Deep Blue Eyes

I

"Recuerdo aquel día en el que observé tus ojos y sentí como mi mundo cambió"

Era una inusual mañana de Mayo, la calle estaba desierta a pesar de ser realmente transitada.

Una joven de largos cabellos rojizos caminaba velozmente acompañada por un hombre de cabellos escarlata, su diferencia de altura era leve considerando que su acompañante era relativamente alto.

 Su recorrido era silencioso, ni siquiera parecían estar juntos.

"¿Sabes donde encontrarte con él?" Él hombre rompió el silencio en un tono tranquilo al arreglarse el flequillo con las manos.

La pelirroja demoró su respuesta unos segundos en un intento por evitar la pregunta, solo respondió cuando su acompañante llamó su atención al toser levemente 

"No debe estar lejos" Finalmente respondió, vaciló durante unos segundos arruinando su intento de sonar confiada.

El hombre suspiro resignado al recibir esa respuesta.

La mujer aceleró su caminata levemente sin esperar a su acompañante, quien alcanzó su lado segundos más tarde.

El mayor observó el atuendo de su acompañante, estaba usando un saco a pesar de ser verano.

Separó los labios nuevamente para hablarle.

"¿No tienes calor?" 

Sus ojos evitaron posarse sobre los de él al responder.

"No, Laurence" Negó con la cabeza levemente.

Continuaron caminando en silencio durante unos minutos que ellos sintieron como horas, fue entonces que finalmente divisaron una figura en la distancia.

Era un hombre extremadamente alto, una cicatriz abarcaba más de la mitad de su rostro, dejando la cuenca de su ojo izquierdo expuesta, a pesar de esto, sus facciones eran notablemente atractivas.

Su cabello era morado con sus raíces rosa contrastando con su pálida piel, parecía muerto.

La joven corrió hacia él mientras que su acompañante mantenía su ritmo, aunque sus labios formaron una notoria sonrisa.

"Hola, Sinner" Saludó.

"Buenas tardes, Luciel" Su tono era levemente cálido al observarla de pies a cabeza, aunque podía notarse una clara indiferencia a pesar de sus palabras, como si fuera un monstruo intentando fingir una inexistente empatia.

Repentinamente desvió su atención de ella para concentrarse en el pelirrojo, a quien apreció detenidamente con sus misteriosas orbes azules.

La más joven intentó descifrar la enigmática mirada del tuerto, había algo más que simple neutralidad en sus ojos, mucho más que eso. Pero fue incapaz de averiguarlo.

"Buenas tardes, Laurence"

El nombrado sonrió ante el saludo antes de hablar.

"¿Como has estado?"

Mantuvieron una corta conversación sin importancia ante los ojos de la pelirroja antes de que Laurence decidiera despedirse.

El dúo esperó unos momentos antes de encaminarse en la dirección opuesta.

"¿Por que me llamaste?" La pregunta fue repentina, aunque no tomó por sorpresa al mayor.

Éste la miró de reojo antes de responder, parecía estar analizando detenidamente su comportamiento.

"Quería verte"  Su respuesta no fue tardía, más la joven pareció no comprender sus palabras en al momento de oírlas.

El tono del hombre se mantuvo monótono al momento de hablar nuevamente.

"No puedes seguir comportándote de esta manera, puede que tus evasiones funcionen con Laurence, pero no tienes suerte conmigo"

Sintió un escalofrío recorrer sus extremidades ¿acaso era tan obvia? ¿como podía ser tan egoísta? "preocupar" a Sinner ante una situación tan "estúpida" a sus ojos... simplemente patético.

Ella se detuvo durante unos segundos, el tuerto no tardo en imitar su acción.

La sostuvo por los hombros forzando sus ojos a encontrarse.

Luciel se concentró en ellos, sintiéndose perdida se percató de la belleza en sus ojos; su color azul era simplemente hipnótico, buscó una comparación adecuada pero no fue capaz de encontrarla.

Podía nombrar las enigmáticas profundidades del océano o el majestuoso cielo nocturno, pero siempre faltaría algo y aunque no tuviera la habilidad de nombrar aquella característica, era obvio que sin ella ninguna de las comparaciones en las que había pensado serian capaces de asemejase a aquellos ojos azules.

 Desvió su atención de estos y se concentró en el resto de sus facciones a pesar de su edad lucia extremadamente joven, su delgado rostro, su nariz afilada  y su cicatriz.

Aquella cicatriz era fascinante, nadie sabia por que estaba allí pero Sinner no se molestaba en cubrirla, tampoco ocultaba la cuenca donde alguna vez se encontró su ojo izquierdo.

La lucia orgullosamente, quizás disfrutaba imponer miedo o quizás la exponía como una memoria, algo que pesaba sobre sus hombros forzándose a recordar su pasado como un castigo por algo desconocido.

Una extraña sensación inundó su ser, ¿acaso nunca se había percatado en lo atractivo que era Sinner?