Kion x Jasiri: Amor Imposible

Cap. 20 "Buscándote"

Y así empieza otro día, Kion estaba muy decaído, extrañaba demaciado a Jasiri, pero no sabía qué hacer, para su buena suerte, las praderas estaban muy tranquilas, y podía pensar en que hacer, aún así no se le ocurría nada para pedirle perdón a Jasiri, solo sabía que la amaba. Kion se encuentra en patrullaje cerca de las lejanías, justo por dónde la roca plana alta, el lugar dónde conoció a Jasiri, y dónde su hermoso amor empezaría.
   —Ah... Si solo estuvieras aquí— Kion dijo con la voz casi rota en llanto.
   —Kion...— una voz dijo.
   —S-¿Sí?— Kion bajó la cabeza para que no lo vieran llorar
   —Soy Madoa—
   —Oh...— Kion levantó otra vez la cabeza —¿Qué pasa?— intentó mostrar su mejor lado
   —Nada Kion, pero ¿No has visto a Jasiri?—
   —Ehh, no...—
   —¿Pasó algo?—
   —Sí...—
   —...¿Terminó?—
   —Todo... Y por mí culpa—
   —No te culpes Kion, todo mejorará, se aman demaciado, y el amor siempre va a triunfar—
   —Tienes razón, Madoa, pero ¿Por dónde empezar?—
   —No lo sé— Dijo Madoa un poco incómoda
   —¿No sabes dónde podría estar?—
   —Eemm... Ella le gusta un lugar en las lejanías, pero desconozco porqué, quizá esté ahí, ven te llevaré—
   —Está bien, Madoa, te sigo—
   Pasaron un rato en silencio entre el gran laberinto de las lejanías, hasta que Madoa decidió hablar.
   —Y... ¿Qué pasó?—
   —¿De qué, Madoa?—
   —Ya sabes... Tú y Jasiri...—
   —Ah... Eso, cuando fué supuestamente a recibirme afuera de las lejanías, fue realmente a adentro de las praderas...—
   —¿Y?—
   —Una... Leona le dijo que ella y yo nos amábamos—
   Madoa no supo que decir.
   —Y bueno, Jasiri se siente mal por eso, y yo también, porque yo amaba a esa leona también—
   —¿Kion, pero cómo?—
   —No lo sé, Madoa, solamente sucedió—
   —Em... Espero y ella pueda perdonarte—
   —Yo también Madoa, eso espero—
   —Confía en que lo hará, no te preocupes Kion—
   —Espera...— Kion le dijo susurrando a Madoa.
   —¿Qué pasa Kion?—
   —Este lugar lo conozco—
   —¿A sí?—
   —Sí... !Aquí conocí a Jasiri¡—
   —Este es su lugar favorito para pensar— Madoa le respondió
   —Eso quiere decir que este lugar le es especial—
   —Exactamente, Kion—
   Kion sonrió, pero al poco tiempo se le borró la sonrisa —Cierto, la traicioné—
   —No Kion, solamente cometiste un error que puede repararse—
   —Tienes razón— Kion bajó la voz súbitamente —Mira, ahí está—
   Y efectivamente, estaba Jasiri en el mismo lugar de dónde bajó para encontrar a Kion la primera vez, pero recostada, con la pata derecha colgando, y llorando diciendo en voz baja "Kion..."
   —Pero se vé triste— Dijo Madoa
   —Sí... ¿Debería de ir a hablarle?—
   —Claro Kion ¿Por qué no?—
   —Está bien— Kion tomó aire —Iré a verla—
   —Suerte Kion, debo irme a cuidar a la manada, aparte si se entera que yo te traje aquí, seguramente me mata—
   —Entiendo Madoa, suerte para tí también— Madoa solamente le respondió con una sonrisa y se fué corriendo.
   —Debo de llevarle algo...— Kion volteó a todos lado buscando algo que darle —!Ahí¡— Kion vió unas flores y las arrancó; se acercó cauteloso a Jasiri.
   —K-Kion... ¿Por qué?— Decía Jasiri entre sollozos.
   —Porque no sabía lo que verdaderamente vales para mí— Kion apareció por atrás.
   Jasiri quedó sorprendida ante tal visita, no sabía cómo reaccionar, solamente lo vio a los ojos, le parecía más hermoso que nunca, vió en él algo que tampoco ella había visto.
   —¿Qué haces aquí, Kion?— Jasiri volteó la cara para no verlo, más no se movió de su lugar.
   —Vine a pedirte disculpas, a qué me perdones—
   —Pero Kion, lo que me hiciste, no fue cualquier cosa...—
   —Sé que fue mi culpa, pero entiende, yo te amo a tí.—
   —No Kion, no te perdonaré, y más vale que no estés aquí, no quieres conocerme como soy realmente—
   Kion se acercó a ella, y se recostó a su lado, ella no se había dado cuenta, hasta que Kion habló:
   —Por eso no me iré, porque te conozco— Kion se frotó su mejilla derecha en el lomo de Jasiri
   —¿Ah sí?—
   —Sí, Jasiri, y mucho— Kion tomó aire —Yo sé que me amas, y que perdonas a todos por igual—
   —Yo perdono a los que no me hicieron daño...—
   Kion se quebró, empezó a llorar y decidió irse, decidió solamente dejarle las flores dónde estaba acostado antes, se fue en silencio.

   Kion llegó a las praderas, se dirigía a la roca del rey, pero Bunga lo interceptó.
   —!Kion¡ !Kion!—
   —¿Qué pasa, Bunga?—
   —!Hay antílopes atascados en lodo, y no dejan de hundirse¡—
   —Vamos Bunga—
   —Sígueme—
   Llegaron al lugar, Efectivamente, había antílopes en un lodo exageradamente denso, que lentamente los tragaría, haciéndoles pasar un martirio antes de morir, pero la guardia del león ya había llegado, así que no había nada que temer.

   —¡Beshte!—
   —¿Si Kion?—
   —Sujeta a ese antílope y jálalo—
   —Entendido, Kion—
   —Fuli, Haz lo miso—
   —Ono, verifica que no haya otro antílope entre el lodo—
   —Entendido— Así, Ono se eleva y mira al lodo. —No, no hay ningún otro ser vivo adentro—
   —¡Perfecto, Guardia, sigan así, dentro de poco los amigos antílopes estarán afuera—
   Ono seguía volando, y se dió cuenta de algo en las lejanías, algo que lo dejó helado, de tal manera que baja discretamente para contárselo a Kion.
   —Eh... Kion—
   —¿Sí, Ono?—
   —Es que...— Fue interrumpido por Beshte.
   —¡kion, el Antílope!—
   —¡Hevi kabisa! ¡Sus cuernos!—
   —A-ay... Hastas, por favor...— El Antílope especificó —Qué? ¿Qué hay con ellas?—
   —Eh...— Kion no hallaba forma de decirlo.
   —Se rompieron ¿Verdad?— El Antílope adivinó, Kion solo asintió. —Agh... Aún no era tiempo de mudarlas...— El Antílope se sentía triste
   —No te preocupes, deja te empujo con mi cabeza , ya falta poco para que estés afuera del lodo— Kion intentó calmarlo, y de esta forma pone Kion, su cabeza bajo la del antílope, y lo empuja desde ahí, funciona, apenas puede, Kion se tira al suelo y con las patas traseras, prensa el abdomen del Antílope y lo lanza, queda libre, respecto al otro Antílope, sale sin problema alguno.
   —Muchas gracias, Guardia— Agradece el Antílope.
   —Perdónanos por tus hastas— Kion lamentó
   —No te preocupes, me volverán a crecer, lo importante es que no me hundí en más tierra mojada—
   Kion no supo que decir solo respondió con una sonrisa.
   —Vámos— Llama el Antílope de cuernos rotos.
   —Allá voy— Ambos de van.

   Ono ya se le había olvidado aquél mensaje tan importante, ya incluso se habían ido del lugar del lodo, pues la guardia optó por irse a descansar, hasta que Ono decide revisar si hubiese una anomalía en las praderas, y así ve a las Lejanías...
   —¡Kion!— Ono baja de los cielos, muy, pero muy alarmado y nervioso
   —¿Qué pasa Ono?— Kion se levanta rápido de su reposo.
   —¿Alguna hiena que quiera un poco de esto?— Bunga se pone en guardia y hace sombra.
   —Eh... No— Ono baja a la altura de la oreja de Kion y susurra —Eh... Necesitamos hablas de esto en privado— Kion voltea a ver a la guardia, asume que es algo muy íntimo, no habla, solo asiente y deja a todos los demás en duda, ellos se alejan.
   —Dime, Ono ¿Qué pasa? ¿Por qué tanto misterio?—
   —Es que... Jasiri...—
   —Kion se paralizó, pero tuvo que ser más fuerte—
   —...Jasiri está tirada en las lejanías, y no se ve nada bie...— Kion salió corriendo, no preguntó a nadie, solo corrió, y corrió como pudo, sin preguntar dónde.
   Al fin la encuentra.
   —...¿Dónde estoy? ¿Qué es aquí?—
   —No te preocupes, Jasiri, yo ya estoy aquí, siempre para tí—
   —¿Qué? ¿Dónde estuviste?–
   —Buscándote—