Mi Dulce Condena +18. Terminada

Capítulo 20

*nota: este capítulo es más corto que los otros, ya que no me dio tiempo para escribir más, espero que disfruten*

Pasaban un par de días, Christoph ya había anunciado que vivía, rammstein poco a poco volvía a la normalidad, no más faltaba la presencia de Till que supuestamente seguía en Moscú.
Los demás estaban en el estudio de ensayo, decidieron juntarse a tocar algo en lo que llegaba su compañero el vocalista, esta vez llegaría de sorpresa ya que Richard ni Christoph sabían.
__Esperemos un poco, necesitamos  tocar todos juntos. Decía flake en lo que acomodaba el teclado.
__De acuerdo. A continuación decía Oliver
Richard por otro lado estaba acomodando las cuerdas de su guitarra cuando de la nada apareció Paul a su lado para comenzar a molestarlo por su físico.
__Oye Reesh, estas más nalgon . Decía Paul murmurandole en lo que tomaba a su compañero de la cintura.
__Callate… no hagas eso… musitaba Richard suave.
__Disculpa es que, estas hasta más caderon ¿Estas dándole muchos sentones a Chris?. Decía Paul divertido
Richard en silencio evitaba responder algo , más el saber que atrás suyo tenia a su amado rizado que este observaba con detalle los gestos ajenos.
__Bien, comencemos a ensayar algo antiguo mientras. Planteaba Oliver.
Los chicos comenzaban a tocar Keine lust, claro que sin voz, por el momento solo estaban ensayando, todo iba bien cuando de la nada llegó Till al lugar, era una gran sorpresa, los chicos dejaban de ensayar para ir a saludar al mayor , excepto Richard quien se sacó la guitarra en lo que observaba  con furia a Till, no le era para nada agradable saber que estaba arruinando su alegría. Christoph por su parte se mantenía en la batería, no quería perder el control y armar alguna pelea, ya que sus ganas de golpear a Till le sobraban.
En ese momento Till fue a besar como si nada a Richard, este rompió el beso de la nada dándole feroz puñetazo en la cara, todos los chicos quedaron impactado por la reacción del guitarrista.
__¡Que mierda te pasa!. Protestaba Till llevando su mano a aliviar el golpe.
En ese momento Richard lanzó otro feroz puñetazo a la cara y a continuación otro más, lo lanzaba al suelo para seguir golpeándolo, estaba con tanta furia que no le importaba romper la cara ajena.
__¡Bastardo! ¡Mejor vete con la Sohie!.
Richard le iba a lanzar otro golpe a Till  cuando Christoph lo detuvo al instante abrazándolo por la espalda, mientras que Till iba a golpear al guitarrista pero los demás chicos se lanzaron encima del vocalista para que no lastime al menor.
__Till ¡No te atrevas a golpear a Richard!. Protestaba Flake en lo que lo sostenía del pecho.
__Oh si, el hijo de putas me golpea pero yo no lo puedo tocar.
__Tengo mis razones, maldito infiel. Se intentaba zafar de los brazos del rizado.
__Mejor te hubiese matado la esposa de este animal. Le gritaba con enojo.
En ese momento Christoph sacó de inmediato a Richard del recinto, como pudo lo hizo entrar al carro, Richard traía sus manos rotas por los golpes que dio, Christoph solo sacaba equipo de curación que tenía en la guantera del auto, ahí fue a curar las manos de su amado.
__tranquilo mi amor, estás en tu derecho. Decía Christoph para consolar a su amado.
Richard lloraba de rabia en silencio, tenía tanto sentimientos encontrados que no tenía fuerzas para hablar algo del tema. Christoph terminó por curar las manos de su amado, al finalizar le puso unas vendas para que no siguieran sangrando sus nudillos.
__Sera mejor que yo me porte bien, de lo contrario me vas a dejar todo machacado. Decía Christoph con el fin de hacer reír a su amado.
Entre esas lágrimas Richard soltaba pequeña risa, su amado hacia de las suyas, como siempre estaba en el momento ideal para salvar de su agonía al guitarrista.
__ Chris… ¿Qué haría sin ti mi vida?. En ese momento Richard fue abrazar al rizado, lo que más necesitaba en este momento era el afecto ajeno.
__Quizás estarías con el culo menos redondo, mis manos han moldeado muy bien esos cachetes. Decía en tono de diversión, como siempre, mata pasiones.
__Ay Chris...
Ambos se largaban a reír después de ese mal rato pero esta seria interrumpida por Till quien le golpeaba la ventana del  auto para que Richard se bajara, Christoph de inmediato se bajó evitando que su amado lo hiciera.
__Oh mira quien llegó acá, el que rescata a la santa puta Kruspe.  Decía Till en tono sarcástico.
__Insulta todo lo quieras Till ya que ese es tu forma de sentirse superior pero déjame decirte algo, fallaste.
__ ¿Fallé? Ja, hablas demás.
__Fallaste en la promesa Lindemann, en que no volverías con Sophia, que no volverías a dañar a Richard.
En ese momento Richard salió del auto poniéndose en frente de Till, este lo miraba fijo con odio.
__Till, yo confié en ti, pero me has vuelto a fallar.
__Piensa la mierda que quieras Richard, no te voy a perdonar que me hayas golpeado.
Richard en silencio metió su mano en el bolsillo, de ahí sacaba la argolla de matrimonio que de inmediato extendió la mano con esta sobre.
__No necesitas perdonarme Till, eres libre de hacer lo que se te antoje.
En ese momento movió su mano para dejar caer la argolla, esta rodaba por el suelo hasta chocar en los pies de Till.
__Richard ¡Perdóname!. Exclamaba Till con preocupación.
Richard en silencio tomo del brazo a Christoph para entrar al auto, por primera vez dejaba de copiloto al rizado para conducir él, rápidamente se esfumaron del lugar para ir al departamento de solteros de Christoph.
__¿Estás bien?. Preguntaba Christoph preocupado.
__Si Christoph, estoy mejor que nunca. Richard le dibujaba una gran sonrisa en lo que iba conduciendo.
Llegaban al lugar,Richard estacionaba como podía el auto, hacia tiempo que no conducía por lo que estaba perdiendo la práctica, Christoph por su parte se aguantaba la risa, no quería fastidiar a su amado por ahora, un cuarto intento Richard quedó bien estacionado, victorioso bajó del auto para a continuación abrir la puerta de Christoph.
__Por poco pensé que iba a morir. Decía Christoph divertido en lo que abrazaba a su amado.
__Ey, tan mal no conduzco. Protestaba cruzándose de brazos.
__Ya mi nalgon, entremos a la casa.
Entre chistes entraban al hogar del rizado, Richard por ahora olvidaba su mal rato, como siempre al lado de su amado rizado el mundo era totalmente distinto.