Capitulo 5

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Cuando llegó a casa, por fin estaba sola y empezó a ordenar sus prioridades, estaba sola en la gran ciudad de Tokyo, no tenía mucho dinero ya y necesitaba conseguir de forma urgente un trabajo. Saco el periódico de su mochila y empezó a buscar en la sección se anuncios: había solicitudes para recepcionistas, pasantes de moda y una vacante en un café de un mall cercano al los condominios.

Marco el número que se encontraba en el recuadro, después de cuatro timbrazos un varón contesto la línea y entablaron una conversación sobre el empleo y el accedio gustoso de tener empleada para antes del fin de semana. Yamato era el nombre del dueño y el se encargaba de ofrecer trabajos de medio tiempo a estudiantes, de esta manera atribuía algo a la sociedad.

Iniciaría el día siguiente, estaba nerviosa y aún sentía la mano del pelirrojo en el cuello. Cuando se disponía a ducharse el timbre del apartamento sonó en repetidas ocasiones, extrañada se asomó por el ojo de pescado de la puerta y vio a una rubia ojiverde con una falda tipo sastre y camisa blanca. No la conocía, así que abrió sin quitar la cadena.

-Hola Ino, soy Subaku no Temari- solto la extraña rubia, tendiendole la mano entre la puerta

La Yamanaka se sorprendió de la efusividad de la extraña, le recibió el saludo y siguió viéndola detenidamente, nada en ella le parecía familiar. Quito la cadena y la invitó a pasar, después de todo era más baja de altura, además Ino era cinta negra en Taijutsu.

-Se que tu y mi hermano empezaron con el pie izquierdo, pero vengo en nombre de mi padre a extenderte una disculpa. Dime ¿cuánto cuesta tu silencio?- la rubia había perdido toda la amabilidad en su voz y la veía, mientras sostenía una chequera.

Ino la miro sorprendida, no entendía de que estaba hablando, el cuello le dolía y las manos le sudaban, no podía creer que la hermana de ese loco estuviese en su sala tratando de comprar su silencio por haberla agredido. Esa mujer estaba loca si creía que ella era cualquiera a la que podía sobornar.

-No quiero ser grosera Temari, pero no necesito caridad y no te preocupes, no delatare a tu hermano, se que la familia Subaku no es importante en el medio de la política. Si crees que les daré problemas estate sin cuidado- a la rubia le hervía la sangre de humillación, solo quería que esa mujer se fuera de su apartamento.

La hermana del pelirrojo salió del apartamento agradeciendo el gesto de la afectada, aún así hizo una nota mental: no olvidaría ese gesto. Temari estaba harta de siempre tener que solucionar los ataques de rabia de su hermano, habían salido demasiados afectados y no sabía en qué momento su papá agotaría el dinero familiar para callar a todos.

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Mientras se encontraba en la bañera la rubia recordó la furia en esos ojos verdes y se asustó de nuevo. Agradeció que Sasuke estuviese cerca, si no, estaba segura que no la habría contado. Aún así algo en su pecho le oprimió el corazón ¿Que sentiría ese chico  al que le resolvían la vida con dinero? ¿Sería feliz? Se negó a pensar en el, no podría tener ninguna relación con él, estaba demente.

Cuando salió de la ducha tomó su celular y noto que tenía cuatro llamadas perdidas de su sensei, desbloqueó la pantalla y remarcó el número. La voz de Kurenai la tomó por sorpresa, saludo amablemente y pregunto por su maestro. Espero unos minutos y de pronto la voz gritona de Asuma la hizo abrir los ojos

-¿INO? ¿CÓMO ESTÁS? ¿QUIÉN ES ESE IDIOTA? LO MATO, NO ME IMPORTA QUIEN SEA EL PADRE-La voz tranquilizadora de su esposa se escuchó del otro lado de la línea, una rubia sonrojada escuchaba el parloteo de su sensei. Estupido Shikamaru, esta se las pagaria.

-Sensei, tranquilo, solo fue un mal entiendo le prometo que estoy bien- Se guardo para si la presencia de la hermana del pelirrojo unas horas antes en su apartamento

-Pero Ino, te estaba estrangulando. Se que eres problemática, pero no creí que alguien intentaría hacerte daño. Me preocupas pequeña, cuídate mucho- la voz del hombre reflejaba preocupación y algo que Ino no logro identificar. Se sintió pesimo por dar problemas tan rápido.

A pesar de intentar dormir, su cabeza solo la transportaba a pensar en ese pelirrojo, no entiendia porque los hombres así la atraían, pero mañana sería otro día y no permitiría que su sonrisa se viera afectada por un niño rico que no había aprendido a controlar sus emociones.

El tesoro bajo la Arena {GaaIno} {ShisuIno}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora