Verdad

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— ¡¡Viejooo!! Necesito explicaciones ¿dónde estás?

Estaba de vuelta en el cementerio buscando al hombre que me había sacado de la tumba.

Después de encontrarme con mi madre y darme cuenta de la cruel realidad había salido pitando de mi edificio, al principio me quedé muy shockeado y con la mente en blanco... era un puto fantasma...no era algo fácil de asimilar.
Tuve miedo de quedarme en una especie de limbo y que nadie me pudiera ver jamás, hasta que caí en el viejo que había hablado conmigo en el cementerio. Exactamente por eso había vuelto a buscar a ese hombre y que me diese explicaciones, para averiguar cómo me había visto.

— Si estas tan alterado es porque ya te diste cuenta, en serio me sorprende que hallas tardado tanto.

Me giré y allí estaba aquel señor con ropas antiguas, cruzado de brazos y viéndome de forma pícara.

— ¿Qué coño me está pasando?

— ¿A estas alturas es que quieres saber?

— ¡Por supuesto que quiero saber! Y usted es el único que puede explicarme, ¡fue el que me sacó de la tumba, el único que ha podido verme y antes de que saliera corriendo estaba a punto de decirme algo, así que explíqueme YA! — le exigí de forma apresurada y muy alterado.

Me llevé las manos a la cabeza y traté de tranquilizarme, no iba a conseguir nada estando tan estresado.

— Bueno a ver ¿por dónde empezamos...?

— Por el principio de ser posible.

— Estas muerto, de eso no cabe la menor duda, y seguirás muerto, lo que pasa es que a veces cuando a alguien le queda algo por hacer su espíritu vuelve a la vida para resolver dicho problema; la campanita que viste cuando despertaste es la que me avisa a mí, que soy el encargado de este lugar para poder sacarte de la tumba porque cuando estas allá dentro tu espíritu todavía sigue vinculado a tu cuerpo y esa es la razón por la que no puedes atravesar cosas.

"Debe ser por eso que me di el cabezazo y mis uñas se rompieron y se llenaron de sangre cuando arañe la tapa"


Miré mis manos y me dí cuenta que ya no tenía heridas, habían sanado completamente.

— Al sacarte de allá dentro se puede decir que ya eres un fantasma en toda regla— continuó el viejo— Ahora te pregunto ¿sabes que es lo que te queda por hacer?

Me quedé pensando un segundo, mi padre había dicho que esta noche tocaba vengarse de mi madre, esa debía ser mi tarea, asegurarme de que no le pasara nada.

— Sí, tengo que salvar a mi mamá ¿pero cómo lo haré si no puedo tocar nada y nadie puede verme?

— Ahora no puedes tocar nada pero en el momento preciso, cuando estés en el tiempo y lugar indicados serás capaz de interceder en sucesos de la vida.
Me quedé con cara de tonto, esa última parte no la había entendido.

— ¿Perdón?

— ¡Coño, que serás capaz de tocar cosas! Por ejemplo, si para salvar a tu mamá necesitas tirarle un jarro a alguien por la cabeza justo en ese momento lo podrás hacer, no antes.

— Ahhh, ya entendí— le respondí.

— Pero no te creas que tendrás toda la vida para eso, tienes 48 horas desde que te levantas de la tumba para resolver tus problemas, si en ese tiempo no lo has conseguido pasarás al otro mundo. Aunque tú ya has consumido por lo menos tres horas así que tienes menos tiempo.

— No hay problema, todo va a suceder esta noche y pienso arreglarlo hoy mismo-dije recordando la conversación de mi padre con su amigo.

— Entonces ponte en marcha, no pierdas más tiempo.

Yo seguí su consejo y empecé a caminar pero en último momento me giré y le pregunté:

— ¿Cuál es tu nombre?

— No pienses en eso ahora, te lo diré cuando nos volvamos a encontrar.


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