Capítulo 3

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-azul-

ORIANA

Hay días que me levanto pensando qué pasaría si siguiera siendo amiga de Yoel. Nuestra lenta separación tras los años, hizo que me diera cuenta de que existían más personas en el mundo a parte de él.

La primera chica con la que me junté se llama Serena, teníamos 10 años y nos conocimos por una carne empanada.

Todo sucedió así:

Me dirijia hacia el mostrador de la comida (por segunda vez) donde la cocinera nos ponía la misma ración a todos los alumnos. Cuando llegué con mi plato vacío, ella me miró con cara de desaprovación.

-¿Qué quieres?- dijo con un tono muy seco y serio.

-¿Podría volver a ponerme un trozo de carne empanada, por favor?- le respondí de forma educada.

Ella soltó una risa sarcástica mientras me seguía mirando, y luego volvió a poner su cara de amargada.

-¿Me ves con cara de querer repartir más comida? Todos habéis tenido vuestra ración y ese es el trabajo que me obligan a cumplir, una sola ración por persona. Así que ahora que ya lo sabes, vuelve a tu mesa.

Me quedé con una cara de lerda impresionante. Me sentí en evidencia. Volví hacia mi mesa cabizbaja, pero me fijé en una chica de pelo largo y negro azabache que pasaba por mi lado.

Cuando llegué a la mesa, me fijé que en que estaba en el mostrador hablando con la cocinera. Esta tenía ahora un semblante más risueño y agradable. Hoy estaba sola, así que tenía toda la mesa para mi, así que la aproveché para sacar apuntes hasta que nos dejaran salir del comedor.

Le acaba de poner un trozo de carne empanada. Me acaba de declarar la guerra esa mujer. 

Una vez sale del mostrador, se acerca hacia mi con un semblante ganador. ¿Qué narices está pasando?

Cuando me fijo en su cara, caigo en la cuenta de que es una chica de mi clase. Nunca he hablado con ella, solo sé que va a mi clase y ya.

- Ten, me llevo bien con ella.- A continuación, me da el trozo de carne que quería.

-¿Cómo has sabido que quería la carne?- Le dije mientras me brillaban los ojos de alegría.

-Del menú de hoy creo que lo más comestible era ese trozo de carne. Pero, cambiando de tema, ¿te importaría que me sentara contigo?-

No me esperaba esto para nada.

-¡Claro, sí! Hay espacio de sobra.- Hago a un lado mis apuntes y le hago sitio en frente de mí.

Y así es como ella y yo nos conocimos. Fué mi primera amiga de verdad, y desde ese momento nos hemos vuelto inseparables.

Desde que he llegado a la fiesta no la he vuelto a ver. Ha entrado y se ha ido detrás de un chico, lo único que me ha dicho es que era un amigo suyo y que no la esperase, que quería hablar con él a solas.

Estábamos solos Miguel, su amigo Nacho, y yo. Un corrillo de 3 adolescentes con cubatas (creo) en la mano y moviéndonos al ritmo de la música. 

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⏰ Última actualización: Sep 30, 2019 ⏰

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Los ojos del otoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora