『 Chapter ✧ 4』

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Su historia falsa era muy bonita, en realidad. Fueron por lo clásico, donde a Jungkook se lecaían los libros por chocar con Jimin en el corredor y las campanas sonaban a su alrededor cuando sus miradas se encontraban.

Amor a primera vista.

Después un par de encuentros casuales -quizá no tan casuales por parte de Jimin- y finalmente citas oficiales hasta su actual estado de pareja.

Sus motes eran adorables, acordando que Jungkook le llamaría Minie y que Jimin le llamaría bebé. Decidieron irse por seis meses de noviazgo, cumplidos hacía dos semanas. Con todo perfectamente organizado, la reunión pre-cita-falsa había resultado ser un éxito.

El esperado día sábado llegó y Jimin estaba extremadamente nervioso, relamiéndose los labios cientos de veces y tratando de que sus manos parasen de sudar. Vería a Jin después de mucho tiempo, y ahora... ahora las cosas serían distintas.

Arribó al restaurante con demasiada anticipación, pero no le importaba esperar, podía usar ese tiempo para reflexionar y repasar la historia inventada entre su supuesto novio y él.

Jungkook, por otra parte, estaba ansioso por que la cita comenzara. Camino al restaurante, pequeñas sonrisas huían de su boca y le era imposible reprimirlas. Esto iba a ser divertido.

Podía sentir a su versión angelical diminuta hablándole en su hombro derecho, advirtiéndole que los actos tenían consecuencias y que no debía vengarse pues" la venganza es un plato que se sirve frío" -aunque no entendía muy bien el problema; el sushi se servía frío también y era delicioso-. Pese a ello, a lo que él le prestaba atención, era la vocecita venenosa y traviesa que residía dentro de su cabeza, incitándole ahacer cosas que jamás habría hecho en la secundaria. "Humíllalo, como él te humilló a ti".

Lo haría, los residuos de su yo del pasado parecían implorarlo, en un rincón profundo y recóndito que escondía en el interior de su ser.

-¡Kook!- El mencionado giró cuando entró al restaurante, encontrando rápidamente a Jimin, quien le saludaba con una sonrisa. Había cogido mucha confianza con él en las pocas horas que habían pasado juntos. Lo que haría esto aún más divertido.

-Hola. ¿Los chicos no han llegado aún?- Se sentó a su lado, procurando mantenerse cerca para fingir comodidad. Jimin negó.

-Dijeron que les faltaba poco... Dios, estoy muriéndome de los nervios. ¿De verdad crees que esto saldrá bien?No, va a arder Troya.

-Por supuesto- mintió, dándole su mejor sonrisa de comercial de dentífrico-. Confía en mí, Minie.

Eso pareció calmarlo, el alivio cruzando su expresión y los músculos de sus brazos relajándose. Debía ser optimista. Debía demostrarle a Jin que tenía novio, que lo amaba y que no sentía absolutamente nada por él.

Podía hacerlo.

Podía ocultar los siete años de dolor y sufrimiento a los que se habíaenfrentado por creer que Jin no estaba interesado en los hombres. Pan comido.

Jungkook rió igual que los villanos de las películas -mentalmente por supuesto- al notar que Jimin se daba a sí mismo ánimos.
Idiota.
No podía evitar sentir esa increíble superioridad de saber lo que estaba a punto de ocurrir. Era como tener spoilers mientras que Jimin apenas iba en los primeros capítulos; no tenía ni la menor idea de lo que pasaría. No vería venir el golpe.

De un momento a otro, la puerta del restaurante volvió a abrirse, y dos personas entraron, buscándoles. Jimin sentía que su corazón iba a estallar.

Jin . Jin. jin.

Se le fue el aliento al reconocer su cabello negro cayendo por su frente, alborotado, suave. Quiso correr hacia él y estrujarlo entre sus brazos, hasta que sus ojos se detuvieron en algo más.

Rent A boyfriend «JIKOOK» Where stories live. Discover now