Capítulo 2 (Perfecta combinación)

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Habían pasado dos días desde aquella noche que Klaus salvo a Caroline. Dos días de conocerla mejor. De saber un poco más de ella, de su historia, de su pasado. Y de llegar a un acuerdo. Del cuál consistía en ella darle toda la información que tuviera sobre Katherine y dónde se ocultaba. A cambio klaus le brindaría la protección que ella pudiese necesitar. A klaus no le pareció mala idea.

Al contrario le gustaba que fuera buena negociante. Fue fácil de ver que no solo era una chica alegre y parlanchina, también era decidida y fuerte. Algo que a klaus le pareció sumamente interesante, y atractivo. No solo era hermosa. Era fuerte, valiente, inteligente, y libre. Todas las cualidades de una loba. Cómo ya le apodaba ya en su mente. Ya que cualquiera en la misma situación que ella hubiera perdido el brillo hace mucho. Pero ella pese a ser huérfana, sin pasado, sin historia, y con ligeros problemas de conducta. Seguía brillando.

Eso a klaus le causó mucho admiración. Pero nunca se lo diría eso. No estaba en la naturaleza de Klaus ser afectivo, o emocional. Para el los sentimientos es una señal de debilidad. La cuál juro jamás volver a mostrar. Aún que Klaus jamás admitiera tener a Caroline ese par de días. Le brindo una calidez y alegría a su vida. Pues ya no estaba solo. A pesar que Caroline hablaba hasta por los codos y no sabía apreciar bien su arte.

Le causaba diversión discutir con ella, sobre su arte. Pues en más de un cuadro Caroline no le encontró sentido al título con la pintura. Mientras Klaus le trato explicar en más de una ocasión el porqué de los títulos de sus cuadros. Y con ese tema pasaron un par de horas discutiendo de arte. Klaus termino riendo divertido como hacía mucho no lo hacía. Después de la pequeña discusión Caroline le contó sobró su pequeña pasión pues ella amaba leer.

Klaus le mostró la biblioteca que tenía en la casa. Caroline se perdió por horas, dentro. Y cuando salió no se despegó de un libro. Qué pasó leyendo el resto del día. Por otro lado con la información que Caroline le había dado a Klaus. El por la noche salió en busca de la guarida de Katherine la cuál encontró con algunos de los que trabajaban para ella. A muchos de ellos los líquido. Pero uno logro escapar. Contacto a chico que le debía un favor le dio la descripción y el prometió tenerle resultados en cuestión de horas. Pero de Katherine nada, como siempre le había perdido el rastro. Cosa nada extraña. Llevaba años huyendo de él. Con un increíble éxito. Pocas personas se habían burlado y huido de él. Más bien ninguna aparte ella. Era una zorra demasiado astuta.

Al anochecer del segundo día. Cenaron en un nuevo silenció, intercambiando una que otra mirada. El silencio era algo tenso. Pero no incómodo. Al terminar la cena fue directo a su estudio de pintura y Caroline lo siguió. Pues ella aún que Nunca se lo mencionó a él odiaba sentirse sola. Así que decidió leer mientras él pintará. No hablaría, ambos disfrutaban de del silencio. De lo contrario el se lo hubiera dicho. Pensó ella.

Klaus terminaba, de retocar un de sus cuadros. Pudo notar cuando miro de reojo desde aquel sillón no tan lejano de klaus. Dónde permanecía leyendo. Aquel libro que ayer había llamado su atención. _Romeo y Julieta_ . Ya que aunque había mucho libros en aquella biblioteca, la mayoría ya los había leído. Y ese le llamó la atención, era uno de los pocos que le faltaban por leer de William Shakespeare. Salió de sus pensamientos, cuando klaus dejo el pincel que usaba para contestar el teléfono.

-¡Excelentes noticias!. Ya veo que sigues siendo igual de eficaz que antes... Mándame las pruebas de que lo que dices es cierto. Y tú deuda será saldada. -Klaus colgó el teléfono, y miró a Caroline quien sólo lo observaba desde el sillón. -Ya no tienes de que preocuparte. El último lacayo de Katherine abandonó este mundo. -Le informó con satisfacción. Caroline se sorprendió cerró su libro y se levantó.

Se puede amar -Klaroline- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora