Estaciones de amor y desamor

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En verano los días son más largos y las noches más cortas.
No obstante, las horas que ocupas en mi mente nunca son pocas.
Las copas de los árboles presumen sus verdes hojas,
como yo presumía tu amor a las miradas ajenas.
Los rayos del sol queman y la alegría brota,
pero lo que más ardé es tu recuerdo y mi rima que te invoca.

En otoño los días y las horas no cambian,
tampoco los sentimientos que mi corazón aún guarda.
Las copas de los árboles de sus hojas se despojan,
estas cambian de color y en el suelo reposan,
las amarronadas me recuerdan tu mirada y las rojas tu boca.
Mis manos aún no pueden asimilar que ya no te tocan.

En invierno los días son cortos y las noches se alargan.
Tu nombre cada minuto de cada hora abarca.
El frío me abraza y la cama te extraña,
o quizá sea yo la que lo haga.
Mi corazón se ha congelado junto con mi alma,
pero aún así una parte de mí espera tu llegada.

En primavera las plantas renacen y los pájaros vuelan.
Me gusta imaginar que a donde estás es a donde van.
La alegría regresa y la gente festeja,
el amor da comienzo en las parejas y recuerdo cuando eramos una de ellas.
Al final, acepto este desamor y su triste belleza.

Triste poesía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora