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Unos cuantos días pasaron más rápidamente para Syd de lo que hubiese querido, puesto que ya era jueves y tendría que cuidar de Kenny, su pequeño primo de seis años.

Aquella sería su primera misión como niñero, y aspirando una guitarra, no le quedaba otra opción, así que con resignación, se dirigió a la casa de sus tíos.

Al llegar, su tía Anne le abrió la puerta con una sonrisa nerviosa.

— ¡Hola, Roger! —saludó abriendo la puerta y dejándolo entrar—. Kenny está en su habitación jugando. Nosotros nos iremos.

— Está bien tía, y tranquila yo cuidaré bien a.. —iba a seguir hablando, pero notó que su tía ya había desaparecido por la puerta—. Genial...

Suspiró con resignación y tras pasarse las manos por el rostro, se dirigió a la habitación de Kenny.

— Hola —dijo tocando la puerta—. Soy Syd, vine a cuidarte.

— LARGO —escuchó gritar al Niño tras la puerta cerrada.

— Vamos, conversemos, quiero cuidarte —insistió.

— NO.

— Tengo dulces y unos juegos...

El Niño abrió la puerta y le quitó las cosas a Syd para luego volver a encerrarse. Él suspiró y se fue a la sala de estar a ver televisión.

Al rato, Kenny salió de la habitación gritando.

— ROGER, TENGO HAMBRE.

— Ya te di dulces —respondió Syd calmadamente—. ¿Por qué no esperas a la cena y mientras tanto vemos televisión?

— NO QUIERO —volvió a gritar—. QUIERO COMER GALLETAS.

— No puedes comer galletas, ya comiste dulces.

— PERO YO QUIERO GALLETAS —gritó llorando mientras comenzaba a hacer una pataleta, Syd suspiró y lo levantó del suelo para luego sentarlo a su lado en el sofá y colocar el canal infantil—. Oh, Mickey.

Sonrió satisfecho y dejó que Kenny viese La casa de Mickey Mouse tranquilamente. Pero cometió su primer error: sacó su celular.

Sintió como su primo pequeño se acomodaba en su estómago y lo miraba con los ojos abiertos.

— ¿Tienes juegos?

— No —mintió a tiempo que ingresaba a Clash Royal, que era el juego más reciente.

— Pero eso es un juego.

— Pero no para ti, puedo pasarte tus legos, si quieres.

— YO QUIERO JUGAR CON TU CELULAR —gritó.

— Y yo quiero que no me grites porque no soy un empleado —suspiró sacando los legos del Niño y dejándolos en el suelo—. Juega.

— No.

— Es mejor que utilices tu imaginación —guardó el celular y se sentó a su lado—. Por ejemplo, tenemos a este personaje, ¿para ti qué es?

— Un policía —respondió Kenny.

— Puede serlo, pero también puede ser un robot futurista que debe matar a un niño que será el próximo salvador del mundo.

— Vaya... ¿tú lo inventaste?

— No, James Cameron —respondió Syd—. Se llama Terminator.

— Wow... ¿y este? —preguntó tomando uno prototipo.

— Hm... es un agente secreto que está infiltrándose en una escuela para saber por qué todos los alumnos se están convirtiendo en mutantes —respondió.

Syd the babysiter [supongo que pink Floyd xd]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora