Más allá del puente

Capítulo 6: Un final inesperado

 El cielo era tan azul como los ojos de ella, de la mujer que hacia a Eliot sacarlo de la realidad, un sol que rebozaba sus pieles lo suficiente sólo para hacerlos brillar, y las verdes plantas se añadían al hermoso paisajes urbanizados que aquellos dos adolescentes cegados por un sentimiento extraño caminaban.

Los pies de ambos colisionaron en un mismo sentir al ir al mismo paso, su palpitación subía y se coordinaba a sus pensamientos sobre el otro sin que ellos supieran de que lo mismo pasaba por sus cabezas, miedo. 

—¿Mi corazón nunca va a parar verdad?— Pensó Eliot mientras caminaba con Melanie.

Estaban demasiado felices para saber que era eso felicidad ya que según lo que conocían del concepto tan abstracto de ese sentimiento se dibujaba en una sonrisa, pero ninguno sonreía esto iba más allá de eso y eso era lo que los tenía consternados de miedo no querían perder ese sentir.

Llegaron a su destino, la cafetería del parque que se encontraba cerca del colegio que sería la sede de su primera cita ese encuentro que marca la historia de dos personas para siempre.

—Es un lugar bonito— Dijo Melanie al entrar.

—¿Qué deseas?— Dijo Eliot con una sonrisa.

—Un capuccino pero yo lo pago, y tú qué tomarás— Respondió Melanie.

—Tomaré lo mismo que tú— Dijo Eliot sin pensarlo

—¿Eliot qué es un capuccino?— Pensó Eliot al percatarse de lo que dijo y al instante se pierde en su cabeza.

—¿Eli, pasó algo?— Preguntó Melanie al verlo extraño.

—No, nada vamos a por los capuccinos— Respondió Eliot sin vacilar.

Se sientan, luego de pedir el café para cada uno en una mesa con vista hacia afuera, donde se veía el lago de la ciudad.

—¿No se parece al lago del pueblo?— Dijo Eliot mirando a la ventana

—Jajajaj, cierto tiene alguna que otra semejanza— Respondió Melanie con una sonrisa nostálgica.

—Me acuerdo cada vez que pase ese puente, es que siempre pensaba en...— Decía Eliot, pero fue interrumpido .

—Que los cocodrilos podían saltar a comerte—Dijo Melanie con un risa melancólica.

—Era un niñoo, los niños creen en esas cosas sabes— Respondió Eliot avergonzado.

El momento fue cortado por el mesonero que les traía sus café,lo tomaron con gran felicidad, era la primera vez que Eliot sentía en aquella bebida agría caliente, su verdadera calidez, de hecho a él no le gustaba el café, lo detestaba, pero era lo que estaba viviendo lo que le dio ese sabor. Luego de pedir dos botellas de agua se fueron del local para dirigirse a pasear por el lago.

El tiempo pasaba porque tenía que pasar, pero si fuera por ellos por lo menos por un segundo él se pararía sin embargo el sol posó sobre el lago quien acompañaría a los dos adolescentes en el atardecer mientras se sentaron en una colina a disfrutar de la vista.

—¿No te parece lindo?— Dijo Melanie mientras recostaba su cabeza en el hombro de Eliot.

—¿Qué cosa?— Preguntó Eliot con inocencia.

—El paisaje, gafo— Respondió Melanie con una risa pequeña.

La mirada decepcionada de Eliot por esa respuesta se encontró con la mirada de Melanie mientras el Sol dejaba sus últimos destellos por el horizonte,  el careo entre los jóvenes no finalizaba el viento rozaba el lago causando un sonido tan relajante como este momento para ellos, las aves cantaban y las hojas hablaban así que Eliot supo era su turno de hacer presencia en la escena.

—Me gustas— Dijo Eliot.

Las caras se acercaron , los ojos se cerraron,  El Sol terminó por despedirse cuando ambos  dispuestos a sentir algo que nunca habían sentido sin embargo el reloj de la ciudad sonó sacándolos de su mundo, y con él llego un guardia del parque avisando que el parque cerraba.

—¿Qu.. Qué hora es?— Preguntó Melanie con pena.

—Pues las 6 supongo— Respondió Eliot de la misma manera.

Decidieron irse del lago pues ya era tarde, la noche había llegado Eliot le dice a Melanie para acompañarla a su hogar, y ella con la pena que la estaba caracterizando en después de la cita aceptó, caminaron hasta el metro donde se montaron.

—¿En dónde bajas?— Preguntó Eliot.

—En la dos— Respondió Melanie al momento.

—Esa es la misma donde  yo me bajo generalmente— Pensó Eliot confundido.

Llegaron a la estación y siguieron el camino que Eliot normalmente recorre para ir a su casa, pero todo se vuelve aún más extraño cuando entran en la misma urbanización donde él y Aron residen.

—¿Dónde vives Mel?— Preguntó Eliot muy confundido.

—Al lado de esa casa— Dijo Melanie mientras señalaba da casa de Eliot.

—¿Somos vecinos?— Dijo Eliot.

—¿A ella se refería Aron?— Recordó Eliot con una pequeña sonrisa melancólica.

—Pues sí siempre cuando vas a la escuela te veo sólo no te dije nada porque te quería dar la sorpresa luego— Dijo Melanie riendo.

—Sí, eres fastidiosa— Respondió Eliot mientras la abrazaba con fuerza y ambos reían.

 La hora de despedirse llegó, no sin antes un beso de Melanie en la mejilla de Eliot y un te amo caluroso como el mismo fuego que sintieron ellos durante toda la tarde.

Melanie entra a la casa y Eliot sigue de largo para ir donde Aron, sin embargo lo llama una voz conocida y el sorprendido voltea.

—Hey— Dijo el desconocido sentado en un muro de la entrada de la casa de Eliot.

—¿Quién eres?— Preguntó Eliot

—Soy yo, Raúl— Respondió

—¿Qué haces aquí a esta hora?— Dijo Eliot.

—Necesitaba hablar contigo luego de lo que pasó— Expresó Raúl con cierta culpa.

Eliot saca de su bolso las botellas que les sobro de la cita, sacó una para él y otra para Raúl, luego se sienta en el muro con él dispuesto a hablar, sin embargo el silencio protagonizó el momento debido al predominio de la pena en los dos.

Una  fría brisa les llega a ellos y esto le sirve de excusa a Eliot para hablar.

—¿Tienes frío?— Preguntó Eliot mirando a las estrellas.

—Algo, la verdad— Dijo Raúl frotándose los brazos.

—Ven, vamos a entrar— Expresó Eliot esperando que su madre no esté.

Los se paran, agarran sus cosas y suben las escaleras que dirigen a la puerta, Eliot saca las llaves y la abre pero para la gran sorpresa de él lo primero que ve son las gotas de sangre que había en el suelo.

—¡MAMÁ!— Gritó Eliot asustado.

Pero él no recibe respuesta alguna.