Esteban tenía cierta motivación por tener una nota sobresaliente en ese examen, pues era el último y uno de los más importantes para asegurarle un lugar en la universidad.
Cuando llegó la hora de la verdad y el profesor de historia lanzó su mirada fría sobre los estudiantes, todos supieron que había solo una oportunidad para darlo todo en la batalla final; lo digo así porque el auditorio se convirtió en un campo de guerra donde el fraude se consideraba la peor de las traiciones del ejército y mientras pasaban las horas más personajes quedaban descartados y menos quedaban recta final. Solo unos pocos salieron victoriosos para poder contar su experiencia de la guerra. Y Esteban fue uno de los pocos. A la salida de la escuela lo estaba esperando Clark, el padre de Frank, que se baja lentamente de su Chevrolet Camaro 2010 doble motor (uno V8 de 5.7litros y otro extra de 6.5 litros)
- Hola Sr. Clark.
- Esteban, Esteban- lo mira intensamente- Su cara de satisfacción me dice que ese repaso de anoche con mi hijo le dio resultados positivos, verdad? Aunque también me dice que le preocupa algo. Busca a su padre?
- Si por supuesto, me dijo que me esperaría a la puerta de la escuela, me dijo que no me moviera que había alguien que quería verme. Se trataba de usted Sr. Clark?
- Si exactamente. Sabe, su amistad con Frank le ha hecho mucho bien. Él tiene sus "características" usted es como su parte de sensatez. Le ha ayudado mucho con los estudios y con su superación académica, me alegra saber que él fue capaz de ayudarlo también en esta ocasión.
- A mi también me alegra oír eso. Frank es un buen amigo. Usted debería estar muy orgulloso de él.
- Lo estoy. Pero también estoy muy orgulloso de ti. En nuestra familia te vimos crecer, prácticamente, tú también eres un Clark
- En verdad lo aprecio, ustedes siempre me han tratado con cariño y siempre me dicen lo mucho que valgo para ustedes, en serio me siento como en una familia.
- Si siempre lo decimos. Pero a veces tanta palabrería cansa un poco, creo que ya es hora de mostrarte algo que tenía guardado para ti. Toma.
Clark le da a Esteban una caja negra, un poco más pequeña que un móvil, muy poco decorada que dentro tenía una llave simple sin llavero.
- Es una llave.
- Ve aquel Jeep verde, en el parqueo justo enfrente de la lámpara?
- No lo creo! enserio!
- Ábrelo de una vez, Corre chico
Esteban corriendo entusiasmado prueba la llave dentro de la cerradura de la puerta
- No puedo!, no se abre- dice el muchacho
- Ok, déjalo. Prueba aquel de la izquierda el azulito. El 158 Aereo lo ves? Es un Ferrari.
Igual lleno de emoción aunque un poco extrañado esta vez saltó hacia el coche.
- Uff lo intento! pero no cabe, la llave parece que le queda algo grande. Señor Clark no entiendo lo que sucede.
- Me alegro, ese coche es un poco viejo para ti. Pues si no es ese tampoco, será el del frente, negro, parece de doble tracción.
- Ese coche es el del director.
- Pues hombre, no nos quedan más opciones-Lo dice mientras mira a su alrededor y se dirige de vuelta a su Chevrolet- Sube que nos vamos.
- No entiendo nada de lo que pasó ahora mismo- sube medio atónito al carro
- Me pasas las llaves por favor?
- Aquí tiene -le da las llaves-
En ese momento Clark enciende el Chevrolet con las llaves de Esteban mientras que el muchacho no dice una palabra y se queda sorprendido. Sin pensarlo dos veces, Clark sigue conduciendo hacia las pistas de práctica. Al llegar a la entrada y tras varios acelerones en neutral, saca rápidamente el pie del embrague y truena las marchas como todo un maestro. El coche se recupera y su velocidad se va incrementando, los cristales parecían mojados de la humedad para alguien que nunca había presenciado el efecto de la velocidad a tal magnitud. Las curvas tan cerradas, los giros en U se volvían un completo desafío, pero las marcas en el suelo de tantos derrapes bien realizados le daban cierta confianza al muchacho. Tras un parqueo perfecto, Clark se queda mirando al muchacho y le dice:
- Que te parece?
- es increíble
- Este tu coche. Espero que lo trates bien.
-Enserio no, no me lo esperaba- aún atónito por la noticia, con una sonrisa que le cubría todo el rostro y nervioso al punto de que no podía para de balbucear- Emm y puedo probarlo ya?
Clark le cede el puesto del piloto al muchacho. Esteban, que por primera vez sentía la adrenalina de tener en sus manos un auto de 500 caballos de fuerza, experimentó como sus nervios de un momento a otro se bajaron del coche junto con Clark. El muchacho pisó el acelerador a fondo y a pesar de que no veía el final de la pista, pudo calcular el momento exacto para hacer un giro como todo un experto y jugar con los pesos del coche. La aceleración estaba excelente, un buen uso del freno de mano, los deslieses con el volante, todo iba de maravilla. Fue una conducción sorprendente incluso para él, exceptuando algunos resbalones típicos de un vehículo tan potente.
En la tarde regresaron el señor Clark y Esteban a casa para guardar el auto nuevo. Es de imaginarse cómo se sintió el jovencito al ver las puertas de su garaje cerrándose lentamente para darle un adiós a su coche.
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Regálame un suspiro
RandomLa vida es simple, como esta historia. Los pequeños momentos son los que más grande hacen nuestro deseo de existir.