Capitulo 15: Celosía de Gato

62 8 2
                                    

Tristán había colocado una hamaca al lado de su casa, aprovechando que junto a esta habían dos árboles lo suficientemente cercanos como para poder atar las cuerdas sin problema alguno
Ya de casi dos semanas se había mudado a Rocaroma, y estaba más que encantado de su nueva casa. Al llegar tuvo una discusión en privado con Silvia, pero el gato aseguró a esta que no le contaría a nadie quién era en realidad. Tenía sus dudas de porque hacía eso, pero se las guardo para el
El gato y la humana se conocían de mucho. Se podría decir que eran amigos de la infancia, pues más o menos por esa época se conocieron
Los días pasaban con calma para el gato azul. Ese lugar realmente le gustaba, y más aún los que vivían allí. Aunque puede no todos. Desde que había venido, observo que Silvia y ese gran oso llamado Teddy se entendían muy bien. Puede demasiado

-- Nah. Yo soy el mejor amigo de Silvia. Si alguien debería estar celoso es Vigilio - Rio el gato, tras que se acomodo en su hamaca y se quedó dormido

Silvia salía del centro de correos, camino al ayuntamiento. Habían mandado un montón de documentos y tenía que llevarlos ella misma allí, lo que era algo difícil, pues no estaba justamente cerca

-- Ufff... En serio... Si Canela no compra un fax para el ayuntamiento, lo compro yo misma. Cada vez vienen más papeles... ¿¿Para que quiere preparar desde ahora la fiesta de año nuevo de los próximos 3 años??

Caminaba lentamente, pues tenía tantos documentos que no podía ver adelante y tenía que mantener la cabeza a un lado para poder ver por dónde iba. Así paso mitad de hora, y ni siquiera estaba cerca de a donde tenía que llegar. Se paró cansada y miro a los lados. No había ningún lugar donde poder dejar los papeles sin riesgo a que se llenarán de tierra o algo

-- Suspiro - ... Realmente tengo que hacer sí o sí que Canela ponga al menos unas bancas por aquí también ... ?!
-- Me parece muy buena idea - Se oyó una voz, tras que la mayoría de los documentos fueron levantados, dejándolos en cargo de un gran oso Grizzly
-- Teddy. Hola
-- Hola, Silvia. ¿De nuevo sola con tantos papeles? Tienes fuerza, no broma. No habría creído si no habría visto que alguien de tan pequeña altura pudiera estar tanto tiempo con tal peso
-- Oh, venga. No que fuera enana - Rio la chica
-- Jajaja. No, tienes una buena altura. ¿Vas al ayuntamiento con estos documentos?
-- Si...
-- Venga, vamos, te acompaño. Me será un buen ejercicio
-- Gracias

Empezaron a caminar juntos. Ahora el gran oso tenía gran parte del peso, la humana llevando los suficientes papeles como para poner llevarlos en un brazo
La hamaca se movía lentamente de un lado al otro. El gato que descansaba en esta estaba tan acomodando, que ni si lo golpeaban no se habría bajado. Aunque tal vez otra cosa le haría hacerlo
De la nada, se empezaron a oír risas. Y una voz a la que el gato azul reconocía sin faltar

-- Vaya, Teddy, sí que tuviste una vida interesante
-- Neh. Solo me divertí con lo que tenía a mano - Ambos empezaron a reir

Tristán estaba tras un árbol, escuchando toda la conversación. En cierto modo, le molestaba un poco verlos tan cercanos. Bueno, en realidad le molestaba mucho. Tras pensarlo unos momentos, corrió hacia ellos dos, cortando a estos el paso

-- Hola - Saludo algo nervioso el gato azul - ¿Que hacen?
-- Oh, hola, Tristán. Teddy me ayuda a llevar unos documentos hasta el ayuntamiento
-- Me sorprende que alguien tan delgadillo haya podido ir con tanto peso tanto tiempo
-- Ya venga, que no soy floja. Y yo tengo fuerza, aunque no lo parezca
-- Ya ya, observé - Ambos rieron, creando cierta incomodidad en el gato
-- ¡Y yo puedo ayudar!
-- ¿Que? Pero Tristán, a ti no te gusta...
-- Pero puedo hacerlo - Toma parte del peso que tenía Teddy, aunque se veía que no podía soportarlo mucho - ¿V-ves?
-- Oye, mejor me dejas a mí. No tienes buena cara
-- ¡Claro que la tengo! - Empieza a caminar con algo de dificultad - ¿Ves..? - Al no ver por dónde iba, tropieza con una piedra, cayendo y habiendo que el lugar se llene de carpetas
-- ¡Tristán! - Se acerca la chica a este - ¿Estas bien?
-- Venga, amigo, me ocupo yo. No hay problema
-- ¡No! ¡Y yo puedo ayudar a Silvia! - Al oír eso, la humana y el oso se miraron el uno al otro. Teddy entendió al instante que pasaba. Recogió las carpetas, tomo los papeles que tenía y la chica y fue solo hacia el ayuntamiento
-- Mejor los dejo hablar, ya me ocupo yo de esto
-- Gracias, Teddy - Se gira hacia Tristán, que miraba algo avergonzado hacia abajo - ¿Que pasó? No parecías ser  tu mismo. A ti no te gusta hacer esfuerzo
-- Lo se... Solo que... Desde que vine observé que te llevas muy bien con ese oso... Puede... Que más que conmigo
-- Tristán...
-- Perdón que me meta - Dijo Amnesio, apareciendo de la nada - Oí vuestra conversación y solo puedo decir una cosa
-- ... ¿Si? ¿Cuál es, Amnesio?
-- ¿A qué hora se abre la tienda de muebles?
-- ... A las ocho, Amnesio...
-- Ah, pues son las 11. Seguro ya cerraron - Se va, dejando al gato confundido
-- ¿Que fue eso? La tienda se cierra a las 10 de la noche
-- Déjalo así. Digamos que se merece su nombre
-- Si - Los dos rieron - Por lo de antes... Perdona
-- Tristán, pase lo que pase, tú serás siempre mi mejor amigo
-- ¿De verdad?
-- Claro. Venga, ven a mi casa. Prepare una tarta ayer
-- ¡Genial! - Empiezan a caminar y pasan del ayuntamiento - Oye... ¿No deberías ayudar a Canela?
-- Venga, que no muere porque no la ayude un día

~~En el ayuntamiento~~

-- ¡¡Aaaahhh!! ¡¿Donde está Silvia?! - Gritaba la alcaldesa - ¡¿Cómo me ocuparé sola con tantos papeles?!

Animal Crossing : El pueblo de CanelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora