Realidad

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Iba caminando a paso rápido por el centro de la ciudad de camino a mi apartamento, no sabía cómo podía tener tanta energía si acababa de revivir pero la verdad es que ahora no podía pensar en lo extraño de la situación, el solo imaginarme a mis padres sufriendo por mi supuesta muerte....Dios no podía ni pensar en ello.

La calle estaba concurrida de gente y yo trataba de no chocar con nadie mientras me abría paso entre tanto tumulto.
Mientras esperaba a que cambiara el semáforo para cruzar la calle un perro me empezó a ladrar como loco.

— ¡Cállate ya chucho!

Por fin la luz cambió y seguí mi camino pero al parecer me demoré mucho y los carros me empezaron a pitar. Justo entonces evité chocar con una señora a la que se le había caído la bolsa de la compra, quise ayudarla pero en este momento tenía problemas más importantes así que no le presté mucha atención y seguí de largo.
Después de unos diez minutos caminando llegué al edificio de apartamentos donde vivía con mis padres.

Era un edificio moderno, de grandes ventanales y varios pisos aunque habían pocos apartamentos por planta.

Subí a toda prisa y me encontré con la puerta abierta, me asomé y vi al compañero de trabajo de mi padre, Hugo, recostado en la mesa del comedor mientras lo esperaba. Mi padre, Arturo, estaba cerca de él llevándose un cigarrillo a los labios.

Quise entrar para darle la sorpresa de mi regreso, pero me quede clavado en el lugar al no saber cómo reaccionaría al verme tan de pronto, seguramente pensaría que era un espectro.

— ¿No quieres que cierre la puerta? — preguntó Hugo.

— ¿Qué más da? Me lo termino y nos vamos— respondió mi padre señalando el cigarro.

Cuando por fin me decidí a pasar escuché las palabras que decía Hugo y mi mundo se paró en seco...


— ¿La policía no ha sospechado nada verdad? Si se enteran que lo de tu hijo no fue un suicidio no me quiero ver involucrado.

"¿Qué se supone que significa eso?"

— Shhh, no digas eso en alto que alguien podría oírte — dijo mi padre mirando de un lado a otro y con el dedo índice contra los labios — y despreocúpate, ellos piensan que se cortó las venas, jamás se van a imaginar que yo lo hice pasar todo por un suicidio, además tú lo único que hiciste fue conseguirme los somníferos.

Me fuí alejando poco a poco de la puerta muerto de miedo, lo que acababa de escuchar debía ser una jodida mentira...no me lo quería creer, pero las dudas, el pánico y la confusión recorrían cada centímetro de mi ser.
Mi padre había dicho que él....que me había asesinado haciéndolo pasar por suicidio, pero ¿por qué?

— Hey espera que yo solo no te conseguí los somníferos, también te estoy encubriendo y te inventé una coartada para ese día— continuó Hugo y lo pude escuchar perfectamente a pesar de haberme alejado.

— No seas miedoso te dije que no había problema.

— Ok pero ¿No te sientes culpable? Adam podría no ser tu hijo biológico, pero aun así lo criaste.

¿Deque estaban hablando? No tenía sentido nada de lo que decían... él, Arturo, erami padre, jamás habíamos tenido una relación tan cercana pero me había criado ysiempre me quiso, era imposible que no fuese mi padre.

— No me siento para nada culpable, después de todo esto lo provocó Naomi porhaberme engañado hace 19 años— dijo mi padre lleno de ira y con una expresiónde odio en la cara— Sea como sea ya está muerto y enterrado y su madre prontoestará igual que él, es lo que le toca por tantos años de mentiras.

— Así que después de todo también vas a hacer pagar a tu mujer esta noche¿verdad?

— Por supuesto, ya vámonos que se nos hace tarde.

Al oír esto fuí a esconderme detrás de la escalera y esperé a que ambos sefueran.
No sé cuánto tiempo estuve allí, pensando en lo que había oído, rememorandocada detalle de la conversación y aceptando el hecho de que alguien más era mipadre biológico, pero a pesar del shock estaba claro en una cosa, no iba adejar que nadie le tocara un pelo a mi madre.
No me importaba lo que ella había hecho o las mentiras que hubiese dicho,ninguna persona se merecía la muerte por una razón así.

Oí como se abría la puerta y al asomarme vi a mi mamá a punto de entrar en el apartamento,era la oportunidad perfecta y aunque se asustara por verme de repente tenía queavisarle del peligro que corría.

— ¡Mamá! — ella no me escuchó.

— ¡MAMÁ! — seguía sin oírme.

Me acerqué corriendo y cuando ella estaba de espaldas a mí y a punto de cerrarla puerta quise tocarle el hombro pero mi mano...la traspasó.

— ¿Pero qué...?

Mi madre se viró para cerrar la puerta y sin saberlo me miró directamente a losojos, pero no me vio y fue ahí cuando me dí cuenta de que era imposible que meviera porque yo...era solo un fantasma.

Renacer de la Verdad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora