No está solo

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Capítulo III

La Range Rover negra aparcó delante de un edificio alto, que, comparado con los otros que estaban a su alrededor, se veía imponente. Draven y yo no habíamos cruzamos palabra en todo el viaje, pero no me sorprendió, no nos conocíamos lo suficiente, así que no existía tema alguno de conversación.

-Llegamos, es aquí- indicó, señalando el edificio, el cual parecía un espejo ya que su estructura exterior era cristal de un tono oscuro, lo cual me recordó al color de sus grises ojos.

-Bien- me limité a decir y salí de la camioneta con la mochila colgada en mi espalda. Draven copió mi acción y se adelantó hacia la entrada del lugar.

-Vamos- fue lo único que salió de sus labios mientras me invitaba a entrar al living del lugar.

Con el mismo silencio que había existido en nuestro viaje hasta aquí, nos dirigimos hacia los asesores, nos adentramos en uno y Draven marcó el piso 12, el cual era el último

-¿Te gusta estar por encima de todos, eh?- pregunté con cierta diversión

-No digas ese tipo de frases- me miró unos segundos y luego devolvió su vista a la puerta del ascensor. Sus palabras hicieron que frunciera las cejas y entrecerrara los ojos

-¿Cuál es el problema con esas frases?-pregunté haciendo comillas con mis dedos. Me quedé esperando su respuesta, pero esta nunca llegó, en lugar de eso se quedó callado hasta que el ascensor llegó al piso que nos correspondía

Cuando las puertas se abrieron dejaron ver otra puerta, que supuse que era la de su apartamento. Draven sacó la llave del bolsillo de su pantalón, la abrió y se hizo a un lado para que yo pasara.

Al entrar lo primero que captaron mis ojos fue la organización del sitio. Para vivir solo la casa estaba muy bien, a lo mejor Abby le ayudaba con la limpieza. Lo segundo que mis ojos captaron fueron los diferentes tonos de gris con los que la casa estaba decorada,las paredes, los muebles e incluso algunos jarrones, al parecer Draven tenía alguna especie de obsesión con ese color.

-¿Quieres algo de beber?- su pregunta interrumpió mi observación, giré a ver su rostro pero mi mirada se posó en otra cosa, un porta retratos para ser más especifica. Era la foto de dos chicos, un adolescente de, al menos, 15 años, que sin duda era Draven, reconocería esos preciosos ojos grises donde sea, y el otro era un niño pequeño, no podía tener más de 5 años. Tenía cierto parecido a Draven, debía ser un hermano pequeño del que yo no sabía.

-¿Es tu hermano?- pregunté, señalando la foto, Draven siguió con los ojos mi brazo hasta la dirección que este señalaba.

-Si, es Ray- respondió y seguidamente comenzó a caminar hacia la cocina

-Supongo que es Raven- dije, y cambiando mi vista hacia él, comencé a seguirle

-Seh- su respuesta fue seca -No me dijiste si querías algo de beber

-Un café bien cargado estaría genial- pedí y me senté en uno de los taburetes de la isleta central

-Marchando un café bien cargado- esta vez su voz salió con un leve tono de diversión, lo que me hizo esbozar una imperceptible sonrisa.Su acción no se hizo esperar, rápidamente sacó de la estantería un tazón que contenía café, luego tomó la cafetera eléctrica y comenzó a montarla.

Yo, por mi parte, lo único que hacía era recorrer cada uno de sus movimientos con los ojos, la forma en la que se desenvolvía era un tanto fascinante y el ver como sus músculos se tensaban cada que alzaba sus brazos para tomar algo resultaba adictivo.

-Entonces, ¿qué te ha parecido el Roswell College?- aún de espalda a mi, preguntó

-Teniendo en cuenta que en mi segundo día ya hubo un suicidio, que se convirtió en  una acusación de presunto asesinato,hecha por la misma hermana del chico hacia ti...- levanté mi ceja y su cara me indicó que había entendido mi punto

Red LipsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora