El sepulcro.

25 0 0
                                    

Llevamos caminando tu cajón hacia la iglesia, tus amigos se turnaban entre ellos para sostenerte en sus hombros, no perdieron la última oportunidad de estar junto a ti.

Transcurrió la misa y al final nuevamente pasaron a despedirse de ti, amigos y familiares que no habían podido asistir antes, y entre todos lo vi, nuestro primo, quién iba junto a ti cuando todo pasó, estaba muy mal, tenía la cara hinchada por los golpes y algunos moretones, y no pude evitar llorar, porque solo lo veía y pensaba que desearía mil veces verte así, algo golpeado, a verte en el cajón.

Levantaron tu cajón y emprendimos de nuevo hacia el cementerio, un camino más corto, pero que se sintió eterno.
Llegamos y rezamos por ti, como si eso ayudará en algo.
Pero lo hicimos y al terminar comenzaron a bajar de cajón hacia ese inmenso hoyo, donde sentía caer yo mientras veía como te dejaban.
Cada pala de tierra era un golpe en mi corazón, ver cómo poco a poco te estábamos enterrando me estaba destrozando, y entre cada pala de tierra aventaba un puño de confeti con rosas, quizá evitando que me aventara yo contigo en ese hueco tan estrecho.
Y entre cada puño de confeti gritaba tu nombre y lo mucho que te amo.

Terminó para ti, pero no para nosotros.
Aún estando ahí sentía que no había tenido tiempo de despedirme, y creo que siempre me sentiré así.
No sé si hubiese preferido que te despidieras o no, y nunca lo sabré.

No te vayas.....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora