Otro camino

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Cuando no salíamos a patrullar me levantaba temprano y salía a correr, sí, siempre hay un idiota que sale a correr a las 4 am, en mi familia, soy yo, no recuerdo a cuantas hectáreas equivalían los terrenos de la mansión.

Llegue hasta el árbol que había plantado el día que regrese, las flores azules ya habían hecho presencia a esta época del año, como me suponía, ya aparentaba ser un árbol maduro, bien se podría hacer un columpio en alguna de sus ramas. Había llevado conmigo el palo Boo retráctil, practicaba algunos movimientos con él y los ojos vendados, me servía como concentración, además de aprender de mi entorno, escuche perfectamente las pisadas de alguien acercándose, me quite a tiempo para esquivar el movimiento de una espada (Lo supe por el característico sonido del metal al cortar el viento).

Di un paso hacia atrás y me puse en guardia, mi oponente no se había presentado, pero no necesitaba quitarme la venda para saber quién era.

Avanzo de nuevo, me hice a un lado y logré darle un golpe leve y de cierto modo juguetón en su pantorrilla.

-Esa pierna debe ir más atrás -Corregí su postura, tuve como respuesta un grito de furia, se abalanzo de nuevo sobre mí, le esquive con facilidad, sin embargo, el arbusto que estaba detrás, no había tenido la misma suerte, esta vez y aprovechando que no había hecho caso acerca mi observación, lo hice caer con un empujón -Estas acostumbrado a que tus oponentes caigan después de que los golpeas, por eso descuidas tu guardia en ese punto -Mi opinión le dejo pensando por unos segundos.

Seguimos así por unos cuantos minutos más, supuse que a este punto no habría más arbustos sin podar en ese jardín, era como bailar, solo iba esquivando golpes, y él siguiéndome por todas partes.

-Me sorprende como cometes siempre los mismos errores -Hacerlo enojar era mi mejor forma de desconcentrarlo, era muy bueno, pero lleno de ira no haría más que algo de jardinería.

Nuestra danza nos llevó hasta aquel árbol de flores azules, me detuve en cuento lo sentí cerca. Mi adversario salto para atacarme de nuevo, pero si lo evitaba esta vez, podría hacerle daño a mi árbol, sujete mi arma con fuerza para detenerlo, por primera vez lo estaba enfrentando en vez de hacerme a un lado.

- ¿Qué ocurre, Drake, te cansaste? -Su tono era de burla.

-Solo de ti, Damian -Le empuje y logre que retrocediera, me quite la venda -Se acabo el baile -Mi palo se contrajo hasta el tamaño de mi puño y lo guarde, tome la sudadera que había dejado en el césped para irme.

-No se acaba hasta que la música pare -Ya le había dado la espalda para cuando corrió hacia mí de nuevo, pero nunca llego el corte de esta ridículamente filosa katana, me gire para ver lo que ocurría.

-No oigo nada de música -El antebrazo de Damian había sido atajado por Dick.

-No te metas en esto -Se libero del agarre y se dirigió a mí de nuevo -No hemos terminado, Drake

-Por ahora, lo hemos hecho -Respondí, ya no quería provocarlo, no después de que Dick lo había detenido. El joven se marchó molesto.

-No es un mal chico -Dick se me acerco y se recargo en mí, viendo como el menor se alejaba.

-No, solo quiere asesinarme -Dije con sarcasmo.

-A su modo le interesas, si te ataca es porque de alguna manera le agradas, es todo un ritual acercarse a él y mira quien te lo dice -Es verdad, nunca supe de alguien con quien Dick no congeniara, aunque debo admitir que se prodigo con Damian.

-Es muy hábil, pero descuidado, en otras palabras, engreído -Concluí -Tengo hambre...

-Alfred debe estarnos esperando -Ambos fuimos a desayunar, de camino volvió a preguntarme acerca de su traje, le preocupaba que no le quedara como antes, ya que había ganado más musculatura como Batman.

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