28 - Final

57 14 0
                                    

Estoy enamorada y no lo puedo evitar, me da miedo. Todos saben lo fácil que fue manipularme pero él... Él parece ser diferente, cada momento junto a él fue único. Me hace sentir especial, trata de molestarme pero... lo hace con cariño. Pensar en todo lo que hemos pasado, todo parece tan irreal. Si alguien me hubiera dicho que una secta capturaba niños desde hace muchos años y experimenta con ellos para poder crear portales hacia otros lugares hubiera creído que algún tornillo se le habría caído. Pero ahora veo que en este mundo todo es posible. Un día te despiertas y lo que eras ayer ya no tiene nada que ver con lo que puedas ser mañana. Estoy nerviosa, quiero invitarle a ir a un planetario, sí...como una cita. ¿Por qué un planetario? Creo que sería algo especial estar sentados viendo ese paisaje...

- ¿Ir a un planetario?

Asentí con la cabeza emocionada.

- Claro, vayamos. - Evan me miró directamente a los ojos y aceptó.

- Nunca tuve a nadie con quien ir.- Susurré.

Él agarró mi mano y me hizo sentir que ese era el pasado, que ahora él estaría junto a mí, que nos tenemos el uno para el otro. Besó mi mejilla, era algo que me hacía sonreír de forma inevitablemente tonta.

- ¿Ya no estás enfadado conmigo?- Pregunté dudosa.

- ¿Por huir de mí ayer, en la boda de tu hermano? No estuve ayer tampoco enojado.- Sonrió.- Pero hay algo que hay que admitir.

- ¿El que?- Le miré sin saber qué diría.

- ¿En secreto eres una atleta y no nos lo has querido contar?

Me reí al escucharlo. ¿Atleta? ¿Yo? Ni en mis sueños.

- Solo...Tenía prisa.- Me excuse.

- Ya...Claro...

Mi hermano y mi cuñada se han ido de luna de miel, cuando vuelvan yo comenzaré mi último año de instituto. Dylan ya rellenó los papeles para mi nuevo instituto.

- ¿Cuándo quieres ir?

- ¿Este viernes?- Propuso.

Ambos estuvimos de acuerdo.

- Este miércoles comienzan las clases. - Comenté.

- ¿Nerviosa?

Asentí, él podía notar mi estado de ánimo solo observando.

- Seguro te va a ir bien.

De repente escuché el sonido de una puerta cerrarse.

- ¿Lo has oído?

Él asintió y puso su dedo índice enfrente de sus labios. Evan agarró la fregona, yo cogí la escoba. Nos acercamos lentamente hacia la puerta de la habitación, abrimos la puerta de un golpe y no lo podíamos creer.

- ¿Qué pasa chicos?- Dijo Dylan viéndonos tranquilamente.

Evan y yo suspiramos aliviados.

- ¿No se supone que estas de luna de miel?

- Así es, pero se nos olvidaron un par de cosas.- Mostró sus manos con los objetos. Unas gafas de sol y un cargador.

Dejé la escoba en la puerta.

- ¿Lleváis varios días allí y vienes a por esto ahora?

- Sí, ¿por qué?

- Esto es otro nivel.- Afirmó Evan sorprendido.

No pude evitar reírme, descubrimos una nueva faceta. Y pensar que esta persona fue uno de mis mayores temores. Mi risa era de alivio, de desahogo, quería soltarlo todo en esa pequeña carcajada.

Confusión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora