𝑪𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 3

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Un cuerpo contra las puertas de los baños fue estrellado con rudeza.

Siempre era así, siempre era tratado como si fuera un muñequito de trapo a quien odian por ser tan sencillo y trasparente, por ser un muñeco sobresaliente a los demás.

Por que no hay que negar sobre su gran intelecto para identificar las emociones, traumas, incluso personalidad de algún personaje que era impregnado en ese papel manchado de titan negra.

Si tan solo hubiera controlado las ganas de usar el lavabo de los sanitarios para arreglar sus heridas, no estaría en esta situación tan pesada.

–¡Owww!, ¿La maldita puta no puede pararse?, ¿Tan avergonzado estás como para no poder prepararte?– Era cierto, era cierto que tenía cierta preferencia sexual, era cierto que el no tenía un abdomen plano, o uno trabajado, todo lo contrario era redondo, abultadito y suave como el algodón.

Es así como se lo hacía ver su familia. Felizmente, Taehyung se había quedado con esos conceptos tan sencillos, pero hermosos hacerca de si msimo como persona, llegando a la conclusión que era perfecto tal y como era.

Sin embargo... hasta aquel día, todo se fue hacia abajo.

Con brusquedad, el abusador tomó entre sus manos el suave cabello morado de Kim, jalando de ella, obligándolo a moverse de un lado al otro.

Su cuerpo actuó rapidamente en autodefensa, tratando de hacer parar el dolor, expresandolo en busca de separar esas manos tan sucias.

–Veo que te diviertes, ¿No es así?– una pequeña carcajada se hizo presente en todo el lugar.

Estaba perdido.

Necesitaba ayudaba, necesitaba escapar.

Necesitaba ser libre.

Para su suerte, el sonido de la campana se hizo presente por todo el lugar, dando a entender el fin de la jornada laboral.

–¡Maldición!, ¡Estupido tiempo!– soltó un suspiro antes de dejar la cabellera morada del menor.

Sin pensarlo, se agacho quedando cara en cara con el pequeño mocoso, escupiendole en la cara.

–Nos vemos mañana, demonio– y los tres amigos salieron riendo a carcajada del sanitario.

Taehyung no sabe cómo, ni cuando, pero las saladas lagrima ya recorrían su rostro como consolación por todo lo que estaba pasando, por todo el acoso y abuso de poder que estaba recibiendo injustamente.

Y todo por tener gustos específicos. Todo por tener ese ojo horrendo.

Todo comenzó cuando un día cualquiera en la escuela, kim iba caminando entre los pasillos de la con tranquilidad. Sus brazos estaba enredados entre la suavidad de la portada de ese libro especial, un libro tan especial que hablaba sobre si mismo, sobre cómo ser una persona normal.

Todo marchaba en orden, niños disfrazados de adultos jugando a ese típico juego de matarse a si mismo solo para encajar entre la sociedad.

Tal vez, creen que jugar con la muerte es divertido cómo los angeles jugando a ser demonios.

Y de repente...

El sonido de un liga roperse detrás de su nuca resonó entre sus oídos, quien para su suerte, Kim actúo rápidamente en agarrar lo que cubrió su ojo izquierdo.

No fue hasta que sintió como su cuerpo caía al duro y frío suelo,junto con el de otra persona.

Su vendaje cayó al suelo.

–¡Lo siento!, ¡Lo siento!, ¡Lo siento tanto!– mencionó la persona con quien había chocado, notando en gran rango, su preocupación y arrepentimiento arrastrando su voz.

El chico al notar que el menor de ambos tenía la cabeza agachada se preocupó de inmediato al pensar que lo había lastimado, a si que no tardó en hablar– Oye, ¿Estas bien?

Y fue cuando lo notó.

Noto como esa cabeza se alcazaba junto con un par de hermosos ojos de diferentes mandos.

El ojo color morado intenso con destellos de color lila se mostraba tan brillante como si un gran secreto se había revelado, y era así.

Un gran tesoro lleno de belleza sin ninguna pizca de maldad se notaba en ese iris. En cambio del otro.

El contrario era tan dulce como la miel, sin embargo, se notaba destrozado por donde sea que lo vieras, tan destrozado como el mismo corazón quien era el mando de ese cuerpo.

El chico tenía un muy bonita pero extraña heterocromía.

–¡Oh por dios!, ¡Tu ojo!– grito de sorpresa, logrando por ende llamar la atención de varias personas.

Taehyung solo optó por esconder esa cosa asquerosas entre sus manos, cubriendolas para que las demás personas no vieran.

Pero fue demasiado tarde.

Y desde ahí inicio su infierno.

La gente más bien pensaban en que Kim Taehyung portaba una belleza sin fronteras, su piel, su mirada, esas cejas, esos labios de árbol de cerezo, nariz perfecta.

Y era por eso que hacía su vida un maldito cuento de terror.

Por que los demans pensaban, que si ellos lograran que el menor fuera despreciado por los demas, este lograría odiarse, como ellos odiaban no ser perfectos como el.

Odiaban no tener una vida perfecta, una belleza perfecta, unos sentimientos perfectos, una reputación perfecta como lo tenía Kim.

A si que ellos harán que una parte de esa bella alma blanca tenga un lado oscuro, y este es, destrozar su confianza de si mismo y arrebatarle el amor.

¿Que más da?, solo era un estupido niño mimado de papá y mamá.

–¿P-por... q-qué?– entre susurros alimento a sus oídos con esa voz entre cortaba a causa de los sentimientos desarrollados, llenos de maldad y sufrimiento.

–Y-yo qu-que....hice p-para merecer es-esto– tomo entre sus delgados y huesudos dedos el parche del ojo, aventandola fuertemente en dirección al espejo. Quería al menos liberarse una vez, quería que al menos ser escuchado por primera vez, quería que unos brazos enrollaran su cuerpo y escuchar esa bellas palabras llenas de poesía y reconfortantes.

Ahora lo único que le quedaba, era abrazarse a si mismo y hundirse en ese mar de mariposas negras llenos de recuerdos pacíficos.

"Los débiles no tienen derechos, no pueden tomar decisiones. Todo lo que pueden hacer es ser aplastados implacablemente por los fuertes hasta que el doloroso recuerdo pase, y tengas que continuar tu vida como si nada hubiera pasado".

Hasta que lo sientio. Sintió otra aura diferente, sentía a otra persona dentro del lugar.

Y desde ahí, su vida cambió por completo.

-¡¡El nerd de la clase a regresado!!-  KookV ♦️♠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora