Si leyeron obsesión y no pensaron en este pequeño escarbato, deberían reconsiderar su definición de obsesión.
Draco Malfoy.
Estaba en los límites del callejón Knockturn esperando a un par de gemelos pelirrojos que según tenía entendido, hoy visitarían a un casero para discutir la renta de un local en el callejón Diagon, dieron las 7 de la noche cuando ese característico par, acompañados de alguien sin importancia aparecieron entre la multitud de gente que iban de una tienda a otra.
Con la mirada fija en sus movimientos, vi como ambos miraban con ilusión la fachada del lugar, antes de adentrarse en el mismo para ver su interior, con destreza y sigilo que había adquirido tras años de seguir a aquel par tan escurridizo y porque negarlo... tras años huyendo del infierno que era mi vida, los seguí al interior del lugar, chasqueando la lengua molesto, ante el reflejo de dolor que recorrió mi cuello, su marca ya no estaba, pero mi cuerpo aún recordaba el dolor de la misma, pero no estaba dispuesto a que siguiera arruinando mi vida.
Una vez adentro, asegure el lugar, no quería ser interrumpido en medio de un momento tan crítico, tampoco me arriesgaría a que alguien entrará y me detuviera, o peor... que les hiciera algo a MIS gemelos por el simple hecho de quién soy y lo que soy. Controlando la ira asesina que me recorría cada que pensaba en podrían dañarlos, me concentre en el murmullo de voces que estaban en el segundo piso, esperando el mejor momento para hacerme presente.
-¡Mejor vamos a la habitación! -mi cuerpo se tensó y mire a las escalera con gran ira.
¿Quién demonios se creía ese idiota para invitarlos a una habitación? Con una gran ira burbujeando en mi interior, comencé a subir las escaleras, concentrándome solo en una cosa, hacer que se arrepienta ese idiota por atreverse a decir esa frase.
Al llegar casi al final de las escalera, vi como los gemelos subían al tercer piso, pero lo que se llevó toda mi atención, fue el patético intento de mago que se encontraba a escasos pasos del par de pelirrojos, mirando de forma descarada sus cuerpos, tal vez pude dejar pasar eso... con gran esfuerzo, pero sus pensamientos me llegaron tan claros y asquerosos, que él solo firmo sus sentencia.
-El lugar es perfecto para un par de solteros -dijo con la clara intención de sacarles información -Les muestro -rozó innecesariamente su cuerpo con el de los gemelos, para abrir la puerta, cuando claramente pudo usar un hechizo, gruñí por lo bajo, pero me obligue a permanecer escondido, aún no era el momento -Hermoso ¿No? -señalo el lugar con una sonrisa, que se expandió al ver la mirada perdida de los gemelos en el lugar, que estaba perfectamente amueblado, sin que el par se diera cuenta se fue acercando a ellos por la espalda, mientras se adentraban más en el lugar.
Aprovechando el despiste del idiota, entre al lugar y cerré la puerta con magia, solo en caso de que notará mi presencia y quisiera escapar, saque mi varita, al ver como buscaba la suya casi con desesperación, ya era hombre muerto, solo que aún no lo sabía, pensé con gran satisfacción.
-Pero la verdadera belleza es la habitación, fue... -No deje que se acercará ni un paso más a los chicos y le lancé un hechizo que haría que su cuerpo se sintiera como si estuviera a fuego vivo y lo mandé a algún lugar muy lejos de aquí.
Me acerqué con sigilo hacia ellos, los cambios eran ligeros en ambos, pero se podían apreciar si llevabas años apreciándolos, cuando estuve a un solo paso de ellos, pude notar los gestos que se dedicaban, comunicándose sin palabras.
-Quisiera poder entenderlos -susurre con tranquilidad, dando a conocer mi presencia, ambos brincaron del susto pero antes de que pudieran si quiera hacer algo, ya había lanzado una onda mágica que los arrojo contra la puerta de la habitación abriéndola con sus cuerpos y de un golpe seco quedaron contra la pared del cuarto, solo basto un movimiento de varita y ambos estaban atados contra la pared -Espero disculpen mi rudeza, pero no pienso perder más tiempo -me disculpe mientras entraba a la habitación y cerraba la puerta con aparente calma, aunque en realidad me carcomía la emoción.
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La oscuridad sabe mejor en tus labios (Fictober).
FanfictieEl bien mayor, vaya farsa más grande, una idea estúpida seguida por idiotas e ilusos, cuya necedad e idealismo solo los llevaría a crear justo lo que querían impedir. Que idiotas al creer, que poner el peso del mundo en un niño resolvería todo, sin...