he querido un compañero de cuarto desde que Bruce se mudó con Thor... y tengo a la compañera de cuarto perfecta aquí.

Nat sonrió emocionada y abrazó fuertemente a Clint.

—¡Oh, Clinty!—Dijo llenando las mejillas de Clint con besos.—¡Me has salvado la vida!

Clint rió y besó la frente de Natasha.

—Para eso están los amigos.

—En ese caso, es bueno tener un amigo.

Años después, las campanas de la iglesia sonaban mientras que ambos bajaban las escaleras tomados de las manos y Nat sosteniendo el borde de su vestido para que le fuera más fácil. El arroz en la acera parecía nieve.

Se subieron a la limosna y Clint tomó el rostro de su esposa entre sus manos y la besó, ambos juntaron sus frentes y suspiraron.

—Finalmente, eres mi esposa...—Clint suspiró.—oh, Nat, no sabes cuánto tiempo he esperado para esto...

—Tú eres el que se tardó en invitarme a salir.

—Es que en ese entonces tenía miedo de que no te sentirías igual...

—¡Tuve un crush hacia ti toda mi vida desde los cinco años!

—¡Awww, bebé! ¿Tuviste un crush hacia mí? ¡Eso es embarazoso!

—Estamos casados...

—Aún así.

Ambos rieron, y marido y mujer se abrazaron.

—Prometo que haré lo mejor para hacerte feliz.

—Ya soy feliz contigo. Sin importar lo que hagas.

—Prometo que te protegeré cada día.

—Eso no lo dudo.—Nat sentía las lágrimas de felicidad en sus ojos.—Te amo, Clint...—Dijo Nat, acariciando el pecho de su esposo.—te amo tanto...

—Te amo, Nat...—La tomó de la barbilla y le besó la frente.—mi mejor amiga, por siempre y para siempre. En las buenas y en las malas hasta que la muerte nos separe.

Natasha rió abrazada al pecho de Clint, levantó la mirada y le besó el cuello, luego la mejilla y luego los labios.

—Es bueno tener un amigo.

Everyone loves Nat Donde viven las historias. Descúbrelo ahora