V - "Las maldiciones no siempre se deben al odio"

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Matt no tuvo ni la menor idea de lo que pasó después de que Maya intentó detenerle, teniendo después una pequeña idea cuando volvió a su apartamento y vio a su amiga esperándole en la sala de estar junto a Claire Temple y el resto de los defensores.

― ¡Dios, Matt, ¿Dónde estuviste?! ―la primera en hacer esa pregunta fue la enfermera Temple antes de intentar correr hacia él, aunque Luke la detuvo al instante― ¿Quién te dejó así?

―Fui yo ―se lamentó Maya pasando los dedos por la venda en su cabeza, Matthew estrelló su cabeza contra el pavimento como último recurso al ella sacar sus dagas con tal de cortarle el paso ―Mis disculpas por ello.

― ¿Qué es lo que te sucede, abogado? ―le preguntó Jessica Jones adelantándose completamente al resto y siendo la primera que le plantó cara sin interesarle que Matt tratara de hacerle lo mismo que a Maya; ella sabía que Matt no lo haría estando consciente― y quiero la entera verdad, no tus típicas verdades a medias.

Matt asintió listo para hablar tranquila y civilizadamente sobre la enfermedad que atravesaba, no obstante, cuando creyó que podría hacerlo un dolor agudo le invadió y se desplomó para ser atrapado por esa defensora alcohólica casi a nada de impactar contra el piso. Ante eso Claire se zafó del agarre de Luke y ayudó a Jessica a recostar a Matthew en el sofá.

― ¿Cómo pudiste dejar que se marchara? ―le preguntó Rand a Maya mientras rebuscaba en su bolso alguna medicina que le sirviese a Claire para tratar a Matt― ¡¿Cómo siquiera pensaste en que sería buena idea dejarlo medio muerto para vagar por la ciudad?!

― ¡Ya he dicho que lo sentía!

― ¡Sentirlo no va a compensar nada!

― ¡No! ―gritó Matt presa de la agonía retorciéndose en el sofá como si este tuviera clavos que asomaban sus puntas a través de la tela acolchonada, la mano de Jessica fue atrapada por la del pelirrojo invidente. Tenía suerte de que la mujer no estuviese borracha porque ya lo hubiese pateado con rebeldía― ¡Por favor!

Claire trató de que Matthew soltara a Jessica, y esta aun así la relajó y trató de hacer lo mismo con el abogado.

― ¿Qué sucede, Murdock? ―preguntó la detective limpiando las lágrimas furtivas que escapaban de los vacíos ojos del pelirrojo― ¿Qué te ha pasado?

―No lo dejen venir, no dejen que me vaya por la noche, ¡por favor! ―le rogó Matt ya sin tener la certeza de estar hablando o de estar gritándole a la nada en su inconsciencia― ¡Sálvennos de esta maldita fiebre!

Claire no pudo seguir escuchando los desvaríos del desesperado abogado y preparó lo más rápido que le fue posible un sedante para que Matthew descansase de una vez por todas.

― ¿Por qué lo hiciste? ―le preguntó Jessica a Claire sin dejar de apretar la sudorosa mano de su agonizante amigo aun cuando este dejó de apretarle― Lo que dijo no nos sirve ni de aperitivo.

― ¿Acaso querías que siguiera sufriendo?

―Uno o dos minutos extras nos hubiera librado de unas cuantas preguntas, ahora eso ya no es posible ―habló Cage observando con lastima al pobre diablo de la cocina del infierno sufriendo y lagrimeando aun estando aislado en sus sueños.

―Esto es una locura, ¿Qué tipo de fiebre hace esto? ―pensó Rand en voz alta tomando asiento en el suelo justo al lado del pelirrojo invidente, necesitaba meditar.

―Está muy herido, ¿Por qué lo hiciste? ―Maya no respondió ante el cuestionamiento de Claire y simplemente miró a otro lado. Realmente había perdido el control.

AFIEBRADOS [Fratt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora