Capitulo 4. Conociendo y Descubriendo

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*Elisa*

Después de varias horas de vuelo desde España, llegué ese mismo día a Royal Academy. Aunque la azafata me tuvo que despertar para que bajara, lo hice sin problema, y extrañamente estaba alegre.

Bajé del Jet, mientras escuchaba a través de mis audífonos la Intro de Tokyo Ghoul, llevando mi mochila con mis cosas, ya que mis maletas ya estaban en el auto. Subí a la limusina blanca y cerré la puerta.El camino fue tranquilo y algo rápido, pero el paisaje no dejaba de ser hermoso.

Al fin... llegamos a Royal Academy. Era majestuoso, un impresionante castillo construido a inicios del siglo XVII, que había perdurado por más de 400 años; algo que se podía considerar increíble sin dudas.

Mis maletas fueron llevadas por los criados de la academia; mientras yo solo recorría el campus en silencio, viendo todo, mientras escuchaba I can fix you y admiraba la belleza de la Academia.

Después de un rato de andar caminando, y explorando el lugar, me topé con ella. No lo podía creer. Aquella pequeña chica albina, de 11 años de edad y la miniatura de 112 centrimetros estaba ahí... viva, a pesar de los intentos de homicidio que sabía ella vivía a diario.

- K-Koko...

Una lagrima rodó por mi mejilla y cayó al suelo, me sonrojé levemente y me limpié el rostro con la manga de mi ropa, cada vez que veía a esa pequeña chica sentía algo raro dentro mío, pero solía ignorarlo.

Tomé el dije con forma de candado de mi cadena, sin dejar de verla. Ella estaba de espaldas a mi, supuse que todavía no me había visto, así que camine lentamente en silencio, y un vez estuve detrás de ella, le cubrí los ojos y hablé un tanto temblorosa

-¡¿Que demonios?!

Preguntó la albina por el susto

- Para amar...

- Se necesita coraje

Fue su respuesta, mientras le descubría los ojos y ella se volteaba y me veía, llorando mientras me abrazaba.

- Me asustaste teñida

- Y yo no te encontraba pitufina

Dije con una leve risa, hacía meses no nos veíamos, y no podíamos hacer nada más que mensajearnos o hacer videollamada. Seguimos hablando por varios minutos más, hasta que toqué sin querer el tema que no quería

-Y... ¿Como te ha ido? Ya sabes... Con eso de los Atentados...

-B-Bueno pues... Bien... Han reducido un poco... Pero no tanto que digamos...

-Oh... Ya veo...

-Cambiemos de tema... ¡Te traje dulces!

Me dijo ella sonriente, amaba sus dulces. No tenía ni idea de como los hacía pero eran como la Droga, basta con una probada para enviciarse, pero parecía que estaban en su malea, ya que buscó y rebuscó en su mochila pero no los encontró.

Comentó que iría a buscarlos a su maleta, solo asentí con la cabeza y le espere mientras revisaba mi celular

- ¡No te pierdas!

Dije entre risitas, era tan pequeña que se podría perder sin dudarlo como aguja en pajar. Me respondió algo pero no logré escucharla. Alcé la vista de la pantalla de mi celular y la vi chocar con un chico, calló al suelo de espaldas y guardé mis cosas para ayudarle, esperaba que al caer de ese modo no se hubiera lastimado.

Aparecí detrás de ella y me le quedé mirando al chico. El príncipe de japón estaba en Royal Academy con nosotras. Coloqué mi brazo alrededor de sus hombros mientras la veía de reojo, sonreí de manera un tanto pícara y hablé

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⏰ Última actualización: Jan 21, 2020 ⏰

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