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Querido Shinki.
Después de quince grandiosos días, te regresas a tú aldea. Siendo sincera estoy algo triste porque no te veré por un tiempo, convivir contigo durante todo este tiempo fue simplemente increíble. Ahora no tengo ni la menor duda que eres un amigo increíble, aunque aún no parezca que yo te agrado del todo.
Sabes, cuando te di aquel abrazo de despedida sentí un cosquilleo, fue algo extraño para ser sincera. Tal vez son las famosas "mariposas en el estómago", aunque eso suena en cierta forma ridículo ¿no lo crees?.
Pero lo que aún no puedo olvidar es que tú también prefieres las cartas, estoy segura que tenemos más cosas en común de lo que pensamos. Supongo que tengo que agradecerte por pasarme tú dirección.
Pronto te haré llegar una carta si es que no me arrepiento al final.
