SafeHouse

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-Hogar, dulce hogar -Dijo al momento de encender las luces del recinto.

- ¿Esto es una casa o un búnker? -Mencione después de ver que tan blindadas estaban las paredes, algo que ni el bonito papel tapiz podía cubrir.

- ¿No te gusta? -Volvió a activar la alarma una vez cerró la puerta.

- ¿Bromeas? Me encanta -El lugar tenía su esencia por todos lados, imposible decir que no lo adoraba casi tanto como a él.

Repentinamente fui atacado por esos labios demandantes y manos inquietas que me hacían perder la razón, una sorpresa bien recibida y a mi humilde opinión, igualmente correspondida.

A tropezones, nos dirigimos a su habitación, en el camino fuimos quitando la ropa que estorbaba y buscando el roce de la piel del otro.

Sus movimientos, su temperatura, sus hermosos ojos, estábamos terriblemente sedientos el uno del otro.

Su aroma desprendiéndose de todas partes, el calor que me provocaba la vista de Jason quitándose la camisa, dejando al descubierto su perfectamente formado torso y la respiración agitada me hacía sentirme en las nubes.

Besar cada centímetro de su piel, el inigualable sabor de su boca, no era suficiente.

Aparto con ansias mis piernas, al fin pude sentirlo dentro de mí, sus dientes encajándose en mi piel, haciéndome enterrar las manos en las sabanas, dejando que los sonidos que provocaba el placer abandonaran nuestras gargantas, sin pena, sin temor de que alguien más escuchara.

Paseaba mis manos por todo su cuerpo, necesitaba saciarme de ese sofocante deseo de tocarlo, no había necesidad de contenerse, por el contrario, no lograba tener suficiente, incluso cuando movía sus caderas tan rápido que el sonido de su piel chocando contra la mía pudo haberse escuchado hasta la Baticueva si nos hubiésemos encontrado en casa y ese delicioso dolor que me provocaba era peor que heroína.

La noche se volvía tan corta cuando se trataba de pasarla en su compañía, deseaba aferrarme a él y que el sol jamás apareciera, sin criminales, sin universidad, forajidos o titanes, solo nosotros dos en SafeHouse.

Mi gran temor, mi gran duda, era si él deseaba lo mismo, estoy convencido de que esto le gustaba tanto como a mí, solo que no hasta qué punto podíamos hablar de un "mañana".

¿Podía pensar en un "Por siempre" para nosotros? ¿Éramos demasiado jóvenes? ¿Estábamos bien con un "paso a la vez" por ahora? ¿Qué pasaría después? Te odio, Bart, por poner esas dudas en mi cabeza.

-Tim... -Su voz llamándome -No pienses en otras cosas mientras estás conmigo -Su tono era demandante ¿Cómo fue que noto que mi mente se desvió de ese momento? - Basta de compartir el tiempo que me corresponde con otros -Eso sonaba acusador, sus movimientos se volvieron bruscos.

-No suena justo, sin importar lo que haga, siempre estoy pensando en ti... -Se sentía tan bien, apenas y podía hablar -Incluso ahora... -Puso una expresión de sorpresa y detuvo aquella magnifica tortura.

-Solo tu lograrías distraerte pensando en mi mientras estamos de esta manera -Su piel estaba roja -Prométeme algo -Retomo el ritmo anterior y yo mordí fuertemente mi labio para contener esa sensación.

-Solo... Pide lo que quieras... Te daré todo lo que quieras de mi... -Ahora ni siquiera podía pensar bien, la razón me abandonó.

-Promete que eres mío, que no vas a dejar que nadie, además de mí, te toque de esta forma -Eso acaso era que ¿Jason se había sentido amenazado por las chicas de hace unas horas?

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