II

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"Evitar el dolor momentáneamente sólo lo hará empeorar cuando finalmente lo sientas"

"Me gustaría ser como tú" Confesó el demonio su ojos carmesí fijas en el horizonte, otorgándole un aire melancólico a sus palabras. "es decir, mataría por tu carencia de sentimientos"

Ambos cayeron en un silencio que ella describiría como incomodo, logrando que tras un suspiro continuara hablando en un esfuerzo por justificarse aunque fuera completamente consciente de que una excusa no fuera necesaria, no frente a él.

"Sabes que me niego a entristecer nuevamente, pero me he sentido así por tanto tiempo que ya no recuerdo quien soy" Acompañó sus palabras con ademanes incomodos, insegura de que tono debía brindarle a su confesión. 

Sinner volteó hacia ella con el ceño levemente fruncido.

"Disfruto de mi condición, no soy atormentado por sentimientos patéticos como la culpa o el amor" Explicó mientras que las comisuras de sus labios formaban una leve sonrisa con el pasar de sus palabras "Pero no desees ser como yo, Divell, he sido testigo de sucesos horribles con los que no podrías vivir, querida."

Ella intentó protestar ante sus palabras, injustas desde su punto de vista, todo tenia un precio y creía conocer la existencia de algún acontecimiento que no fuera capaz de soportar.

Sinner, consciente de la reacción que tendría la joven ante sus palabras, levantó su mano izquierda antes de continuar hablando, evitando que los posibles argumentos atrapados en su garganta pudieran abandonar sus labios.

"Te sientes frustrada porque has dedicado toda tu vida a cambiar el mundo, pero te has percatado de que este es demasiado grande y los humanos son crueles y te has dado por vencida"

El demonio no esperó a que su acompañante terminará su discurso para ponerse de pie y retirarse del lugar con un sentimiento de vulnerabilidad en el pecho que le impidió mirar atrás.

"¿Donde has estado?" Cuestionó el hombre de agresivas orbes moradas al verla pasar por la puerta.

Una tímida sonrisa se formó en sus labios al sentir esa calidez tan familiar para ella subir en su rostro.

"Estaba con Sinner, idiota" Él se sobresaltó al oír aquel nombre, abandonando el sofá en el que se encontraba sentado previamente para aproximarse hacia ella, quedando a pocos centímetros de distancia.

Divell juraría haber sentido la tensión en los músculos del hombre.

"Puedo ver que superas las cosas con una sorprendente facilidad para ser un demonio atrapado en placeres carnales" Comentó con una inusual frialdad en su tono, algo para lo que ella no estaba preparada.

Las palabras llegaron hacia la joven como una realidad, siendo consciente de que su amigo había puesto en palabras las emociones que la acechaban a la perfección.

Sin embargo no fue consciente de la expresión ocultas en los ojos del albino hasta mucho tiempo después, una expresión que le indicaba que sus palabras no describían sus intenciones.

"Él y yo ya no somos nada, Lumina" El hombre rió ante la notoria frustración que expresaba en su tono.

"¿Acaso toqué un nervio, Divell? ambos sabemos que eso no es verdad" Comentó burlón, pocos comentarios se sentían tan humillantes como ese, conseguía hacerla sentir  como un juego. "Eres tan cruel... odias estar sola, te resulta aburrido." 

Lumina posó su mano derecha sobre el rostro del demonio, quien finalmente tuvo el coraje de sostener su mirada.

"Pero cuando una pareja te aburre te vas sin importar sus sentimientos, y lo más ironico es que aun después de todo este tiempo no superas la idea de que alguien se aburra de ti y se marche" Habló con cierto placer en su voz, como si la idea de tener cosas en común con ella le resultara sumamente excitante. "Yo... soy incapaz de imaginarlo, dulzura. Justo cuando crees que has aceptado esa soledad, esa perdida, y eres capaz de seguir adelante vuelves a ser consciente de tu soledad... es patético"

Y quizás, después de todo si era un juego, uno que ella también gozaba.

Deep Blue EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora