Capítulo 11

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—Puedo cuidarme sola bastante bien. —le respondía en voz baja.

—¿Ocurre algo? —escuchaba en su tono ese timbre confiado de quien sabe que su juego esta funcionando.

—En absoluto. —contestaba intentando disimular aquel pequeño cosquilleo provocado en mi estomago debido a sus movimientos.

—Creo que tienes una bella casa. —le veía desviar la atencion hacia el resto del lugar, y le agradecía internamente.

—Aún deben arreglarse ciertos detalles, pero gracias. 

—Asi que... ¿Llevas mucho tiempo viviendo en Corea? —Decía casualmente mientras tomaba asiento en uno de los sofás.

—Un poco de agua ¿cierto? —le decia evidenciando el unico motivo por el que le permiti acompañarme.

—Que mala Señorita Lee ¿Por qué es que le teme a que la conozca?

Caminaba hacia la cocina ignorando el hecho de que había escuchado su respuesta. Tomaba la jarra con intencion de servir el vaso y entregarselo.

—¿No crees que eres demasiado hermética? —me tomaba por sorpresa escucharle tan cerca, por lo que derramaba un poco de líquido.

—No. —le daba una respuesta breve mientras volteaba con el vaso en la mano y se lo extendía.

Permanecía recargado del marco de la puerta mirandome con mala expresión.

—Y fría... Sobre todo fría. —respondía en reproche pero juguetonamente debido a mi actitud.

—Pues es lo que tenemos, no puedo hacer mucho ante ello. —contestaba con el mismo tono juguetón y una sonrisa disimulada.

—¿De verdad?, pienso que podríamos cambiar un poco esa actitud, si tan sólo me dejas preguntar y respondes, de esa manera nos conocemos un poco. Gran idea ¿no?

—No lo sé, luces como alguien peligroso de conocer.  —me observaba intrigado y asombrado por mi respuesta. —Quiero decir que... No quiero problemas y tenerte cerca significa uno, y uno muy grande. —dejaba el contacto visual para caminar hacia la estancia.

—¿Tanto asi lo has meditado? —se acercaba hasta unirse junto a mi en el sofá.

—Hay por favor, sabes a lo que me refiero.

—No te preocupes por eso, ya te he dicho que seré quien se encargue de las chicas. No te volverán a molestar.

—Ajá, si claro.

De verdad, ellas no son malas es solo que... ya sabes son un poco intensas.

—¿Un poco?

Vale, vale entendido. Pero de verdad que hablare con ellas al respecto.

Le miraba poco convencida con sus palabras, pero debia admitir que por lo menos pensaba realizar algo al respecto, que no estaba segura que resultara bien, considerando que ellas asumirian que estaba tomando mi lado.

—De acuerdo, creere en ti. 

—¡Al fin! un voto de confianza. —expresaba aliviado y satisfecho con mi respuesta.

—No crees... —se quedaba a la mitad de la frase, ya que el sonido de mi móvil le interrumpía.

—Dame unos minutos, es mi mamá. —comentaba mientras veía la pantalla iluminada. Definitivamente oportuna no sería el segundo nombre de mi madre.  —Hola mamá. —intentaba no sonar nerviosa.

—¿Qué se supone que te tiene taaaan ocupada que ni a tu madre puedes llamar? —le escuchaba molesta.

—Lo siento mamá, he estado ocupada con los trabajos y las clases.

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⏰ Última actualización: Oct 18, 2019 ⏰

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