Capítulo 6 - Tú eres mi hogar

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El evento transcurre con normalidad... o al menos eso parece.

Ethan y yo no habíamos cruzado ni una sola palabra tras la discusión que tuvimos hace apenas unas horas.

Ni si quiera me había molestado en saludar a los ahí presentes, una grave falta de educación por parte de una reina.

Tan sólo me había dedicado a estar sentada contemplando como la gente reía, comía y bailaba.

Nadie notaba la presencia de la reina en un rincón del salón, medio oculto por las escaleras.

Ethan se encontraba en el fondo de la sala hablando con una chica aparentemente de mi edad. Ambos reían mientras yo los observaba.

Cada vez que lo miraba, sentía una gran presión en el pecho y ganas de correr a mi cuarto, encerrarme y llorar.

Las deportivas asomaban por mi elegante vestido. Ni si quiera me molestaba en ocultarlas.

Suspiro sonoramente y me levanto para subir las escaleras.

- Ey, ¿a dónde vas?- dice mi primo apareciendo a mi lado.

Yo paso de largo sin pronunciar palabra.

Acelero el paso a medida que me acerco a mi habitación.

Ethan aún tenía sus cosas en ella. Desde el momento en el que nuestros padres se enteraron de que íbamos a separarnos, las presiones a cerca de tener la misma habitación habían acabado: Ethan decidió volver a la suya, a pesar de seguir teniendo sus cosas en la mía.

Al abrir la puerta encuentro toda su ropa desordenada sobre la cama.

Abro la ventana y salgo a la gran terraza que poseía la habitación. A diferencia de mi habitación en Londres, la cual da a los jardines del Castillo, este es el balcón que da a una calle del centro de la ciudad.

Las personas de la calle miran curiosas al verme salir.

Yo por mi parte me siento en una de las tumbonas ahí presentes y contemplo el cielo.

El día estaba oscuro, y el sol luchaba por salir entre las nubes.

Yo me acomodo en la tumbona mientras empujo con mis pies las zapatillas y las lanzo a un lado.

Aprovecho la largura del vestido para tapar mis pies.  Y desbloqueo el móvil para leer los mensajes que tenía.

Sin a penas darme cuenta, llego a la galería y encuentro una foto de hace seis años con mis padres.

- Supongo que si me estáis viendo desde alguna parte, estaréis muy decepcionados conmigo - digo en un susurro prácticamente inaudible.

Sigo mirando y un montón de fotos viejas comienzan a aparecer ante mis ojos.

Fotos y vídeos que no recordaba ni siquiera tener en el móvil.

" Cumpleaños feliz" gritaba mi familia en uno de los vídeos.

Una niña de apenas seis años soplaba las velas. Era yo.

"¿Qué quieres ser de mayor Rachel?" preguntaba mi padre.

"Quiero ser viajera"

"Eso no es un oficio cariño" dice mi madre apareciendo en pantalla.

"Quiero recorrerme el muuuundo" decía dando vueltas en un parque.

Yo sonrío ante el vídeo.

Continúo  con otro vídeo. Esta vez éramos yo y mi mejor amiga con trece años.

Mi madre estaba enfadada porque habíamos destrozado su pintalabios favorito tratando de seguir un tutorial.

" ¿Crees que es momento de grabar esto?" dice mi madre enfadada a mi padre.

Él ríe tras la cámara mientras yo y mi mejor amiga limpiábamos el desastre que habíamos hecho.

Yo río mientras las lágrimas caen por mi cara.

- Os hecho de menos - digo cuando finaliza el vídeo - vosotros sabríais lo que hacer en todo momento.

La brisa remueve mi cabello y tiemblo ante el impacto del aire frío contra mi cálida piel.

Decido entrar en la habitación para buscar una chaqueta.

Cuando entro encuentro a Ethan doblando su ropa.

- Ah, no sabía que estabas aquí - dice él mirándome.

Yo asiento sin decir nada y camino hacia mi armario.

Tomo un abrigo grueso y me pongo las zapatillas que llevaba normalmente en casa.

Cuando me acerco a la puerta que da al balcón Ethan toma mi muñeca.

Yo me detengo pero decido no girarme.

- No quería... - dice él sin acabar la frase.

- No sigo siendo yo misma, he cambiado, lo sé - digo yo retirando su agarre.

Él posa entonces su mano en mi hombro y me hace girar.

- No soy quién para criticarte, yo antes hacía a diario lo que tu has hecho un par de veces - dice Ethan arrepentido.

- Como sea... déjalo estar - digo yo saliendo por fin fuera.

Vuelvo a sentarme en la tumbona y pongo de nuevo los vídeos antiguos.

"Cumpleaños feliz" dice Mi madre de nuevo por los auriculares.

Ethan se sienta en el suelo a mi lado y contempla la pantalla.

- No sabes lo que daría por volver a estos años - digo con voz entrecortada.

- Lo sé - dice él limpiando con su dedo una lágrima que cae por mi rostro.

Él saca también el móvil.

- Mira - dice dándomelo con un vídeo abierto.

Yo lo tomo entre mis manos y comienzo a verlo.

- ¡No puede ser! - digo mirando como un niño pequeño de cabello rubio trata de subirse a una mesa para alcanzar unas galletas.

Yo comienzo a reír.

- ¿Y a que no sabes quién es este? - dice mientras otro niño castaño de la misma edad aparece arrastrando una silla.

- ¿Niko?- digo al ver la cara de malicia que pone cuando por fin alcanza el bote de las galletas.

- ¿Que se supone que estáis haciendo?- aparece mi tía gritando en el vídeo - ¿no les dirás nada?

Dice ella dirigiéndose a la persona que sujeta la cámara. Finalmente mi tía toma la cámara y el vídeo finaliza.

Yo no paro de reír junto a Ethan.

Tras cinco minutos riendo finalmente páramos y nos quedamos en silencio.

- Lo siento - dice él de repente.

- Yo también - digo girándome hacía él.

Él se levanta del suelo y me tiende la mano. Yo le agarro y me levantó también.

Ambos nos abrazamos. Apoyo mi cabeza en el hueco de su hombro y deposito mi mano en su rubio cabello.

Es en ese momento dónde comprendo que mi verdadera casa es ésta. Y no, no este palacio, ni Estocolmo, ni Suecia. Tampoco Inglaterra o EEUU.

Mi verdadera casa es él, y no importa si cruzo océanos buscándome a mí misma lejos de la corona, creando un nuevo hogar, sintiendo la adrenalina que produce comenzar una nueva vida, cumplir nuevos sueños. Porque nada es comparable a lo que siento cuando él está a mi lado.

Y es obvio que no puedo renunciar a mis sueños, pero tampoco puedo hacerlos realidad estando mal con él. Y más en un momento en el que necesita mi apoyo.

A pesar de la distancia, tengo claro una cosa. A partir de ahora, Ethan se convertía en una de mis prioridades.

Lejos de la realezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora