𝐵𝑎𝑛𝑐𝑜 𝑑𝑒 𝐸𝑠𝑝𝑒𝑟𝑚𝑎 [Namjin] #1

🎈Capítulo 29.🎈

—Doctor Lee, le prometo que haré todo lo posible para que Seokjin desaparezca.

—Muy bien, Kyung. Ya sabes que hacer.

El chico asintió para salir del consultorio y del hospital.

🍼🍼🍼

Cinco meses habían llegado ya, el tiempo pasaba rápido, muy rápido, ahora estaba cumpliendo sus cinco meses y estaba demasiado feliz. Cada día era uno menos para conocer a su bebé.

Su cita con el doctor Lee ya estaba agendada, la próxima semana iría y si todo salía bien sabría el sexo de su bebé.

Pero no todo era alegría y felicidad. Namjoon prácticamente vivía en su casa, las cosas con Jimin no estaban para nada bien, se podría decir que el moreno ya ni siquiera sabía que eran, el menor no contestaba sus mensajes y mucho menos sus llamadas. Se estaba deprimiendo y los únicos que lo hacían olvidarse por un momento de todo era Seokjin y su bebé.

El mayor hacía todo lo posible por hacerlo feliz y olvidarse del tema, pero Namjoon no podía salir a delante si ni siquiera sabía si seguían juntos, tenía que buscar a Jimin y hablar con él. En casa nunca estaba y cuando iba al trabajo ya se había ido con Yoongi en su auto para pasar por Hoseok al restaurante de su familia.

—¿Vendrás conmigo? —preguntó bajito, acercándose todo lo que su vientre le permitía.

Namjoon elevó la mirada para mirarlo, sus rostros estaban un poco cerca pero no le incomodaba, de hecho, le gustaba tenerlo tan cerca, podía notar la hermosa piel de su rostro y sus ojos brillaban aún más estando demasiado cerca.

—Sí, te prometí que iríamos juntos y eso haremos —sonrió un poco.

—Muchas gracias, Nam —sonrió.

—Si ves a Jimin... ¿Puedes decirle que conteste mus mensajes? —su voz sonó débil.

Seokjin suspiró, todo ese tiempo lo estuvo haciendo, Jimin simplemente se negaba o cambiaba el tema, él tampoco entendía que le sucedía y le dolía ver como ambos se destruían. Porque Jimin tampoco estaba mejor, pero a comparación de Namjoon él si lograba una perfecta sonrisa aun cuando de sus ojitos bajaban lágrimas de dolor al mirar las llamadas del moreno.

Pero no podía hacer nada por ellos y eso también le dolía, sabía cuánto estaban sufriendo, había pasado por varias relaciones fallidas, él más que nadie conocía el dolor y ese fuerte impacto que te quitaba el aliento.

El mayor lo miró esbozando una sonrisa para el moreno. No se lo merecían, ninguno de los dos...

—Lo haré —le dijo.

El moreno le sonrió agradecido, sus hoyuelos se marcaron en sus mejillas, pero el brillo de sus ojos ya no estaba, dejó de estarlo desde hace mucho.

—Iré a casa... Me siento incómodo... Siento que estoy invadiendo tu espacio... —dijo bajo y avergonzado.

—No lo haces, nos gusta que estés con nosotros, pero si te quieres ir... Bien, pero ni creas que te dejaré solo, cuando te vayas iré contigo, no pienso dejarte en ningún momento y menos ahora.

Namjoon asintió sonriente. Se levantó del sillón para envolver al mayor en sus brazos, todo lo que el gran vientre le permitía.

—Lo siento, es muy grande, mi bebé creció mucho —se rio apenado—. Pero es normal, tendrás que acostumbrarte, normalmente amo dar abrazos y mi bebé seguirá creciendo. Prepárate.