31 Días

# 5 Labial

El calor sofocaba, bajo su blusa el sudor humedecía su piel; aún más con la mirada azul oscuro como el acero que se clavaba sobre ella… penetrante… quería desviar sus ojos de él, pero cual fuera un embrujo se quedó perdida en su juego, sin importar que él se encontrara al otro lado de la mesa…

El resto de ellos hablaba alegremente, mientras entre bromas hacían el reclamo de la falla en el aire acondicionado del bar, ajenos al intercambio que los dos amantes hacían en vista de todos…

…Tócame…

—Debo ir al tocador —mencionó la pelirroja a su amiga castaña, quien hizo ademán de levantarse a acompañarla — No, Liz… iré rápido — mostrando un pequeño labial, dándole a entender que sólo iría a retocarlo…

Ingresó cerrando la puerta, sacó el blazer y puso el brillo rosa ligero que ocupaba sólo al salir de las clases; y dio un sobresalto al sentir la perilla girarse, sosteniéndola — ¡Está ocupado!

…Déjame verte…

—Soy yo… — abrió ligeramente; estaba sonrojada, ya sea por el calor de ese día, o por lo apuesto que lucía él con aquella camisa blanca con los primeros 3 botones abiertos… — ¿Puedo pasar?...

—C… Claro… ¿ocurre algo? — ingresó y cerró; los segundos en silencio la hicieron tragar mientras por la frente del pelinegro bajaba una gota del líquido salado que mojaba sus oscuros cabellos; su pecho subía y bajaba errático, sintiendo el calor reinante traspasar un poco más que la piel con él mirándola como lo hacía… —Deberías salir… — el hilo de voz de ella provocó un ligero gruñido en él…

…Bésame…

Se acercó con ella retrocediendo hasta dar con la pared, se detuvo a centímetros de sus labios, entreabrió su boca en la espera… el beso ansiado llegó demandante, acabando con los dientes tirando suavemente el labio inferior de ella… —Tu labial sabe a fresas… — el sonido áspero de su voz chocó contra su oído, haciéndola responder envolviendo sus brazos para reclamar otro beso del impetuoso joven; separándose jadeantes y sonrojados…

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—Kirito… ¿qué tienes ahí?... ¿es labial? — la pregunta de su pelirrojo amigo los hizo verse a ambos, para que luego ella mirara el borde de la camisa de su amado, notando para su vergüenza, el rosa claro de sus besos ahí… sin emitir comentario alguno, caminaron rápido a la salida ante la mirada y silencio colectivo de todos en Dicey Café… —¡Kirito chi! … demonios, siempre debe ir un paso más adelante

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Bueno, eso salió jajajajaj, día 5 cumplido 🥰...