Capítulo 5

9 1 0
                                    

Emma

Estaba demasiada enojada por el hecho de que me llamara mentirosa, ni siquiera me conoce, pero lo más raro fue que esa palabras se proyectaron y resonaron en mi mente de la nada, la voz que decía esas palabras era de alguien conocido.

Sé que no es la gran cosa, que debió ser producto de mi imaginación, pero esto era algo muy diferente. Se sentía diferente. Mi mente sabía que ese pensamiento no era mío. Ni siquiera se como explicarlo, es muy confuso. Pero ¿Cómo? ¿Cómo sabía yo que mo era mi mente? ¿Como sabía que solo era producto imaginación? Quizá solo era un tipo de... ¿Intuición? Daba por hecho que era eso; la voz que habló en mi conciencia no me pertenecía, era la voz de Mason, es probable que lo haya escuchado decir "mentirosa" mientras dormía y justo en ese momento lo recordé.

Hace unos minutos que Mason salio de la habitación pidiéndome disculpas.

Unos 5 minutos después sentí que mi cuerpo entero se estremeció, de una manera escalofriante, como si el supiera que algo malo había sucedido o iba a suceder. Miré el reloj que se encontraba en la pequeña mesa, a un lado de la cama, marcaba las 10:45 AM.

Esperé a que se me pase esa extraña sensación y decidí leer el pequeño libro llamado El Principito. Pase mis manos por la portada del libro y al hacer ese pequeño movimiento, sentí que se me encogía el corazón, como si ya hubiera tomado un libro antes, pero la sensación se sentía tan nueva que me sentía más extraña que antes. Un nuevo recuerdo vino a mi mente. Aquél recuerdo se vino un poco borroso pero me dí apoyo a mi misma para tratar de que sea un recuerdo claro.

- Vamos, Emma. Solo un poco, esfuérzate un poco más.- me susurré, hasta que pude lograrlo.

Estaba sentada bajo un árbol, a mi alrededor había bastantes hojas que caían del árbol, encima de mis piernas tenía un libro, en la portada decía: Viaje al centro de la tierra.

Sentía una presencia a  mi lado; un chico que era guapo, lo primero que ví fue su cabello: rubio, era tan rubio que parecía blanco, su piel era un poco pálida, se podría decir que era albino, pero no tanto, sus ojos eran de un azul oscuro, era lo que más resaltaba de él, le daba una mirada misteriosa y profunda, que puede llegar a intimidar a cualquiera. Este chico parecía rodeado de un aura misteriosa.

- ¿Qué? ¿Tengo un moco en la nariz?- dijo después de que lo quedara mirando pon un largo rato.

- No. Solo estaba viendo lo feo que eres Ron.- dije con sarcasmo, aunque no era lo mío.

- Dette er den stygge som gjør deg gal.- dijo en noruego, con una sonrisa llena de arrogancia.

- ¿Qué me quisiste decir?.- esperé por su respuesta pero solo recibí silencio de su parte.- Sabes que no entiendo noruego, habla en nuestro idioma.- respondí con fastidio, cada vez que decía algo importante lo decía en noruego. Pero siempre le pagaba con la misma moneda.- Du bist ein Idiot, Ronny.- respondí y el puso la misma cara que hacia cada vez que yo hablaba alemán.

Ronny es descendiente de una pareja de esposos noruegos, con su apariencia sería un chico de 17 años, pero no es así, él es un poco más viejo, 60 años para ser exactos. Yo soy de origen alemán. Aparento de 16 pero tengo 58.  Cada uno de nosotros hereda la lengua origen de nuestros padres, esa es la razón por la cual Ronny sabe noruego y yo alemán. Eso es lo único que se nos deja saber acerca de nuestro pasado. Nunca nos dijeron el porqué de su silencio, o el porqué no conocemos a nuestros padres, nadie de nosotros lo sabe.

Por alguna razón no nos lo dijeron. Todos los jóvenes de mi generación que viven en esta aldea, piensan que el líder tiene una buena razón para no decirnos, pero para mi todo lo que él hace es solo por poder. Nuestro líder es un egoísta, manipulador. Lo que proviene de él es solo maldad, pero nadie se da cuenta, es como que si yo fuera la única persona en su contra, lo malo de todo esto es que se me tiene prohibido hablar mal delante y a espaldas del él, por que se supone que deberíamos estar agradecidos, por guiarnos en el buen camino. Si una sola palabra sale de mi boca estaré muerta.

EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora