16 - Impacto.

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Un humo espeso no dejaba ver el cuerpo de la chica. Cuándo el humo se disipó, Brooke ya no estaba. Tampoco estaba Evan, todos se quedaron inmóviles. ¿Qué había pasado?

— ¿Dónde estamos?— Sólo pudo decir aquellas palabras.

— Bienvenida a casa, Brooke.— Dijo Evan soltando a Brooke y sonriendo con una lágrima en los ojos.— Hemos vuelto, este es nuestro planeta.

Brooke estaba desconcertada al escuchar las palabras del chico el cual momentos antes formaba parte de un círculo que la apuntaba con armas. En el que alguien había disparado, pero ella había desaparecido.

— ¿Nuestro planeta?—  Preguntó Brooke.

Aquí nacimos, bueno...Más que planeta es un mundo paralelo.

— ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Estaba a punto de...y porque no nos mandaron antes...

Evan no quiso responder a la pregunta que había formulado Brooke, sabía que si le contaba la verdad a su amiga ella se pondría mal y no se podía permitir eso.

— Bueno...¿Puedo ver a mis padres biológicos?— Dijo Brooke algo emocionada y confundida.

— No puedes...— Susurro Evan bajando la mirada.

— ¿Por qué?...— Brooke se desanimó.

— Ellos...No están con vida.— Diría algo dolido y de forma seca.

— Yo...No pude ni...— Brooke no podía decir nada, se había quedado sin ganas de hablar. Se encontraba sumergida en sus pensamientos.

—¿Quieres conocer a los míos?— Dijo Evan sacándola de sus pensamientos. Brooke asintió con la cabeza sin decir nada. Evan llamó a la puerta de la casa que había justo al lado de ellos. Poco después la puerta la abriría una mujer con una gran sonrisa, tenía el pelo en media melena oscura y la reconocieron al instante.

—Hola hijo.— La madre sonríe dándole un abrazo a Evan.— Está chica...

— Si mamá, es ella...

— Pasar, os prepararé un aperitivo.— La madre abriría más la puerta dejando entrar a ambos.

Brooke se quedó viendo las fotos y todo lo que formaba parte de la casa. Parecía una casa normal hasta que llegaron al salón, en esta había una televisión un poco más avanzada de lo que se pueden ver en los mercados o tiendas. Hay una escalera en forma de caracol que lleva hasta una habitación. Las paredes eran de un color blanco, esto hacía que se viese limpia y fresca la sala.

—¿Queréis algo de comer?— Apareció el padre de Evan saliendo de la cocina con un plato lleno de pastas y galletitas. Les ofreció y Brooke cogió una galletita de una forma tímida. Después de casi ser alcanzada por una bala no tenía apetito. Evan cogió otra galleta y le hizo señas a Brooke para que la siguiese. Brooke comenzó a seguirle por el pasillo algo curiosa. La casa era muy grande y espaciosa.

— ¿A dónde vamos?— Diría Brooke terminándose la galletita y mirando a Evan.

— Tú solo sígueme.

Aunque en varias ocasiones Evan no le había causado mucha confianza decidió seguirle ya que él la había salvado. No sé podía explicar cómo, pero lo hizo. No hay ninguna forma de razonar ese poder que ella aún no entendía. Evan se detuvo delante de una puerta y sacó una tarjeta de su bolsillo, esta se abrió y la dejó pasar. En la habitación había un montón de pantallas y varias sillas. También había una pila de papeles y documentos sobre una mesa.

— ¿Qué es este lugar?— Preguntó Brooke impresionada adentrándose a la habitación y mirando las pantallas y los controles que había debajo.

— Está es mi sala de control, don...¡Espera no toques eso!— Exclamó Evan al ver que Brooke tocó el botón de encender. En las pantallas aparecieron un montón de lugares en los cuales Brooke había estado. La casa de Kate, el parque, su propia casa donde la habían criado, su instituto y en ellas había algunas grabaciones de ella.

Confusión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora