Capítulo 6

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Había estado tres horas haciendo el examen. Ha sido el examen más largo que he hecho en mi vida.

-¡Lia!-Escuché que gritaban a mi espalda. Al girarme, vi a Dranas correr a abrazarme.-¿Dónde has estado?¡Ya pensábamos que estabas muerta!-Miré a mi alrededor para asegurarme de que nadie podía escucharme hablar, por suerte ahora los pasillos tenían poca gente.

-En un examen- Le respondí con calma.

Fuimos juntas hasta la cafetería y nos sentamos en nuestra mesa de siempre.Se que en un primer momento el que nos fuéramos a un lugar plagado de gente podía parecer la peor de las ideas, pero al estar tan lleno había bastante ruido y no me tenía que preocupar por hablar o no. Al menos no demasiado.

Atalgea se encontraba leyendo junto a Amarania, la cual al vernos guardó el suyo mientras la primera nombrada nos ignoraba.

-¿Qué tal te ha ido?- Me preguntó Amarania.

Reí sin gracia poniendo una mueca de desagrado mientras pellizcaba el puente de mi nariz.

-Vamos que mal.- Dijo cabizbaja Dramas.

-Ahora necesito sacar un 10 si quiero llegar a la media.- De repente un grito ahogado a mi espalda hizo que desviara mi atención.

-¿Has sacado un 0?- Exclamó Dereck.

Dramas empezó a reírse tanto que cayó al suelo.

-¿Qué?- Preguntó el cazador.

Sin embargo, fue Amarania quien le respondió.

-No, la carrera que Lía quiere estudiar, exige como mínimo un 9'2 de media. Por el momento, ha sacado un 9'8 y un 7'8.

Dereck silbó asombrado.

-Vaya si ha bajado...

Y eso es justo lo que me da rabia. Cuanto más necesario es sacar una nota alta, más imposible me resulta. Ya lo he probado todo para relajarme, desde respiraciones profundas, hasta yoga. Pero ni modo.

-Bueno... No te preocupes. Si eso te ayudo a estudiar. Se me dan bien las mates.-Intentó animarme Dereck

-Si también la ayudas con la de historia le salvas el pellejo.- Dijo Atalgea levantando la cabeza por primera vez en todo el patio.

En ese momento me mareé y los nervios me volvieron a invadir. Por poco me olvido del examen de historia. No perdí un segundo más y saqué mis esquemas.

-¿Alguien me puede preguntar?

Dereck levantó la mano con una energía extrema. Le cedí mis chuletas y él lo leyó por encima.

-Aquí hay datos que no están bien...

En ese momento sentí que el mundo se me caía encima.

-¿Qué?- No puede ser, los he comprobado decenas de veces, no pueden estar mal, el examen es en un par de minutos. Maldición. Dereck sonrió sin levantar la vista de mis esquemas.

-Es broma.-Dijo entre risas.

A pesar de saber que era broma no me tranquilizaba. Mis nervios seguían creciendo por momentos. Dranas se acercó y me hizo sentarme, Amarania sacó un abanico y Atalgea empezó a buscar su botella de agua. Dereck miraba la escena extrañado y Dranas le empezó a gritar nada más sentarme, pero a penas les escuchaba, en ese momento empecé a ver todo borroso, las nauseas me empezaron a invadir, me temblaban todas mis extremidades. Les escuchaba decirme algo, pero no lo entendía. Fue cuestión de instantes, cuando de repente noté como algo líquido me empapaba el rostro y me hacía reaccionar. Al alzar la cabeza, pude ver a Dereck cuyo rostro no mostraba expresión y con la botella de Atalgea en la mano y todo el comedor en silencio. Todos los estudiantes conocían mi problema con los exámenes gracias a que en algunas ocasiones me he llegado a desmayar en mitad del control. Caelatae es muy pequeño, y los rumores son muy rápidos.

-¿¡Qué te crees que haces!?-Le gritó Dranas con los ojos llenos de ira. Sin embargo Dereck no la miró en ningún momento a ella, de echo no apartaba la mirada de mi.

-¿Te encuentras mejor?-Me preguntó el cazador.

A pesar de que mi corazón seguía latiendo a gran velocidad y mis manos temblaban, me di cuenta de que estaba mejor. Por lo menos ahora podía coger aire. Sin embargo no podía articular respuesta, no al menos con tantas personas alrededor que nos prestaban atención, por lo que asentí lentamente.

-Si no te encuentras bien deberías irte a casa. No creo que el profesor diga algo en contra.-Continuó hablando.

-¡Si a poco le da algo ha sido por tu culpa idiota!-Dijo Dranas mientras le empujaba con toda su fuerza para intentar alejar de mi.

-¿Mi culpa?

-¡Todo el mundo sabe el problema que tiene Lia con los exámenes!¡Y tu vas y le gastas una broma cuando ahora va a tener que entrar en otro!¿¡Así das las gracias por que te ayudáramos el otro día!?...- Dranas seguía y seguía y a pesar de que yo miraba con súplicas a cualquier ruiseñor que estuviera a mi alrededor para que los separaran nadie se fijaba en mí, si no en Dranas y Dereck dándole la razón a mi amiga en su mayoría, así que respire hondo para calmarme y tuve que hacer lo que menos me gustaba en estas situaciones: hablar.

-Dranas.- La llamé, y en el mismo instante en el que alcé mi voz para llamar su atención todos en la cafetería se giraron a mirarme y lentamente mi pulso y voz empezaron a temblar al notar que tenía toda su atención.-Déjalo, es cierto que todos aquí conocen mi problema, pero él es nuevo, no tenía por que saberlo, además, me iba a poner igual de nerviosa antes o después, así que tampoco tiene mucho sentido montar un espectáculo por eso...

A pesar de que veía en la mirada de mi amiga una rabia congelada por ver que lo estaba pasando mal y quería reprocharme que debía dejar de ser buena con todos los que no se lo merecían, se calló. Bien por que sabía que yo cumpliría mi deber como ruiseñor y defendería al cazador... o bien por que quería hablar conmigo más tarde y echarme una regañina tan apoteósica que no pudiera olvidarla nunca. Gracias a Ruiseñor, en ese momento sonó la campana para entrar en clase, y a mi no me había dado tiempo ni de leerme mis apuntes.

Este día iba a ser el peor de todo el mes. Si tan solo pudiera controlar mi voz, a lo mejor los demás no me hubieran prestado atención, incluso es posible que alguno se prendara de mi voz. En estos momentos no se que es peor. Haber hipnotizado a una persona y que me acosara día y noche, o mi examen de historia el cual no quiero empezar. 

Lo único que me animó fue Dereck. Cuando vio la oportunidad se acercó y me susurró al oído.

-Pensaba que la muerte era lo peor hasta que he visto la mirada que te ha dirigido Dranas. Y Lia... estoy aquí para lo que necesites. No se te ocurra olvidarlo.

Seguidamente se alejó hasta su asiento y me guiñó el ojo desde allí, y por muy tonto que fuera ese acto, hizo que me olvidara parcialmente del examen y me relajara un poco.

El canto de Ruiseñor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora